2025 ha sido un año intenso para todos los municipios. Si tuviera que hacer un balance de su gestión, ¿cuáles considera que han sido los principales logros alcanzados en Tegueste?
Este 2025 en Tegueste ha estado marcado sobre todo por el cambio en la Alcaldía. Hasta el 6 de junio la alcaldesa era Ana Mena, del PSOE, que llevaba en el cargo desde 2019, y a partir de esa fecha asumí yo la responsabilidad. Ese ha sido el cambio más importante; el resto del organigrama municipal se ha mantenido prácticamente igual, tal y como estaba pactado en el acuerdo de gobernabilidad.
En cuanto a los hitos del año, destacaría cuatro: inauguramos la nueva sede de Protección Civil, abrimos la pista de atletismo en la Ciudad Deportiva Los Laureles, y en estos últimos meses hemos adquirido —mediante expropiación— los terrenos donde irá el futuro pabellón de Tegueste y ultimando la compra de los del futuro centro de salud, que construirá el Servicio Canario de la Salud.
Alcalde, la Navidad es una época muy especial para los municipios pequeños, donde la cercanía y la participación vecinal se viven de una manera intensa. ¿Cómo se refleja ese espíritu en Tegueste y qué iniciativas ha impulsado el Ayuntamiento para reforzar el sentimiento comunitario estas fiestas?
Como comentabas, en los pueblos la Navidad sigue teniendo ese toque cercano y familiar que en las ciudades a veces se pierde. Aquí intentamos que todo lo comercial vaya siempre de la mano de nuestra identidad y nuestras tradiciones, trabajando junto a la asociación de empresarios y otros colectivos para que no se quede solo en comprar y vender, sino en sentir el municipio.
Una de las tradiciones más nuestras es la del Divino, ligada al villancico compuesto por el teguestero Fermín Sedré. A eso se suman los festivales de villancicos, las misas pastorelas, los conciertos de Navidad de nuestra agrupación musical —que ya lleva más de 25 años— y muchas actividades en las que cada colectivo tiene su espacio: pasacalles, galas, conciertos, festivales…
No hacemos grandes macroeventos, ni un fin de año espectacular, pero sí cuidamos lo que nos identifica. Al final, la idea es que la Navidad sea un punto de encuentro para los vecinos y vecinas y que mantenga vivo ese espíritu que nos caracteriza.
“La Navidad sigue teniendo ese toque cercano y familiar”
En muchos lugares, las fiestas navideñas se están convirtiendo también en una oportunidad para dinamizar la economía local. ¿Cómo se conjugan en Tegueste la tradición, la sostenibilidad y el impulso económico en esta campaña navideña?
También quiero destacar algo importante: pedimos una subvención a la Dirección General de Comercio del Gobierno de Canarias y nos la concedieron. Gracias a eso hemos podido seguir uniendo nuestras tradiciones e identidad con el impulso a la actividad económica del municipio. Todo esto lo hacemos en coordinación con la Asociación de Empresarios de la Villa, con quienes organizamos eventos, cabalgatas, atracciones y la dinamización de la calle peatonal para que el comercio local se beneficie del ambiente navideño y para que vecinos y visitantes se animen a comprar en Tegueste.
Esta colaboración lleva muchos años funcionando y se complementa con las actividades tradicionales de estas fechas. Y, por supuesto, agradecemos al Gobierno de Canarias el apoyo a través de esa subvención. Sumado a esto, nuestra Feria de Artesanía se ha convertido en una Feria referente para los artesanos y artesanas, en las que año a año, fomentamos el consumo de productos autóctonos. Para el impulso de esta Feria recibimos subvención de Artesanía del Cabildo de Tenerife y también del Gobierno de Canarias.
Tegueste es conocido por su identidad rural y su respeto por las tradiciones. ¿Cómo se equilibra esa esencia con la necesidad de modernizar y adaptar las celebraciones a los nuevos tiempos y a las nuevas generaciones?
