¿Cuáles son los principales fuertes económicos del municipio y cómo afectan los tiempos complicados a los pequeños y medianos negocios y a los autónomos?
Los Realejos tiene una gran fortaleza en el sector comercial. Contamos con cinco zonas comerciales abiertas, algo que nos diferencia de otras localidades, donde la actividad suele estar concentrada en un único espacio. Además, tenemos un polígono industrial que, afortunadamente, ha aumentado su actividad en los últimos años.
Con la reciente aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, el polígono va a crecer de forma notable, lo que supondrá un impulso para la economía local. Lo más interesante es que este crecimiento está diseñado para facilitar la implantación de pequeñas actividades industriales. Esto permitirá que cualquier persona que quiera abrir un taller de mecánica o una pequeña industria disponga de un espacio adecuado, favoreciendo el emprendimiento.
Tampoco podemos olvidar el sector primario. Al estar en el norte de Tenerife, Los Realejos tiene una agricultura y una ganadería con un peso productivo importante. Ese es también uno de los puntos fuertes del municipio.
Iniciar un negocio hoy puede resultar complicado, y las noticias sobre la economía generan cierta incertidumbre. Sin embargo, Los Realejos se ha convertido en un polo de apoyo y atracción para emprendedores. ¿Qué medidas o iniciativas se están desarrollando desde el ayuntamiento?
Desde que pusimos en marcha el cheque emprendedor —una iniciativa que nació aquí y que después se exportó a otros municipios de Canarias— cerca de 700 personas se han beneficiado de él. El objetivo es ayudar a cubrir los gastos del primer año de actividad: apertura de negocios, trámites notariales, equipamiento de locales… Ese tipo de gastos iniciales.
Hablamos de casi dos millones de euros invertidos hasta ahora. A esto se suma la formación centralizada en la Casa del Emprendedor, donde contamos con el único vivero de empresas público del norte de Tenerife, con formación
continua tanto para nuevos emprendedores como para empresas ya consolidadas. Es un punto de referencia en toda la comarca.
Además, apoyamos la apertura de nuevos negocios con ayudas al alquiler de locales comerciales, cubriendo hasta los primeros seis meses. Esto hace que Los Realejos sea especialmente atractivo para iniciar un establecimiento.
Solo en 2024 tuvimos 70 nuevas aperturas en un municipio de unos 37.000 habitantes, y este año ya llevamos 58. Son cifras muy relevantes.
También contamos con iniciativas como Remárcate, que ayuda a empresas ya consolidadas a modernizar su imagen corporativa. El ayuntamiento financia servicios de marketing o diseño gráfico para mejorar su comunicación. Y ofrecemos herramientas como el directorio comercial Compra con Corazón, nuestro Marketplace local y Ventor. mobi, para que los comercios puedan vender directamente por internet, algo que no es habitual en la administración local.
En definitiva, trabajamos para que Los Realejos sea un municipio atractivo para emprender, crecer e innovar.
Los Realejos ha sido pionero en muchas medidas de apoyo a emprendedores, que además han perdurado en el tiempo. ¿Cuál es la filosofía del municipio a la hora de diseñar este tipo de acciones?
La clave es la constancia. Hay que ser creativos en todos los ámbitos, también en la política económica. Las medidas que hemos puesto en marcha siguen vigentes.
Algunas fueron puntuales. Después de la pandemia lanzamos una ayuda para la restauración, para cubrir los gastos de terrazas en espacios públicos. Fue temporal, pero muy efectiva.
También hemos creado otra ayuda que ya será permanente: cuando se realice una obra en un espacio público que afecte a una zona comercial, los negocios podrán recibir una compensación económica. Antes era puntual, pero desde 2025 queremos que sea una medida fija para apoyar a los comercios en situaciones que supongan molestias por obras o inversiones municipales.
En resumen, creatividad y constancia, siempre acompañadas de apoyo al tejido empresarial.
¿Qué necesidades expresan actualmente los empresarios de Los Realejos?
