Como las manifestaciones contra el turismo han continuado en muchos lugares de España, y en otros se han repetido, me gustaría poder aportar algunos datos y razonamientos que pudieran añadir algo a un debate desigual, en el que por unos u otros motivos creo que no se hace la suficiente y necesaria pedagogía. Por ello el dato con el que me gustaría comenzar, y creo que más importante para este tema, sería el que ha aportado la diferencia entre los ingresos y los pagos por turismo en el primer trimestre de este 2024, y que ha sido de 12.800 millones de euros, que a su vez ha generado un superávit muy superior al de ese mismo periodo de 2023, ya que el primer trimestre del año pasado el turismo generó un superávit de 9.900 millones de euros, lo que supone un incremento de un 29,1%, que contribuye más que nunca a equilibrar nuestra balanza de pagos general, al contabilizar el sector turístico como una exportación más de productos y servicios, equilibrando así lo que exportamos frente a lo que importamos como país, y esto, ha sido y es un bálsamo para la salud financiera de nuestra economía en general.
Estos superávits generados por la actividad turística son el mejor remedio para uno de los males de los que suele aquejar nuestra economía, que no es otro que la vulnerabilidad exterior de nuestra deuda externa, y que para ser corregida no queda otra que crecer con superávits como el generado por el turismo, reduciendo al mismo tiempo los niveles de deuda pública y privada, de la primera ya sabemos que va desbocada con algunos dirigentes públicos creyendo que el dinero crece en los árboles cual hojas de trébol, y que representó al cierre de 2023 un 107,46% sobre el PIB del país, lo que supone que al cierre del primer trimestre de 2024 la deuda pública ha supuesto un aumento de 832€ por habitante, en relación al mismo periodo del año anterior, con lo que podemos deducir, que con esta variable no podemos contar hasta que lleguen tiempos con políticas económicas más basa- das en el rigor y la consolidación. La deuda privada, por el contrario se redujo del 69% sobre el PIB al cierre del primer trimestre de 2023, al 64% al cierre del mismo periodo de 2024, por lo que algo si habrá contribuido esa magnitud al equilibrio financiero de nuestra economía.
Pues resulta, que es el turismo, el sector que está actualmente contribuyendo de una manera más sólida al equilibrio de estas debilidades de la economía española, que si ya en el pasado, ayudó el sector en años prepandemia a corregir un librio estructural que sacó a la luz la crisis financiera internacional de 2008 en relación a la deuda externa, es ahora con una deuda pública tan elevada y con una coyuntura incierta, cuando el turismo se está convirtiendo de nuevo, en el sector que da oxígeno a las cuentas nacionales.
Con esto sobre la mesa, y que es tan sencillo de entender, ignoro el porqué no se hace pedagogía con datos como estos, y se explica a la misma ciudadanía en la que está creciendo un sentimiento «turismofóbico», que ese sector que tratan algunos de demonizar, es el mismo que equilibra las cuentas, de manera que por ejemplo, pueda haber unos servicios públicos sostenibles, o que como país generemos la confianza suficiente para que la emisión de deuda pública que permite financiarnos en los mercados internacionales de deuda, sea asumida como de calidad por los inversores, amén de otros efectos positivos que impactan directamente en ese sector público, que tanto dicen defender muchos de los que alimentan la animadversión hacia el turismo. ¿O piensan estos señores que la sanidad o la educación públicas se financian del aire?, seamos serios y plantemos cara en este debate con datos, explicado las posibles consecuencias de alimentar en la población, corrientes de opinión que nos dañarían como país, a nivel económico y por ende también a nivel social, poniendo al mismo tiempo soluciones a las principales demandas de la ciudadanía, que no son otras que vivienda y movilidad de calidad.
España no puede prescindir del crecimiento turístico, en primer lugar por nuestra salud financiera, como ya hemos visto con unos pocos datos muy sencillos, pero es que tampoco podemos hacerlo por nuestro mercado laboral, ya que es uno de nuestros motores y uno de los principales sostenes de nuestra estructura productiva, deberemos crear los correctores necesarios para hacerlo que coincida con un justo equilibrio y desarrollo social, pero sin olvidar que gracias a ello, podemos mantener las cuentas que sostienen nuestro sistema y por ello nuestro país.
Por todo esto, la próxima vez que escuches, leas o pienses que mejor menos turismo, pregúntate quién equilibrará y hará sostenible la salud financiera de nuestra economía, esa que permite que gocemos de un país desarrollado en la UE, y en el que las cosas, mal que les pese a algunos, y mejor o peor, funcionan relativamente bien desde hace décadas.