En los últimos años, la escasez de aceitunas debido a las sucesivas olas de calor y a la sequía han sido factores determinantes en el aumento de los precios en origen del aceite de oliva, generando preocupación en toda la cadena de valor alimentaria.
La industria del aceite de oliva ha experimentado fluctuaciones significativas en los precios, principalmente debido a factores climáticos que han impactado en la producción de aceitunas. La sequía ha sido una de las principales causas del aumento de los precios, suscitando una gran preocupación entre productores y consumidores por la dificultad de conseguir este producto tan arraigado en nuestra dieta.
La drástica reducción en la producción de aceitunas, de 1,4 M de toneladas a 765.000 tn en la campaña 23/24, lo que ha provocado el agotamiento de las existencias de transición de las almazaras, generó una escasez sin precedentes de aceite de oliva. Esta situación, combinada con una demanda constante, impulsó los precios a niveles récord, lo que a su vez ha motivado un descenso en la comercialización del aceite de oliva, pasando de una media de 8 litros persona/ año a aproximadamente 6 lt.
Sin embargo, recientes lluvias y unas perspectivas optimistas sobre un incremento de la producción han traído consigo un rayo de esperanza al sector, comenzando una tendencia (aun estacional) de bajada de precios en origen sugiriendo la posibilidad de una estabilización en los precios y un alivio para los consumidores. Es por ello que ya comienza a verse una disminución en el precio del lineal para el aceite de oliva, señalando una posible tendencia hacia la estabilización del mercado todo siempre en función de los factores anteriomente indicados.
La relación entre oferta y demanda es fundamental en este escenario. Una mayor producción, como se espera, podría traducirse en precios más bajos, lo que beneficiaría a toda la cadena de valor alimentaria por el crecimiento de la comercialización del aceite de oliva.
La posibilidad de una cosecha abundante ha revitalizado las expectativas del sector, confirmando la sensibilidad de los precios en origen a las variaciones en la producción. Si bien la incertidumbre sobre los precios futuros persiste, los continuos esfuerzos de toda la cadena de valor alimentaria van dando sus frutos. La oferta de precios competitivos es fundamental para mantener la demanda y garantizar la accesibilidad del aceite de oliva a los consu- midores. Un precio estable y asequible beneficia a toda la cadena de valor, desde los productores hasta los distribuidores y los consumidores finales.
No obstante, es importante reconocer que la volatilidad de los precios del aceite de oliva es un desafío persistente. La dependencia de factores climáticos como la sequía y las lluvias hace que el mercado sea susceptible a fluctuaciones significativas. Para garantizar la sostenibilidad del sector y la estabilidad de los precios a largo plazo, es necesario adoptar medidas que promuevan una producción eficiente y resiliente ante el cambio climático.
Si incidimos en los precios, en los últimos años los supermercados han desempeñado un papel crucial en la moderación del aumento de los precios del aceite de oliva, absorbiendo parte de los incrementos de costes para ofrecer precios competitivos a los consumidores. Esta actitud refleja su compromiso con la satisfacción de los clientes y con la estabilidad del mercado, incluso en un contexto de alta inflación.
Es razonable esperar que el aumento en la producción de aceitunas se traduzca en una estabilización o, incluso, una disminución de los precios del aceite de oliva. Esta tendencia ya se está observando en algunos supermercados, lo que confirma la relación entre la oferta y la demanda.
En definitiva, los supermercados han demostrado ser un amortiguador fundamental ante las fluctuaciones en los precios del aceite de oliva y otros productos. Su compromiso con la oferta de precios competitivos, incluso en momentos de crisis, ha sido clave para garantizar el acceso de los consumidores a este y otros productos básicos. A medida que la producción se recupera, se espera que esta tendencia se consolide, beneficiando tanto a los consumidores como al sector en general.