¿Viven los ingenieros industriales de la provincia un buen momento?
No podemos afirmar que estemos pasando un mal momento, puesto que estamos cerca del pleno empleo. Pero, tampoco podemos decir que estemos pasando un momento dulce porque muchos jóvenes colegiados están obligados a trabajar fuera de su isla, en territorio peninsular o internacional. Esto tiene una cierta lógica, porque la oferta de titulados supera la demanda en las islas en puestos de trabajo con el perfil que se posee. No podemos perder de vista que se exporta mucho talento.
La Ingeniería Industrial sigue siendo una profesión con futuro. Según datos del Observatorio de la Ingeniería de España, la economía española debe asegurarse el acceso, como mínimo, a 200.000 nuevos ingenieros en los próximos 10 años; englobando a todas las ramas y niveles de la ingeniería. Esto supondría la necesidad de 35.000 ingenieros industriales.
Como es normal, este es un sector que depende de la situación económica y del desarrollo industrial de las islas. En este sentido ¿cree que, en general, Canarias marcha por un buen camino?
La complejidad de nuestra realidad archipielágica de ultramar es de tal magnitud que nos cuesta contestar a si vamos por buen camino. En un momento, no demasiado lejano, de nuestra historia – sobre los años 60 se apostó con éxito por el turismo como medio de subsistencia y progreso. Medio siglo más tarde, parece que morimos de éxito por el principal motor económico por lo que, nos planteamos como sociedad, como reconducir los problemas que se han venido generando hasta el punto de considerar este modelo económico como insostenible, desde varios puntos de vista. En la actualidad, estamos sufriendo un periodo de incertidumbre sobre el camino a tomar por lo que es difícil dirimir sobre si Canarias marcha por buen camino en cuanto a la situación económica y desarrollo industrial.
¿Cree que, por fin, está llegando la diversificación económica de la que llevamos años hablando y que, por supuesto, será buena para los ingenieros industriales?
A grandes rasgos, no creo que hayamos llegado a ninguna diversificación relevante en Canarias, pero de lo que sí estoy seguro, es que la profesión de ingeniería industrial si tiene la capacidad de seguir adaptándose, como siempre lo ha venido haciendo desde el año 1845 en que se aprobó el Decreto para la fundación de la carrera de ingeniero industrial, bajo el reinado de Isabel II. Hagamos el ejercicio de imaginación de viajar a ese tiempo y veamos el estado de la ciencia y la tecnología de aquel entonces y comparemos con el estado actual, incluida la inteligencia artificial. No creo que Julio Verne, ni Isaac Asimov, se hubieran acercado a soñar con la evolución que estamos viviendo.
¿Qué necesitan las islas para dar ese salto industrial?
Por un lado: nuestra comunidad autónoma lleva tomando algunas iniciativas muy importantes que tratan de compensar nuestra condición insular, la lejanía geográfica y escasez de recursos naturales, como son el Régimen Económico Fiscal (REF) y los mecanismos que de ella se emanan, como: la Zona Especial Canaria ZEC, la Reserva para inversiones en Canarias (RIC), exención del IVA – y su sustituto el Impuesto General Indirecto Canario IGIC -, entre otros incentivos y exenciones fiscales que convierten a nuestro archipiélago en un territorio fiscal europeo atractivo..
Pero, por otro lado, las graves dificultades no resueltas que perjudica el desarrollo industrial radican en el déficit de zonas para el asentamiento de empresas del sector secundario. No sólo es necesaria la ampliación y mejora de polígonos industriales sino, también, proveerlos de servicios esenciales que faciliten la logística y el transporte. Es cierto que, nuestra singular orografía, dificulta la resolución de estos problemas, pero lo más grave es la inacción o dejación de atender estas necesidades por parte de las administraciones con competencias en este sentido.
Centrándonos en el Colegio, ¿cuáles están siendo las principales líneas de trabajo?
