El correo electrónico del jefe llegó por sorpresa. Todos los miembros del equipo nos quedamos atónitos. ¿En qué podía mejorar nuestro jefe? ¿Acaso no era perfecto?
Al principio, todos nos quedamos callados. No sabíamos qué decir. ¿Cómo le íbamos a decir la verdad a nuestro jefe? ¿Y si se enfadaba? ¿Y si nos echaba?
Finalmente, organizamos una reunión de urgencia para discutir el tema. Todos estábamos nerviosos. La tensión era palpable.
Algunos de los compañeros querían ser sinceros, pero otros preferían decir cosas bonitas para no ofender al jefe.
• «Debería ser más comprensivo», dijo uno de los compañeros.
• «Debería escuchar más a sus empleados», dijo otro.
• «Debería ser más organizado», dijo un tercero.
La reunión se convirtió en un caos. Todos hablaban a la vez, y nadie se escuchaba.
Al final, uno de los compañeros propuso una idea.
• «¿Y si le hacemos una lista de cosas en las que podría mejorar?», dijo.
A todos nos pareció una buena idea. Así, podríamos ser sinceros sin ofender al jefe.
Empezamos a escribir la lista. Cada uno apuntaba lo que pensaba.
• «Debería ser más comunicativo», escribió uno.
• «Debería delegar más», escribió otro.
• «Debería ser más flexible», escribió un tercero.
Cuando terminamos la lista, la enviamos al jefe.
El jefe leyó la lista y se quedó pensativo. Al cabo de un rato, nos llamó a su despacho.
• «Gracias por vuestra sinceridad», dijo.
«Me habéis hecho reflexionar».
El jefe nos explicó que sabía que no era perfecto, y que quería mejorar.
• «Voy a intentar poner en práctica vuestros consejos», dijo.
El jefe cumplió su palabra. Empezó a ser más comunicativo, a delegar más, y a ser más flexible.
Todos los miembros del equipo nos sentimos mucho mejor. El jefe era más compren- sivo y nos escuchaba más. El trabajo era más agradable y productivo…
Y entonces…sonó el despertador. Había sido un bonito sueño…
Un bonito sueño que a muchas personas les gustaría que fuese una realidad. Teniendo en cuenta datos que sugieren que 1 de cada 4 personas adultas atraviesan por alguna afectación psicológica en su vida, hoy en día mantener una buena salud mental es una de las prioridades de todas las personas. En el contexto empresarial, por ejemplo, cada vez son más los que buscan un buen equilibrio entre su vida profesional y su vida laboral, así como espacios de trabajo que promuevan su desarrollo de una forma sana y en medio de un buen ambiente laboral.
La falta de productividad derivada de padecimientos como la depresión, cuesta a las empresas más de 1000 millones de dólares al año. Así las cosas, las empresas deben poner atención en el fomento de la salud mental de sus trabajadores. Las empresas deben proteger a toda costa el respeto entre colaboradores, con el fin de crear un ambiente de confianza donde sea posible aprender y equivocarse sin miedos.
La posibilidad de expresar críticas de forma segura está estrechamente relacionada con el concepto de seguridad psicológica dentro de un equipo. Se refiere a un clima en el que los miembros del equipo se sienten seguros para tomar riesgos interpersonales, como expresar opiniones, hacer preguntas, admitir errores o plantear preocupaciones sin temor a represalias o humillación. Pero la realidad es que, en el grueso de las organizaciones empresariales, este temor existe y es muy real.
En ambientes laborales donde la seguridad psicológica es deficiente, los/as empleados/as suelen sentir temor de expresar sus ideas, preocupaciones o desacuerdos, lo que conduce a una falta de comunicación abierta y honesta. Este tipo de entorno se caracteriza por una cultura de culpa y castigo, donde los errores no se ven como oportunidades de aprendizaje, sino que se tratan con una mentalidad punitiva. Esto fomenta un clima de ocultamiento y falta de responsabilidad, así como un conformismo que inhibe la innovación y la creatividad.
En tales contextos, se genera desconfianza y una competitividad negativa entre los/as empleados/as, quienes se sienten en constante competencia en lugar de colaborar hacia objetivos comunes. Esto lleva a un compromiso y moral bajos, afectando la productividad y la satisfacción laboral. Además, la alta rotación de personal es común, ya que los/as trabajadores/as buscan entornos más saludables y de apoyo.
La falta de seguridad psicológica también puede provocar estrés y problemas de salud mental, impactando negativamente tanto en el bienestar personal de los empleados como en su desempeño laboral. La comunicación suele ser deficiente, lo que resulta en malentendidos y errores, afectando la calidad del trabajo y la capacidad del equipo para alcanzar sus objetivos.
Sin duda, un entorno laboral sin seguridad psicológica crea una atmósfera de miedo, desconfianza y comunicación ineficaz, inhibiendo el desarrollo personal y profesional de los/as empleados/as, así como el crecimiento y éxito de la organización. Establecer y mantener un ambiente de seguridad psicológica es crucial para el bienestar de las personas y la salud de la organización.
Puede que tengas personas a tu cargo y que nunca te hayas planteado esta cuestión, pero si te interesa cómo puedes contribuir a construir un espacio seguro en el que fomentar la capacidad de ofrecer críticas constructivas, algunas buenas prácticas con las siguientes:
• Fomentar la comunicación abierta y honesta: Cuando los miembros del equipo pueden expresar sus pensamientos y preocupaciones de manera segura, se promueve una cultura de transparencia y honestidad. Esto permite que los problemas se aborden directamente, en lugar de ignorarlos o esconderlos.
• Crear un Entorno de Aprendizaje y Mejora Continua: La capacidad de ofrecer y recibir críticas constructivas es fundamental para el aprendizaje y el desarrollo personal y profesional. En un ambiente donde la crítica es bienvenida y se maneja de manera respetuosa, los miembros del equipo pueden aprender de sus errores y mejorar continuamente su desempeño.
• Reducir el miedo aumentando la innovación: En un entorno donde se teme a las represalias por expresar opiniones diferentes o errores, los empleados tienden a jugar a lo seguro, limitando la innovación y la creatividad. Por el contrario, un ambiente seguro para la crítica fomenta la experimentación y la toma de riesgos calculados.
• Mejorar las relaciones interpersonales y la colaboración: La capacidad de manejar críticas de forma constructiva puede fortalecer las relaciones dentro del equipo, ya que se basa en un respeto mutuo y una comprensión de las perspectivas de los demás. Esto, a su vez, mejora la colaboración y la eficiencia del equipo.
• Promover un sentimiento de pertenencia y valoración: Cuando los empleados sienten que sus opiniones y preocupaciones son escuchadas y valoradas, aumenta su sentido de pertenencia y compromiso con el equipo y la organización.
En definitiva, la habilidad de expresar críticas de manera segura no solo mejora la comunicación y la resolución de problemas dentro de un equipo, sino que también es un componente esencial para crear y mantener un ambiente de trabajo caracterizado por la seguridad psicológica. Esto permite a los equipos ser más resilientes, adaptativos y exitosos, en un entorno de seguridad psicológica que no sólo mejora los espacios de trabajo sino que garantiza que todos/as los/as empleados/as se sientan parte del éxito de la organización.