¿Cómo describirías la situación actual del sector de los supermercados en Canarias? ¿Cuáles son las tendencias más destacadas que están observando en la actualidad?
Nos encontramos en un contexto desafiante, marcado por la proliferación de normativas, tanto comunitarias como nacionales y autonómicas. Destaca especialmente el impacto de las nuevas regulaciones ambientales, cuyas implicaciones económicas, especialmente en términos de costos de implementación, generan gran preocupación. En paralelo, observamos una tendencia positiva en la evolución de los precios de los alimentos, que tras un período de alza sostenida, muestran signos de moderación, acercándose a niveles de inflación más habituales.
¿Qué papel están desempeñando las regulaciones excesivas en la dinámica operativa del sector de los supermercados en Canarias?
Es fundamental destacar que estas medidas no son exclusivas de nuestro archipiélago, sino que se aplican a nivel peninsular y europeo. Las normativas ambientales comunitarias están provocando un incremento generalizado de los costes en toda la cadena de valor de la industria alimentaria, incluido nuestro sector. Estos cambios normativos obligan a adaptar nuestras operaciones de manera significativa, lo que implica un importante desembolso económico. Recientemente, nuestra organización nacional trasladó estas preocupaciones directamente a las autoridades europeas en Bruselas.
¿Cuál ha sido la retroalimentación de la Unión Europea ante las peticiones realizadas por la asociación a nivel nacional durante su visita a Bruselas?
Lamentablemente, el marco legislativo europeo es sumamente complejo. Esto dificulta enorme- mente la posibilidad de revertir normas aprobadas sin una adecuada consulta a los sectores afectados. Nuestro objetivo es sensibilizar a las instituciones europeas sobre las dificultades que enfrentan las empresas para implementar estas medidas en plazos tan cortos. Estas nuevas regulaciones generan un aumento significativo de los costos operativos en toda la cadena de valor, lo cual, a largo plazo, perjudica a la economía europea.
Alonso, ¿cómo proyectan el futuro de la cadena de suministro de alimentos en Canarias ante el aumento de los costes operativos? ¿Qué acciones conjuntas están llevando a cabo con el sector público y privado para enfrentar los desafíos planteados por la nueva normativa?
Nuestra relación con los sectores agrícola y primario, así como con las industrias locales, es estrecha, dado que formamos parte de una misma cadena de valor. Colaboramos estrechamente con estas organizaciones para informarles sobre las nuevas normativas ambientales y sus implicaciones. Nuestro objetivo es que todos los actores de la cadena sean conscientes de los desafíos que enfrentamos y trabajen de forma conjunta para buscar soluciones. En este sentido, aprovechamos nuestra posición como región ultraperiférica para solicitar a nuestras autoridades autonómicas una adaptación de las directivas comunitarias a nuestra realidad específica.
Para finalizar, ¿en qué proyectos está trabajando actualmente ASUICAN para mejorar la competitividad del sector en Canarias?
La competitividad de nuestro sector es evidente. De hecho, podríamos afirmar que somos uno de los sectores más competitivos de la economía. Los márgenes de beneficio son extremadamente bajos, lo que hace que cualquier error de gestión pueda tener graves consecuencias económicas. Los informes del Banco de España corroboran esta situación, señalando una constante disminución de los márgenes en los supermercados a lo largo de los últimos años ante la necesidad de mantener precios competitivos para los consumidores. Esta alta eficiencia se refleja en la amplia disponibilidad de productos y servicios que encontramos en cualquier localidad de las Islas Canarias, en cualquier momento.
