En un año tan cambiante como este, ¿cómo describirías la evolución del sector de la innovación en torno al talento y la gestión de personas?
En el último año hemos sido testigos de una disrupción significativa impulsada por la inteligencia artificial, que está transformando todos los sectores y áreas de las empresas. Contrario a lo que muchos piensan, su impacto no se limita al marketing o la creación de contenidos: también está revolucionando ámbitos como los recursos humanos y las finanzas, acelerando la transformación empresarial a un ritmo sin precedentes.
A diferencia de la adopción progresiva de Internet y los medios digitales, la inteligencia artificial se está integrando de manera inmediata y generalizada. En particular, los departamentos de recursos humanos —encargados del onboarding y la gestión del talento— están adaptando sus procesos para incorporar estas soluciones, logrando mayor productividad, eficiencia y una potencial reducción de costes operativos.
¿Cómo ayuda Be-Ambassador a las empresas a fortalecer su cultura organizacional y su marca empleadora?
En Be-Ambassador trabajamos con empresas de gran relevancia a nivel nacional e internacional, como Reale Seguros, Naturgy y NTT Data, presente en ocho países. Estas organizaciones destacan por su sólida cultura corporativa y están reconocidas como top employers.
Nuestra solución tecnológica adquiere verdadero valor cuando existe una alineación efectiva entre la dirección y los empleados, en un entorno laboral positivo. Esta sincronización permite a las compañías potenciar sus capacidades y maximizar los beneficios derivados de su cultura organizacional, fortaleciendo tanto su marca empleadora como su desempeño global.
Desde tu rol como COO y fundador, ¿qué tendencias ves consolidándose en la intersección entre tecnología, comunicación interna y recursos humanos?
El año pasado definimos una política de uso de la inteligencia artificial alineada con la visión de la dirección y basada en el feedback de los empleados. Esta política es clave porque establece recomendaciones de uso,
herramientas y buenas prácticas, garantizando una adopción ordenada y coherente.
Es importante destacar que, incluso antes de contar con esta política, los empleados ya utilizaban inteligencia artificial en su día a día. Su formalización ha permitido alinear esos usos con los objetivos de la empresa y automatizar procesos que antes eran manuales y poco productivos —como la clasificación de gastos en administración o la creación de contenidos en marketing—, optimizando así tiempo y recursos.
En Be-Ambassador, ¿cómo estáis integrando o explorando la IA en soluciones o procesos internos?
La inteligencia artificial marca un antes y un después para las empresas y, en nuestro caso, tiene aplicación en todas las áreas de la organización.
Aunque ya éramos una empresa altamente digitalizada, su irrupción nos ha permitido descubrir un amplio margen de mejora. Adoptar esta nueva perspectiva es esencial, tanto en la formación como en la concienciación interna. Desde la dirección, es fundamental reconocer nuevas formas de trabajo que reducen el tiempo dedicado a tareas repetitivas, permiten automatizar procesos y optimizan recursos. Esto libera a los empleados para centrarse en la creatividad, la proactividad y la generación de materiales de mayor calidad.
En definitiva, la inteligencia artificial no reemplaza puestos de trabajo, sino que fortalece las capacidades de las personas, aumenta la productividad y hace a las organizaciones más competitivas.
Más allá de la IA, la digitalización ha cambiado radicalmente cómo las empresas comunican, motivan y retienen a sus empleados. ¿Qué papel juega la tecnología en construir una cultura organizacional sólida y auténtica?
La cultura de una empresa no se construye a partir de la tecnología; se basa en la experiencia de los fundadores y en el entorno de la organización. Es el elemento esencial que define cómo interactúan los miembros y cómo se alinean con los objetivos estratégicos.
“La cultura de
una empresa
no se construye
a partir de la
tecnología, se basa
en la experiencia
de los fundadores
y el entorno de la
organización”
No obstante, la tecnología puede desempeñar un papel clave en su transmisión y fortalecimiento, apoyando la comunicación interna, la creación de tradiciones, el refuerzo de valores compartidos y la difusión de la misión y visión corporativa. Esto genera identidad, cohesión y sentido de pertenencia entre los equipos.
Además, permite proyectar la cultura más allá de la organización, fortaleciendo la marca empleadora y facilitando la obtención de feedback, así como la medición de procesos internos, desde el onboarding hasta la salida de los empleados. Esta información es clave para evaluar, ajustar y mejorar continuamente la cultura organizacional.
Bajo tu experiencia, ¿cuáles son los errores más comunes que cometen las organizaciones cuando intentan innovar en su estrategia de gestión del talento?
Uno de los errores más frecuentes es abordar la innovación de manera aislada. Es fundamental contar con una estrategia global en la que la dirección esté plenamente implicada. Incluso cuando se buscan mejoras en un área específica, como recursos humanos, estas deben desarrollarse bajo la orientación de la dirección general.
Involucrar a la alta dirección garantiza que el mensaje innovador se difunda y dinamice en todos los niveles de la empresa. Los empleados pueden —y deben— innovar, pero es necesario crear espacios que fomenten su participación activa. En nuestro caso, celebramos reuniones de innovación trimestrales abiertas a todos los colaboradores.
Sin embargo, hay que diferenciar entre una lluvia de ideas y la implementación de mejoras que realmente impacten en la productividad, el clima laboral y la retención de talento. En definitiva, la falta de apoyo de la dirección desde el inicio es un error crítico: su participación activa es determinante para que la innovación sea efectiva y sostenible.
¿Qué proyectos u objetivos tienen en el ámbito de la innovación de cara a los últimos meses del año y el inicio de 2026?
Desde 2019, en Canarias hemos desarrollado una plataforma que permite a las empresas convertir a sus empleados en embajadores de marca. Un embajador es un trabajador motivado, alineado con los valores corporativos y capaz de representar y defender la organización. Para lograrlo, es clave un buen ambiente laboral, estrategias de reconocimiento efectivas y una cultura que sitúe al empleado en el centro de la estrategia.
Nuestra plataforma facilita que los empleados participen en proyectos donde comparten contenidos, desafíos y novedades en sus redes sociales, fortaleciendo su marca personal y la de la empresa. Esto influye directamente en la atracción de talento, ya que los candidatos perciben a la compañía como un entorno sólido y atractivo.
La misión de Be-Ambassador es generar beneficios mutuos: los empleados se posicionan profesionalmente y acceden a información relevante, mientras la empresa refuerza su reputación, obtiene feedback y genera oportunidades de negocio. Estudios de Deloitte e IBM muestran que una marca empleadora sólida puede reducir la rotación de personal hasta un 28 %, disminuir los costes de contratación hasta un 50 % y aumentar la retención de empleados clave en un 40 %.
En definitiva, Be-Ambassador permite trasladar la cultura organizacional hacia los empleados, convirtiéndolos en embajadores de la marca y fortaleciendo la atracción y retención de talento.