La verdad es que todo esto lo vivo muy de cerca. En mi casa siempre hemos sido muy defensores de nuestras tradiciones: somos carreteros, hacemos el Belén, estamos ligados al campo… al final es algo que forma parte de nuestra manera de vivir. Desde la administración, y también a nivel personal, intento transmitir que para defender nuestras tradiciones primero hay que conocerlas. Por eso trabajamos en dar visibilidad al mundo del campo, la ganadería, la cultura popular, la romería… para que la gente que llega pueda entenderlo, sentirse parte y ayudar a conservarlo.
No se trata de ir en contra de las redes o de los cambios; al contrario, queremos evolucionar, pero sin perder lo que nos hace únicos. Sentir orgullo por lo nuestro es la base para poder seguir creciendo sin dejar atrás nuestra identidad.
En los últimos años se habla mucho de la necesidad de vincular el turismo con el comercio de proximidad. ¿Está Tegueste avanzando hacia un modelo que integre ambos sectores, aprovechando su atractivo como municipio rural, gastronómico y cultural?
El turismo que tenemos en Tegueste es, sobre todo, de un día. La idea es que la gente venga, deje el coche, visite el casco histórico y aproveche para caminar por los senderos que conectan con Anaga. Queremos posicionarnos como una de las puertas de entrada a ese espacio natural.
También tenemos otra vertiente muy importante: el vínculo con el sector agrario y ganadero. Nuestra gran joya es el Mercadillo del Agricultor, un referente en producto local y de kilómetro cero, con un ambiente tranquilo y una oferta de muchísima calidad los fines de semana.
No contamos con hoteles; solo con algunas viviendas vacacionales, y nuestro plan de ordenación está muy orientado al sector agrario, así que no hay mucho margen para crecer en infraestructuras turísticas. Por eso apostamos por lo que mejor nos define: ser puerta de Anaga y mostrar nuestros recursos, nuestra producción local y el mercadillo.
En un contexto donde muchos municipios se enfrentan al reto del envejecimiento poblacional y la despoblación rural, ¿cómo planea Tegueste atraer y retener a las nuevas generaciones?
En Tegueste no tenemos un problema de despoblación, aunque sí notamos, como en muchos sitios, un envejecimiento de la población. El verdadero reto está en que muchos jóvenes quieren quedarse a vivir aquí, pero el acceso a la vivienda es muy complicado. Es un problema general en todo el país, pero en un municipio pequeño como el nuestro, con poco suelo urbano disponible, se nota aún más: hay poca oferta y los alquileres son caros.
Desde el Ayuntamiento estamos abiertos a buscar cualquier espacio que permita construir vivienda pública o soluciones similares. Nunca se ha hecho aquí, pero seguimos trabajando para encontrar alternativas y ayudar a que nuestros jóvenes puedan quedarse en su municipio.
Mirando hacia 2026, ¿cuáles son las grandes prioridades de su equipo de gobierno? ¿Qué proyectos estratégicos definirán el rumbo del municipio en los próximos años?
Al final, la idea en la política local siempre es la misma: mejorar poco a poco la calidad de vida de nuestros vecinos. No solo cumplir con los servicios básicos, sino ofrecer más y hacerlo cada vez mejor. Y en esa línea tenemos varios proyectos importantes en marcha.
Por ejemplo, ya está licitado el nuevo punto limpio en La Piconera, que será el primero de toda la comarca noroeste. También seguimos adelante con la finalización de la Casa de los Zamoranos, donde queremos ubicar la oficina de turismo y el centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera, y con la rehabilitación de la Casa Sansó para nuevos usos municipales.
Otro proyecto clave es el centro de interpretación del yacimiento de Los Cabezazos, que esperamos impulsar este próximo año. Además, tras adquirir el terreno para el futuro centro de salud, queremos empezar los primeros pasos para su construcción.
En infraestructuras, seguimos trabajando en el acerado de la TF-141 y de la TF-154, y el techado de las instalaciones deportivas, algo muy necesario en un municipio donde la lluvia sigue siendo habitual . El próximo año se cubrirán dos canchas de baloncesto en la Ciudad Deportiva, y también esperamos iniciar el techado del polideportivo de Pedro Álvarez.