La mayor preocupación es el trato que reciben los autónomos. Hay demasiados pagos, trámites y exigencias, y en muchas ocasiones sin un apoyo real. Hace poco vimos cómo el Gobierno tuvo que rectificar la subida de cuotas por la presión del sector. No es posible que los ayuntamientos intentemos apoyar al autónomo mientras el Estado toma medidas en sentido contrario.
También hay un problema importante de falta de mano de obra cualificada. Sectores como la construcción o la hostelería no encuentran personal. Eso retrasa obras públicas, afecta a licitaciones y complica el funcionamiento de hoteles y restaurantes. Desde el Ayuntamiento ofrecemos formación y colaboramos con centros educativos, pero aun así es difícil cubrir la demanda. Es un tema que habrá que abordar de manera urgente.
¿Crees que en los últimos años se ha producido cierta demonización del empresariado y de los autónomos?
Está bien defender los derechos de los trabajadores, por supuesto, pero eso debe ir acompañado de apoyo real a las empresas: menos carga fiscal, más ayudas y una administración que no dificulte su actividad.
España es un país de pequeños negocios. Cuando se habla de “empresarios”, a menudo se piensa en grandes fortunas, cuando en realidad hablamos de supermercados, peluquerías, talleres o pequeñas tiendas que luchan por llegar a fin de mes.
Me preocupa especialmente que al pequeño empresario se le esté asfixiando. Si alguien quiere contratar, no puede encontrarse con más cuotas, más costes y más exigencias. Subir salarios está bien, pero debe venir acompañado de medidas que permitan que el negocio sea sostenible. Los precios suben más rápido que los salarios, la vida es más cara y en Canarias tenemos cifras muy preocupantes de pobreza. Hay familias con empleo que no llegan a fin de mes. Esto afecta a trabajadores y empresarios.
La burocracia es otra carga para los pequeños negocios. ¿Está el Ayuntamiento trabajando para simplificarla?
Los ayuntamientos no tenemos grandes competencias en empleo o comercio, pero hacemos lo posible: simplificamos trámites, reducimos tasas y apostamos por la declaración responsable, además de visitas rápidas para agilizar las aperturas.
Pero me preocupa una medida de cara a 2026: el llamado “tasazo de la basura”, una medida estatal que duplicará lo que pagan ciudadanos y empresas por este servicio. En otros países, el coste se reparte entre productores, distribuidores y consumidores; aquí recaerá solo sobre consumidores y empresarios. Eso significa más presión fiscal.
El municipio ha ganado visibilidad nacional e internacional en ferias como Fitur. ¿Hasta qué punto esto ha contribuido a su desarrollo?
En estos años hemos trabajado mucho en promocionar el modelo turístico que queremos. No somos un destino turístico masivo como Puerto de la Cruz, pero formamos parte de un conjunto: el norte de Tenerife. Complementamos su oferta con paisaje, tranquilidad y la mayor capacidad de turismo rural del archipiélago. A eso sumamos nuestra marca gastronómica: vinos, papas, quesos, mieles, gofio… Queremos que quien visite Los Realejos viva una experiencia completa: cultura, paisaje, deporte y producto local.
Participamos en ferias en Castilla y León, Aragón o Fitur, promocionando nuestras fiestas y tradiciones. Somos el municipio más festivo de España, y eso genera economía local durante todo el año.
¿Qué objetivos te marcas para lo que queda de mandato?
Ya hemos cumplido alrededor del 70 % del programa con el que nos presentamos en 2023. Hemos puesto en marcha grandes proyectos: la construcción del nuevo complejo deportivo y la piscina municipal, el parque urbano en Toscal Longuera, la rehabilitación de la Hacienda de la Gorvorana, la apertura del Teatro Cine Realejos, la restauración del colegio de San Agustín y la compra del histórico Cine Viera.
Hemos logrado mucha financiación externa: el presupuesto de este año cerrará en torno a los 50 millones, con más de 17 millones procedentes de otras administraciones. También hemos trabajado en sostenibilidad: todos los centros educativos son energéticamente sostenibles y somos el municipio con más puntos de recarga para vehículos eléctricos de Tenerife.
Ha sido un mandato de inversión, de buscar financiación y de gestionar hasta el último recurso disponible.
