06/10/2024

¿Y si me meto en política?
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Presidente de AJE Canarias

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Recuerdo como si fuera ayer la época en la que aún podía enfrentarme a una clase de CrossFit sin pestañear. Era joven, ágil y con esa inconsciencia propia de quien se lanza al mundo sin calcular los riesgos. Fue con esa misma inconsciencia que me hice empresario. Ni siquiera me lo cuestioné. Simplemente me lancé, con la certeza ingenua de que todo saldría bien. Pero la realidad pronto me golpeó como una ráfaga de aire frío en la cara. Ser empresario no es una carrera de velocidad, es una maratón en terreno accidentado. Y, como todo buen guerrero, comprendí que necesitaba un ejército a mi lado. Busqué aliados, encontré compañeros de batalla, y así fue como terminé en la Asociación de Jóvenes Empresarios, no solo para sobrevivir, sino para construir algo más grande, algo que valiera la pena luchar.

El Cambio: Una constante en la vida

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Asumir la presidencia de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Canarias fue como tomar las riendas de un caballo desbocado. Cada día traía consigo nuevos desafíos, momentos hostiles, y nuevas lecciones. Pero si algo aprendí es que el verdadero poder no reside en controlar el destino, sino en abrazar el cambio con la valentía de un guerrero que sabe que su misión no es perpetuarse en el liderazgo, sino preparar el camino para los que vienen detrás. La vida, al igual que en una clase de CrossFit, te exige más cuando crees que ya no puedes dar más. Y en esos momentos es cuando descubres de qué estás realmente hecho.

La juventud emprendedora de hoy necesita referentes que los guíen, pero también espacio para equivocarse, para innovar, para encontrar su propio camino. Y ahí es donde mi papel ha evolucionado: en saber cuándo dar un paso al costado, en reconocer que mi tiempo es ahora, pero que también llegará el momento de ceder el testigo.

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La gestión del cambio: lecciones y consejos

En este camino, estas son algunas de las lecciones que me han acompañado y que quiero compartir con quienes se encuentran en su propia batalla:

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1. Asume tu rol con valor, pero sé consciente de cuándo es tiempo de ceder el paso: El liderazgo no es eterno, y la verdadera grandeza está en saber cuándo ha llegado el momento de dejar que otros continúen la misión.

2. Mantén viva la ilusión, siempre: La ilusión es el fuego que alimenta al emprendedor. Nunca dejes que se apague, porque es lo único que te mantendrá en pie cuando todo lo demás falle.

3. Busca a quienes te desafíen, no a quienes te adulen: La crítica constructiva es el cincel que moldea al líder. Rodéate de personas que te obliguen a cuestionarte y a crecer.

4. Construye con otros, nunca solo: Los logros más grandes no se alcanzan en soledad. Valora la fuerza del colectivo, y recuerda que el verdadero éxito es el resultado de un esfuerzo compartido.

¿Y si me meto en política?

Cada día que pasa, siento cómo mi guerrero interior se fortalece. No es el mismo joven que hace años enfrentaba con valentía una clase de CrossFit; es un guerrero curtido en mil batallas, que ha aprendido a utilizar la espada de la sabiduría, el escudo de la experiencia y la armadura de la pasión. Siento que en mi interior arde un fuego inextinguible, un deseo irrefrenable de hacer más, de construir una Canarias donde valga la pena envejecer. Y aunque siempre he mantenido la política a cierta distancia, cada vez siento más fuerte el llamado de la batalla, la necesidad de luchar por un bien común, de encabezar una causa que no tiene que ver con la ambición personal, sino con el compromiso de transformar vidas.

Porque, ¿qué es la política sino el arte de transformar la realidad? ¿Qué es sino la última frontera donde un guerrero puede realmente dejar su huella? Me levanto cada mañana con la certeza de que estoy destinado a algo más grande, que mi propósito va más allá de lo que he hecho hasta ahora.

Así que, si alguna vez me meto en política, no será porque busque poder, sino porque creo que puedo hacer cosas que mejoren la vida de las personas, porque, a veces siento que es mi deber asumir esa responsabilidad. Y si mañana decido dar ese paso, será con la misma pasión y el mismo compromiso con el que he enfrentado todas mis batallas. Quizás mañana me veas en esa trinchera, luchando por ti, por nosotros, por un futuro mejor. O quizás no. Solo el tiempo lo dirá.

La verdad es que, en esta nueva etapa de mi vida, hay una pregunta que ronda mi cabeza ¿Y si me meto en política?

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