Esteban, considerando el dinamismo del panorama general este año, me gustaría conocer tu opinión sobre la situación actual del sector agroalimentario, con especial atención al ámbito ganadero y alimentario. ¿Cuál es el feedback que estás recibiendo?
Efectivamente, el sector se encuentra en un momento de gran convulsión, al igual que muchos otros. Estamos viviendo un periodo de transición y reajuste, especialmente a raíz de la guerra en Ucrania. Considero que los próximos años serán cruciales para la recuperación y reorganización del sector, ya que el encarecimiento de los cereales ha tenido un impacto significativo.
Canarias ha registrado la tasa de sacrificio de animales más alta de los últimos años. Un estudio de la Universidad de Sevilla revela que nuestra región lidera la pérdida de explotaciones a nivel nacional. Estos datos evidencian un profundo reajuste en el sector, lo que exige una reestructuración que priorice la rentabilidad.
Considerando el elevado precio de los cereales y el mantenimiento de los costos de producción, especialmente en lo que respecta a la energía, creo que la disminución de la actividad ganadera se ha ralentizado o incluso detenido. No obstante, soy optimista y preveo una recuperación del sector en el próximo año. La pandemia y la guerra de Ucrania han sido golpes duros para el sector, obligándonos a un proceso de reestructuración constante.
¿Consideras que las administraciones públicas han brindado el apoyo necesario al sector para mitigar el impacto de las diversas crisis que han enfrentado esta temporada?
Considero que las administraciones superiores no han mostrado la suficiente sensibilidad hacia nuestro sector en los últimos años. Si bien la comunidad autónoma de Canarias ha sido la que más apoyo ha brindado al sector primario, es importante reconocer que las particularidades de un archipiélago como el nuestro requieren soluciones específicas que trascienden las políticas nacionales.
Si bien las administraciones autonómicas han realizado un esfuerzo considerable para apoyar al sector, invirtiendo importantes recursos para sostener la actividad, los datos
son alarmantes. Canarias lidera la pérdida de explotaciones ganaderas a nivel nacional, lo que evidencia la gravedad de la situación. La cadena de valor se ha visto seriamente afectada, no solo por el aumento de los costos de producción, sino también por la imposibilidad de trasladar estos incrementos a los precios finales. Esto ha generado una pérdida significativa de rentabilidad en todo el sector.
En conclusión, considero que todos los actores de la cadena de valor se han visto afectados por esta crisis y que es necesario replantear el modelo productivo. Es un paso en la dirección correcta que el gobierno haya solicitado a Bruselas un reajuste de los costes para adaptarlos a la realidad y singularidad de nuestro sector.
Esteban, como experto en el sector, usted sabe mejor que nadie que Canarias requiere una sensibilidad especial, especialmente en un sector como el primario, que si bien no es dominante, es fundamental para nuestras islas.
Efectivamente, el sector lácteo es un motor económico que genera empleo y actividad en diversas industrias relacionadas. La crisis ha golpeado duramente toda la cadena de valor, desde la producción primaria hasta la industria auxiliar. La situación actual es muy complicada y no tiene precedentes en los últimos años.
Es cierto que, si bien las administraciones mostraron sensibilidad hacia el sector ganadero, la industria láctea no recibió el mismo nivel de apoyo, especialmente tras la guerra de Ucrania. Aunque se implementaron algunas medidas durante la pandemia, como las ayudas al almacenamiento, estas no fueron suficientes para compensar el impacto de la crisis. Actualmente, se están realizando esfuerzos para mejorar las ayudas a las queserías,
pero consideramos que es tarde y que se debe buscar un equilibrio en toda la cadena de valor. Hemos trasladado nuestras necesidades a las administraciones y apreciamos su disposición a escucharnos y buscar soluciones, aunque el contexto actual limita las posibilidades. Es fundamental seguir trabajando para fortalecer la transformación y lograr un equilibrio más sostenible en el sector.