Como Colegio de Ingenieros Industriales, mantenemos las tareas básicas de todo colegio de profesiones reguladas, entre otras: la formación permanente, defensa del colegiado, revisión y control de trabajos sometidos a esta obligación, atención de necesidades y ayudas a los colegiados… En la actualidad, estamos centrados en ofrecer colaboración especializada, neutral e independiente a las distintas administraciones públicas. Esta misión, siempre ha sido de enorme interés social para este colectivo, pero hasta fechas recientes, con escaso éxito. En estos momentos, estamos recibiendo una buena acogida por parte de algún departamento de la Administración Autónoma, Insular y local.
¿Es importante la formación? Sin duda, hoy en día el nivel de especialización es importante.
La formación permanente es imprescindible. Los cambios sociales y tecnológicos suceden con tal celeridad que nos obligan a estar continuamente al día. Para ello, desde nuestra institución estamos atentos para brindar una oferta variada y especializada que trate de satisfacer a las distintas y variadas áreas que cubren nuestra titulación.
La acelerada evolución tecnológica, en la que estamos inmersos en las últimas décadas, han conlle- vado un cambio de paradigma en la profesión. Hoy se constata una plena consciencia de la necesidad de actualizar permanentemente los conocimientos para mantener la competitividad en un entorno innovador en el que aparecen nuevas tecnologías y donde las competencias deben adaptarse a las nuevas herramientas que, como consecuencia, vienen apareciendo.
El 60% de estas necesidades de formación continua se sitúan en los ámbitos de carácter técnico, mientras que el 40% restante lo son en aspectos de gestión y competencias personales. Dentro de las necesidades de formación en el ámbito técnico, más de un 40% están relacionadas con la digitalización (Inteligencia Artificial IA, Big Data, Blockchain, Internet de las cosas IoT…). Estamos muy comprometidos con esta tarea de formación y especialización.
¿Qué le gustaría conseguir como líder de este Colegio?
Me gustaría recordar que los colegios profesionales poseen la figura jurídica de corporación de derecho público y que, por tanto, están sometidos a una legislación ad hoc que determina sus fines, estructura y funcionamiento. De acuerdo con estas obligaciones, el modelo de gobernanza está conformado por una Junta General, en la que participan todos los colegiados, y que delega las funciones ejecutivas a su Junta de Gobierno que tengo el honor de presidir. Este equipo directivo está formado por 11 personas que: respeta la paridad; cubre diferentes franjas de edad, pertenecen a distintos ámbitos de la profesión y que, actuando de forma colegiada, procura en la toma de decisiones llegar al consenso. Por ello, de acuerdo con todo esto, tratamos de huir de partidismos y ambiciones personales para dedicarnos, fundamentalmente, al afán de servicio público y el bien común, tanto de la titulación como de la sociedad que nos acoge, permitiéndonos poner nuestro granito de arena en la consolidación de una sociedad equilibrada y sostenible.
Entendiendo la pregunta sobre mi impronta e influencia como Decano, la podría sintetizar en la dedicación al fomento de la participación, proactividad y búsqueda permanente de talentos y cualidades de las personas que forman el equipo de gobierno y del personal al servicio de la institución. Procuro contagiar entusiasmo, transmitir seguridad y cuidar un buen ambiente en las relaciones interpersonales.
Reconduciendo la pregunta a: ¿qué nos gustaría conseguir como equipo de gobierno? resaltaría, en primer lugar, cumplir con solvencia nuestras obligaciones, preocupándonos ser capaces de superar todos los retos que se nos vayan presentando y que, a la vista está, son derivados por los cambios sociales y económicos que inciden directamente en las reformas legislativas en áreas que nos afectan profesionalmente como: energía, industria, empleo, educación universitaria…
Por otro lado, deseamos: mantener el clima de paz y concordia que existe en el colectivo, reforzar sinergias con otros colegios profesionales con los que mantenemos intereses comunes y, no menos importante, cuidar las necesidades de las jóvenes generaciones que tendrán en su mano, a medio plazo, el futuro y el éxito de este Colegio profesional.