“Canarias tiene mucho que contar en el mundo de los vinos”
¿Cómo definiría la identidad de Bodegas Tajinaste?
Bodegas Tajinaste tiene una estructura familiar. Actualmente, está en activo la tercera y cuarta generación. Mis padres a sus 76 años siguen al pie del cañón. Yo me encargo de la parte enológica y mis sobrinos ya participan tanto en bodega como en el centro de visitas inaugurado el año pasado.
A pesar de nuestro equipo compuesto por 12 personas, la bodega sigue teniendo un marcado carácter familiar. Asimismo, trabajamos de la mano de muchos viticultores de la Isla, nuestro fuerte se concentra en nuestro entorno inmediato, que es el Valle de La Orotava, pero también contamos con viticultores en la zona de Vilaflor, Icod, Guía de Isora, Santiago del Teide, Santa Úrsula o La Victoria. Son más de 150 viticultores con los que trabajamos, por lo que nos consideramos una bodega de carácter insular.
Incluso, tenemos un proyecto muy bonito en la Isla de La Gomera, donde elaboramos un vino blanco derivado de la uva Forastera Blanca. Es nuestro proyecto más lejano, pero en él volcamos mucho cariño.
¿Cómo ha cambiado la viticultura en sus Bodegas en los últimos años?
Desde el apartado de viticultura, trabajamos con la viticultura tradicional, pero siempre hacemos modificaciones y hemos hecho nuevas plantaciones con variedades olvidadas, rescatando algunas como la Marmajuelo, la Vijariego Negro o la Vijariego Blanca; variedades menos conocidas, pero con mucho potencial.
Asimismo, hemos creado nuevas líneas de elaboración, desde vinos espumosos a blancos fermentados en barrica, tintos dulces… Tenemos una amplia gama con 17 referencias en estilos de vino.
Todo parte de la viticultura. Una viticultura que siempre defendemos, caracterizada por un marcado carácter volcánico, con el concepto de microclima insular, la influencia de viñedos prefiloxéricos, los sistemas de conducción tan originales que tenemos, la influencia atlántica de los vientos alisios y, sobre todo, la influencia que tiene nuestra historia en el mundo del vino. Seguimos el bagaje de hace 500 años en una de las regiones vitivinícolas más importantes del mundo, tenemos que rescatar esta información y que sea conocida por nuestra sociedad.
¿Le falta algo a Tenerife para tener el máximo prestigio internacional?
Estamos viviendo en una época dorada. Nosotros trabajamos en muchos mercados y todos los años vamos a Nueva York con nuestro importador y utiliza el Canary Wine como un reclamo para sus clientes. Hoy en día, los viñedos insulares con las características que comentábamos recaen en un cóctel de singularidad que se da en pocas regiones del mundo.
En Canarias no somos conscientes de la riqueza que tenemos, pero sí se aprecia muchísimo desde fuera. Canarias tiene mucho que contar en el mundo de los vinos y a nivel internacional estamos muy bien reconocidos.
Cada vez se da más el caso de bodegas que abren sus puertas para que el visitante pueda acercarse a ellas, pudiéndose adentrar en la tradición vitivinícola de las Islas.
Hay una cadena muy bonita que hemos generado: somos viticultores y elaboradores, somos capaces de llegar a las cartas de nuestros restaurantes y hemos desarrollado un turismo interno y externo, con turistas que quieren venir a Canarias para conocer la gastronomía y la singularidad de nuestros vinos.
Esto nos ha llevado a crear un centro de visitas, donde los clientes que quieran acercarse a nuestras instalaciones para conocer nuestros vinos de primera mano puedan hacerlo. Allí podrán conocer los secretos de elaboración, de nuestra viticultura, pueden hacer una cata de todas nuestras referencias por copa, realizamos visitas con catas de vino para grupos… En fin, hacemos un traje a medida en función de la visita.
Vinos clásicos o modernos, ¿en qué estilo encajarían sus vinos?
Es importante estar a la vanguardia de lo que se cuece en el mercado. A mí me encanta mirar siempre hacia atrás, ver de dónde venimos y hacer vinos actuales con la viticultura tradicional.
Tenemos que reinterpretar para una sociedad actual vinos que estén a la altura, vinos modernos que parten de nuestras mismas fincas y viñas. Vinos muy agradables e interesantes para beber. Vinos gastronómicos, desde blancos varietales a espumosos. Este año vamos a inaugurar una novedad: un vino rosa palo muy claro a partir de Malvasía, Albillo y Vijariego Negro. Hacemos combinaciones de lo que creemos que pueden ser vinos gastronómicos interesantes.
¿Algún nuevo proyecto en mente?
Tenemos un proyecto precioso que se llama Finca La Sabina. Se trata de una finca que comenzamos a plantar en el año 2019. Justamente, llegó a mis manos un documento por parte de la Universidad de La Laguna de Haciendas vinícolas importantes en el siglo XIX y aparece esta finca, que recibió a uno de los mejores cronistas que ha tenido Canarias, cuyo nombre es José Agustín Álvarez Rixo. Fue alcalde del Puerto de la Cruz y cronista, con un lema precioso que era: “Escribir para no olvidar”.
Este documento llegó como un regalo a nuestras manos, porque estamos replantando una finca de nueve hectáreas entre Marmajuelo, Malvasía, Albillo y Vijariego, donde queremos elaborar un vino de parcela. Es un proyecto que mira hacia la historia, pero con la ilusión de elaborar un vino muy complejo con el peso de haber sido una de las Haciendas vinícolas más importantes del siglo XIX.
