Últimamente encender la tele y poner las noticias es sinónimo de preocupación y de tristeza. Da igual si eres empresario o colaborador, las cosas están feas, o mejor dicho, ya estaban feas, pero han empeorado. De pequeño, y de no tan pequeño, cuando veía en la tele debates o tertulias sobre economía, que no era lo habitual, me explotaba la cabeza intentando entender tan sólo el vocabulario.
Cierto es que tampoco pensaba que eso me afectase mucho, ¿qué más me daba a mi que subiera o bajara la inflación? Yo tendría que seguir trabajando, siendo creativo para llegar a final de mes y seguiría, en mayor o menos medida, haciendo las cosas de la vida, ¿no lo ven así? Han pasado los años, y determinadas cosas que parecía irrelevantes, se han convertido en cuestiones imprescindibles de saber, ya que, marcarán el futuro, no sólo de la economía, sino de la cotidianidad de nuestras vidas. Cuando pienso en escribir mis artículos para Tribuna, siempre quiero aportar ideas, propuestas y soluciones, pero en el día de hoy me gustaría dar un poco del luz a cualquier persona que le llegue estas líneas.
Contratar personal, un lujo que cada vez menos se pueden permitir
Qué paguemos más a nuestros colaboradores, que creemos empleo digno y que “dejemos de explotar”, son barbaridades que he escuchado en el mundo de la política. Quiero pensar que no es falta de empatía sino de conocimiento, pues me parecería mezquino que alguien dijera esto sin saber lo que cuesta en España contratar
Cuando piensas en incorporar a alguien al equipo, sobre todo si eres una pequeña PYME que son las que más empleo y riqueza generan en el país y en el entorno donde están ubicadas, las variables que tienes que poner encima de la mesa son las siguientes. La primera es el coste de salario, y no hablamos del neto líquido a percibir que está fijado en 1.050 euros en 14 pagas. A esto le sumamos el coste de empresa y los seguros sociales. Les voy a poner un ejemplo de una persona que tenga una categoría un poco superior para que podamos visualizarlo. Imagina que tienes a alguien que te cumple dentro de tu empresa, con formación y talento y decides contratarle para que cubra un puesto de responsabilidad sencillo pagándole un sueldo decente, miren lo que ocurre:
• Neto a cobrar por el trabajador 1.490,98€ mensuales.
• Sueldo bruto 1.862,78€ mensuales.
• Seguridad Social de la empresa 595,18€ mensuales.
• Total que la empresa debe pagar por esta persona al mes es 2.457,96€, ¿qué les parece?
• La inversión en esta persona anual es de 29.495,52€
Este no es el único coste derivado de un colaborador, además de esto la añadimos:
• Coste de asesoría para gestionar nóminas.
• Prevención en riegos laborales.
• Uniforme si lo hubiera.
• Equipamiento derivado del propio trabajo.
• Formaciones obligatorias y no obligatorias.
• Bajas laborales en las que la empresa sigue pagando seguros sociales.
• Días de asuntos propios, si los hay.
• Seguros obligatorios.
Y después de pagar todo esto mientras la relación laboral existe, despido e indemnización si decides que la persona no está cumpliendo con sus labores de manera adecuada. La reflexión que hago sobre esto es la siguiente ¿Cuántos cafés hay que servir o cuantos cortes de pelo hay que hacer para que tener un colaborador o colaboradora que salga en positivo? No existe un plan de consolidación para las empresas, para hacerlas crecer y apoyarlas para que puedan generar empleo de calidad y, por tanto, dignificar la vida de las personas de nuestro país. Dicen que con las normas que van aprobando van mejorando esto, pero no es verdad porque cada vez más a las PYMES se les hace imposible seguir generando empleo
¿Sabes lo que es el IPC?
Esta es una de las palabras que más frecuentemente escuchamos, una de esas que no sabemos en qué nos afecta ya que últimamente no para de crecer. El IPC es el índice de precios de consumo. Lo que nos cuesta vivir en España, ir al supermercado, pagar la energía o el alquiler y la gasolina. Osea, que en nuestro país hoy todos los que me leen son un 9.8% más pobres que antes, ya que este es el último dato que tenemos.
¿Y la deuda pública?
Es el dinero que nuestro país debe y que tendremos que pagar entre todos, no se equivoquen, el dinero no es infinito y por eso, tenemos que ver muy bien en donde lo invertimos. En la actualidad supera un 118% nuestro producto interior bruto. Menudo disparate.
La gasolina, la huelga del transporte y el sector primario
La guerra de Ucrania ha hecho que el precio de la energía, que ya estaba por las nubes, creciese aún más. La crisis de la Covid 19 que hizo que, al cerrar China, las materias primas empezasen a escasear y los parones económicos de los últimos años, han dejado a muchas empresas tocadas, por desgracia a otras tantas hundidas. Salir a la calle a perder dinero en una realidad absurda donde las PYMES sufren la peor parte, es lo que ha llevado al sector del transporte, y al sector primario a plantarse.
Y es que no estamos siendo objetivos, ¿irían ustedes todos los días a sus puestos de trabajo para tener que pagarle a la empresa a final de mes? Esto sería inimaginable. Justo es lo que pasa cuando todos los costes le suben (IPC) y laborales y no pueden repercutirlo en el precio final porque compiten con productos de países que no tienen ni los derechos ni los impuestos que pagamos en España. La reflexión debe ser muy clara, o dejamos de poner parches más pensados para un futuro electoral que para mejorar la vida de la gente y nos ponemos en serio y con rigor a hablar del futuro, o la sociedad al completo lo va a pasar mal.
El desabastecimiento, los paros y el enfado monumental de quien madruga para sacar adelantes sus granjas o llevarnos los productos a los supermercados es más que entendible. Esto por algún lado, tenía que reventar.
