08/08/2025

Vivienda = oportunidades y crecimiento
V

Miguel Borges Parejo. Directivo Turístico

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Que la escasez de vivienda es un lastre y un freno para cualquier proyecto de vida digno está clarísimo, que ello tiene unas consecuencias sociales muy negativas, pues también, pero que al mismo tiempo genera una ralentización del crecimiento económico – y no por lo que a primera vista puede parecer más obvio – igual no nos lo hemos planteado de la misma manera. Y lamentablemente puede que este hecho comience a ser visible antes de lo que creemos.

Pensemos y tengamos en cuenta que es la actual economía del conocimiento la que aumenta el valor añadido de los productos y servicios y a su vez, aumenta también la productividad y derivado de ello también aumentan los beneficios empresariales y los salarios, es decir, con todo este mix tan básico aumentan también la inversión, el consumo y por ende la economía de un territorio. Pero una vez llegados a este punto, es donde la vivienda tiene un papel crucial en todo ello, ya que esa economía del conocimiento, basada en ideas, tiene lugar en las ciudades en las que se producen esas ideas, esos conceptos, que a su vez no se producen por generación espontánea, sino que más bien surgen de cerebros que se juntan…y se juntan en ciudades, ciudades con una oferta amplia de viviendas que hacen atractiva la vida- entre otros factores – a precios razonables.

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Si los bienes y servicios que producimos son cada vez más complejos, y para competir necesitamos la investigación para crearlos y el mejor marketing para venderlos, y todo esto surge de ideas, o atraemos esas cabezas que las generan o acabaremos en el vagón de cola y con una economía muy estancada, y para atraer y retener buenas cabezas con buenas ideas, lo primero es que tengan una buena vivienda en la que vivir y que encima puedan escoger una zona u otra, un tipo de vivienda u otro según su renta y preferencias personales, que haga posible un plan de vida que satisfaga las legítimas aspiraciones personales de cada uno, a la vez que nos permite interactuar con nuestros semejantes también de una manera satisfactoria, ya que el mecanismo clave de la economía del conocimiento no es enteramente tecnológico, es social, porque son las redes de colaboración que se crean en conversaciones, entrevistas de trabajo, asistencia a workshops…etc., las que hacen posible que se comparta conocimiento que a la postre serán beneficios.

Y hasta ahora hemos hablado prácticamente de estratos muy cualificados generadores de ideas y conocimiento, pero esta dinámica negativa afecta a toda la estructura

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de fuerza laboral, y es que necesitamos al in- geniero más capaz pero también – y en mayor número – al mejor personal de la base de las empresas y que hacen que estas crezcan y avancen, beneficiándose todos a posteriori de este tejido social innovador y próspero, dado el efecto arrastre que todo ello tiene dada la amplia gama de servicios necesarios para que ese dinamismo sea constante en el tiempo: hablamos de centros educativos y de ocio de nivel, una sanidad de calidad, transporte…etc.

En resumidas cuentas y hablando con claridad: necesitamos vivienda y la necesitamos ya, es urgente ya que es el elemento esencial para que los lugares prosperen, porque está comprobado que cuando hay un desajuste entre la demanda y la oferta de vivienda debido a la escasez de esta, se producen pérdidas acusadas de PIB y de bienestar, se reducen los niveles de empleo, ya que también se ha observado cómo hay una relación directa entre regulaciones de construcción restrictivas y disminuciones en el crecimiento del empleo. Con lo que la conclusión de todo ello sería que si no hay vivienda suficiente la economía se ve perjudicada, ya que la la ausencia de vivienda es lo mismo que ausencia de oportunidades, así que, o esto se flexibiliza por el lado de la oferta o veremos muy limitado nuestro crecimiento, tanto el económico como el social.

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