En cuanto a las dificultades del sector, ¿cómo está gestionando el Grupo Ganaderos de Fuerteventura los desafíos que plantea el año 2024 en relación con la producción quesera?
Seguimos comprometidos con la producción de quesos de alta calidad. Prueba de ello son los recientes reconocimientos obtenidos, como la medalla de oro en los Premios Cincho de Valladolid por nuestro queso curado con pimentón. Este galardón es un claro indicativo de la excelencia de nuestros productos.
Es cierto que la crisis de las materias primas ha generado una mayor demanda de productos de calidad. Afortunadamente, nuestro grupo ha logrado vender gran parte de su producción, a pesar de que los precios no se han recuperado del todo. Gracias a una estrategia de diversificación, especialmente hacia el mercado estadounidense, hemos conseguido mantener una alta rotación de nuestros productos y reducir el stock almacenado. La internacionalización, es decir, la expansión más allá de nuestras islas es fundamental para garantizar la sostenibilidad de nuestro negocio.
La naturaleza fragmentada de nuestros mercados, junto con los elevados costes logísticos asociados a la distribución de productos frescos en un archipiélago, representan desafíos significativos para nuestro negocio. Además, la dependencia de un único mercado nacional nos vuelve vulnerables a las fluctuaciones económicas externas. La diversificación de mercados, especialmente hacia el exterior, es crucial para mitigar estos riesgos y asegurar la estabilidad de nuestra empresa.
Nuestro objetivo es que en los próximos años el 40% de nuestras ventas provenga de mercados exteriores a Canarias. Estamos dedicando gran parte de nuestros esfuerzos a fortalecer nuestra presencia en estos mercados, donde creemos que nuestros productos tienen la calidad necesaria para competir con éxito. Como ejemplo de este crecimiento, podemos mencionar nuestra exitosa penetración en el mercado estadounidense, especialmente en cadenas como West Sur, donde hemos experimentado un crecimiento superior al 20%.
Parece que por fin hemos logrado superar la percepción de inferioridad que teníamos sobre nuestros quesos. Ahora podemos afirmar con orgullo que nuestros productos no tienen nada que envidiar a los quesos de otras regiones o países, que tradicionalmente han gozado de mayor fama, ¿verdad?
Así es. Estoy convencido de que los productos que destacan por su calidad y características únicas pueden triunfar en cualquier mercado, incluyendo los nuestros.
“La expansión más
allá de nuestras islas
es fundamental
para garantizar la
sostenibilidad de
nuestro negocio»
Hemos hablado de la diversificación de mercados, pero me gustaría saber si a corto plazo planean ampliar vuestra línea de productos Maxorata o si se enfocaran en mejorar los productos actuales.
Por el momento, considero que debemos centrarnos en optimizar nuestra línea de productos actual. Aumentar nuestra producción requeriría una mayor cantidad de leche y una expansión de nuestras instalaciones, lo cual podría comprometer la calidad de nuestro servicio al cliente. Aunque estamos explorando nuevas presentaciones, como los quesos loncheados y bandejados, nuestra prioridad es garantizar un suministro constante de productos de alta calidad y un servicio excepcional a nuestros clientes.
Para concluir, ¿qué medidas específicas necesitan las empresas de vuestro sector por parte de las administraciones públicas para superar esta prolongada crisis y seguir creciendo?
Creo que una de las principales problemáticas del sector ganadero es la falta de valoración social. Necesitamos campañas de concienciación para dignificar nuestra profesión y atraer a nuevas generaciones.
Además, es fundamental garantizar la rentabilidad de las explotaciones mediante
precios justos y ayudas públicas adecuadas. La ficha POSEI, por ejemplo, está desactualizada y no refleja los costes actuales de producción. Por otro lado, la industria también necesita apoyo para cumplir con las nuevas normativas ambientales y sociales.
En definitiva, necesitamos una financiación justa y sostenible para garantizar la viabilidad de las explotaciones ganaderas y el futuro del sector.