¿Cómo define usted la innovación dentro del contexto del Cabildo y qué papel considera que juega en la transición ecológica de Gran Canaria?
Los cabildos no tenemos competencias directas en investigación ni en educación, así que todo lo que hacemos en ese ámbito no es por obligación, sino por vocación. Nos gusta apostar por la innovación porque creemos que impulsa tanto la economía como el conocimiento en Gran Canaria.
Por un lado, apoyamos proyectos con la Universidad de Las Palmas, el Instituto Tecnológico de Canarias o la PLOCAN, y también participamos en iniciativas europeas, como un proyecto de economía circular en el sector textil. Y por otro, innovamos dentro del propio cabildo, mejorando nuestras políticas y formas de trabajar.
Un ejemplo bonito es el proyecto LIFE Niebla, donde usamos tecnología para captar agua de la niebla y aprovecharla en repoblaciones forestales. Así que sí, para nosotros la innovación es clave, tanto hacia afuera como hacia adentro.
¿Cuáles son las líneas estratégicas del Cabildo en materia de innovación aplicada al medio ambiente, la energía y el conocimiento?
Ahora mismo estamos muy metidos en proyectos europeos, sobre todo en programas como Interreg, LIFE y Horizon. En total participamos en cinco proyectos activos, muchos de ellos centrados en sostenibilidad, energía y cambio climático.
Por ejemplo, tenemos uno de economía circular en el sector textil, otro sobre residuos marinos —principalmente plásticos—, y también uno de geotermia, que justo acaba de arrancar una nueva fase. Además, estamos trabajando en proyectos LIFE como Costa Adapta, que busca proteger la costa con soluciones naturales, y For Energy Agencies, para impulsar oficinas de energía en la isla.
También participamos en un proyecto Horizon muy interesante, Natalí, donde estamos desarrollando el primer sistema urbano de drenaje sostenible de Gran Canaria, que filtra el agua de lluvia antes de que llegue al mar.
Y no nos quedamos ahí: nos hemos presentado a nuevas convocatorias europeas con propuestas sobre adaptación al cambio climático, restauración costera y protección de especies, como el lagarto de Gran Canaria.
En resumen, nuestra idea es clara: queremos que Gran Canaria sea un laboratorio vivo de innovación y sostenibilidad. Si algo funciona aquí, seguro que puede funcionar también fuera.
¿Cómo se están integrando las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, en la gestión ambiental insular?
Lo cierto es que ya usamos la inteligencia artificial en el día a día, casi sin darnos cuenta. Hay departamentos que, si mañana les dijéramos que no pueden usarla, se paralizarían, porque muchas tareas ya dependen de estas herramientas. Por ejemplo, en el área jurídica o en distintos servicios técnicos, la IA se usa mucho para agilizar el trabajo.
Nuestra experiencia más potente con lainteligencia artificial fue en la elaboración de la Agenda de Transición Energética de Gran Canaria. Ahí usamos millones de simulaciones para definir un modelo energético realista de cara a 2040 y avanzar hacia la descarbonización.
Y mirando al futuro, creo que el siguiente paso está en los gemelos digitales. Imaginar un gemelo digital de la isla que nos ayude a entender la capacidad de carga, los recursos naturales o hasta cuánto podemos crecer sin dañar el territorio sería una herramienta brutal para planificar. Es un reto, pero también una oportunidad enorme para tomar decisiones más inteligentes sobre el futuro de Gran Canaria.
Gran Canaria se describe como un laboratorio natural para la sostenibilidad. ¿Cómo puede una isla convertirse en un modelo o espacio de pruebas para otros territorios?
Gran Canaria puede ser un laboratorio porque lo que funciona en el continente no siempre sirve en una isla. Aquí tenemos que adaptar las tecnologías para que sean más eficientes y funcionen con menos recursos, y eso nos obliga a ser más innovadores.
Además, no somos una isla pequeña: somos 850.000 habitantes y recibimos más de cuatro millones de turistas al año. Eso nos permite probar soluciones a gran escala, pero en un entorno controlado. Por ejemplo, estamos trabajando con megaturbinas en Arinaga para instalar una hidrogenera y probar tecnologías marinas en una piscina especializada, algo que solo existe también en Cantabria.
Todo esto demuestra que una isla como Gran Canaria puede ser un campo de pruebas perfecto. Si algo funciona aquí, va a funcionar en cualquier sitio. Y, además, apostando por la innovación en energía, medio ambiente y economía azul, estamos creando empleo verde y ayudando a diversificar nuestra economía más allá del turismo.
¿Cuáles son los principales retos y objetivos que se ha marcado el Cabildo de Gran Canaria en materia de innovación para el próximo año?
Además de todo lo que te he comentado antes, también nos hemos presentado a una convocatoria del CDTI junto con una empresa de aquí, de Gran Canaria. Es un proyecto muy interesante porque se trata de máquinas capaces de captar la humedad del aire y transformarla en agua usando energías renovables. Esto sería muy útil en zonas altas de la isla, donde cada vez llueve menos y tenemos más problemas de abastecimiento, sobre todo para repoblaciones, zonas recreativas o incluso para la lucha contra incendios. La idea es poder tener estos equipos funcionando durante todo el año y así disponer de agua sin depender tanto del transporte en cubas.
En esta consejería tenemos una visión muy enfocada en lo medioambiental, lo climático y lo energético, pero también apoyamos mucho la innovación desde distintos frentes. Por ejemplo, ayudamos a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con una línea anual de apoyo para el desarrollo de patentes, y eso ha dado muy buenos resultados: el número de patentes registradas ha crecido muchísimo desde que el Cabildo se implicó directamente. También impulsamos becas de doctorado industrial y colaboramos con el ITC en proyectos relacionados con la economía azul, a través de la plataforma BioAci, junto al Banco Español de Algas y el Instituto Ecoagua.
Además, este año la PLOCAN va a poder adquirir un glider, un robot submarino, gracias a una ayuda del Cabildo, lo que refuerza ese ecosistema innovador que tenemos en la isla. En definitiva, estamos intentando apoyar desde todos los lados posibles a las personas, instituciones y empresas que apuestan por la innovación.
Usamos inteligencia
artificial casi sin darnos
cuenta en el día a día
Yo siempre digo que el Cabildo de Gran Canaria es un cabildo proactivo, con la innovación en su ADN. Cuando hablamos de convertirnos en una “ecoisla”, no hablamos solo de sostenibilidad, sino también de inteligencia, de investigación y de tecnología. Hace poco, por ejemplo, recibimos a una
delegación de islas caribeñas, y creo que ahí hay una oportunidad enorme: compartir nuestras experiencias y exportar nuestras soluciones a otras islas del mundo que se enfrentan a los mismos desafíos que nosotros. Al final, se trata de posicionar a Gran Canaria como una isla capaz de generar y ofrecer innovación al resto del planeta.

