El objetivo del estudio conjunto es generar materia prima que pueda convertirse en biocombustibles y productos químicos sostenibles en los Parques Energéticos de Cepsa
Cepsa, siguiendo su apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) ha impulsado, junto al Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), el desarrollo de biocombustibles a partir de microalgas. En esta línea, se prevé que a finales de esta década cuente con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles, de las que 800.000 toneladas serán de SAF.
En este caso, se trata de un proyecto de innovación abierta y conjunta enfocado en la investigación para producir materia prima que pueda convertirse en biocombustibles y productos químicos sostenibles en los Parques Energéticos de Cepsa, sin necesidad de realizar ninguna modificación en las plantas y equipos. Con el reactor de HTL, diseñado por Cepsa, se obtendrá la materia prima que se evaluará previamente en las plantas piloto de la compañía energética. De esta manera, el ITC adquiere la responsabilidad de cultivar estas microalgas en aguas procedentes de procesos industriales, y un equipo conjunto de ambas empresas llevará a cabo el proceso de licuefacción hidrotermal (HTL, por las siglas en inglés de hydrothermal liquefaction) sobre el cultivo para valorizar la biomasa. Con el reactor de HTL, diseñado por Cepsa, se obtendrá la materia prima que se evaluará en las plantas piloto de la compañía energética.
El cultivo de estas microalgas, autóctonas de las Islas Canarias, se desarrollará en el Archipiélago, que cuenta con una temperatura estable a lo largo del año y una elevada disponibilidad de radiación solar, lo que le convierte en un lugar óptimo para su cultivo.
Esta iniciativa, que permite impulsar la economía circular y utilizará materia prima de origen renovable, también tiene en cuenta criterios de sostenibilidad y eficiencia en todos los niveles del proceso, además, las materias primas empleadas se caracterizan por tener una gran capacidad de captura de CO2, crecimiento rápido y un alto potencial energético. Concretamente, el uso de estos biocombustibles a partir de microalgas permite reducir hasta el 90% de emisiones de CO2 respecto al uso de combustibles tradicionales. En este sentido, con la producción de una hectárea de cultivo de microalgas se reducen al año 72 toneladas de CO2, lo que equivale al CO2 que absorben anualmente 3000 árboles.
Rafael Larraz, director de I+D de Cepsa, ha mostrado la satisfacción de la compañía por alcanzar un acuerdo de estas características: “En Cepsa estamos ilusionados por unir fuerzas con el Instituto Tecnológico de Canarias para llevar adelante esta investigación. Estamos seguros de que este proyecto nos llevará a alcanzar grandes logros en la producción de biocombustibles que impulsen la descarbonización del transporte terrestre, marítimo y aéreo, y así avanzar en nuestro objetivo de ser referentes en la transición energética”.
Por su parte, Gabriel Megías, gerente del Instituto Tecnológico de Canarias, ha resaltado que “el carácter multidisciplinar de la I+D que abordamos desde el ITC en torno a las economías azul, circular y verde nos posiciona como socio tecnológico en esta iniciativa piloto de Cepsa para la valorización energética de especies nativas de microalgas marinas y nos motiva especialmente poder contribuir desde el conocimiento al fomento de la movilidad sostenible con nuevos combustibles que ayuden a reducir la huella ecológica en el sector del transporte”.
Cepsa ha establecido una hoja de ruta para recortar sus emisiones, que se sitúa entre las más ambiciosas del sector. En concreto, en 2030, reducirá sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) en un 55% y su índice de intensidad de carbono entre un 15 y un 20% en las ventas de productos energéticos, respecto a 2019, con el objetivo de conseguir emisiones netas cero en 2050.
Cepsa quiere ir más allá del cero neto y alcanzar un impacto positivo, aportando valor en las comunidades donde está presente al permitir que sus clientes y otros grupos de interés avancen en la dirección correcta.
Por su parte, el ITC lleva más de treinta años liderando desde Canarias proyectos de investigación y desarrollo de tecnologías energéticas sostenibles para acelerar la integración masiva de fuentes renovables en el sistema eléctrico insular, siendo una pieza clave para alcanzar el objetivo de la neutralidad climática en 2040, horizonte marcado por el Ejecutivo regional en la Ley de Cambio Climático. El Plan de Transición Energética de Canarias, hoja de ruta de la planificación energética elaborada por el ITC bajo encargo de la Consejería regional de Transición Ecológica, prevé alcanzar el 60% de la demanda eléctrica con renovables en 2030.
En Pozo Izquierdo, en la isla de Gran Canaria, el ITC cuenta con el Área de Desarrollo Tecnológico-Industrial en Biotecnología Azul, un espacio dedicado a la experimentación y validación de procesos y productos vinculados con la acuicultura vegetal marina y la explotación industrial de cepas nativas de micro y macroalgas.
Este marco físico alberga el proyecto de colaboración entre Cepsa y el ITC, iniciativa que está alineada con las Estrategias Canarias de Economía Azul y Economía Circular cuya finalidad es avanzar hacia un modelo productivo basado en un uso inteligente y sostenible de los recursos.