¿Qué valores y principios guían el trabajo de Panna & Pomodoro en la producción de masas artesanales y cuál es su compromiso con la excelencia y la autenticidad en sus productos?
Panna & Pomodoro es una empresa que se creó en Canarias en el 2.000, año en el que yo estaba al mando de una franquicia de helados y bases para pizza que se comercializaban en pizzerías. En 2005 decidimos especializarnos en la base para pizza y me llevé conmigo el nombre de la franquicia, dado el reconocimiento que ya tenía.
Dejamos la venta directa, transformando la marca y convirtiéndola en una marca de calidad para el consumidor dedicada a suministrar masas de pizza con tomate. Comenzamos, en primera instancia, trabajando con cadenas de supermercados locales. Desde ahí, en un mundo tan complejo como el sector de la pizza, donde poco queda por inventar, la única manera de diferenciarnos era apostar por la calidad. Filosofía que seguimos manteniendo a día de hoy y de la que estamos convencidos que es el secreto de nuestro éxito.
¿Hay mucha competencia en este sector?
A nivel mundial la pizza es uno de los productos más vendidos. Con lo cual, hay competencia, principalmente procedente del mercado europeo. De ahí viene la necesidad de especializarnos en desarrollar un producto cada día de más calidad, porque el consumidor ha desarrollado un juicio crítico en torno a los alimentos y conoce las características de los productos. Conoce lo que es una larga fermentación, un fermento madre, una biga…
En Panna & Pomodoro garantizan la calidad de sus productos. ¿Qué nos puede comentar acerca del proceso productivo?
En nuestro proceso productivo garantizamos al 100% los parámetros higiénicos y sanitarios. Por segundo año consecutivo hemos conseguido un High Level en la certificación IFS Food version 8. Un certificado que garantiza al comprador la calidad del producto y que controla los procesos productivos.
¿Cuál es la variedad de masas artesanales que ofrece Panna & Pomodoro a sus clientes, tanto en términos de tipos de pizza como de pinsa?
Siempre hemos atendido a la fabricación clásica, pero en un momento dado nos dimos cuenta de que el mercado requería y demandaba un producto de mayor calidad. Por ello, comenzamos a mirar a nuestro alrededor y a atender a nuevos productos que se comenzaban a fabricar en Italia, porque la pinsa es un producto novedoso, pero en Italia lleva 10 años en el mercado.
La gran diferencia entre una pizza y una pinsa es el proceso de fermentación. Nuestros productos están fabricados con un fermento que se llama biga, el cual después de una fermentación de 24 horas se somete a una posterior elaboración totalmente manual. Con lo cual, resulta ser un producto altamente digerible.
¿Y cuáles están siendo vuestras líneas de trabajo actualmente? ¿Plantean nuevas líneas de productos?
En el último año y medio hemos asistido a un gran cambio en nuestra empresa, porque hemos sacado a la venta varias líneas muy reconocidas como el pan de ajo, el cual se puede adquirir en todos los supermercados de Canarias.
Tenemos en construcción una evolución del pan de ajo, que no puedo anticipar, pero que será un gran producto. Aparte, cabe mencionar las Pizzas Gourmet que parten de productos fermentados, junto con la pinsa.
Vuestros productos, ¿solo los podemos adquirir en Canarias o también en península?
Nuestro producto se puede conseguir en península y en el mercado exterior, pues lo estamos distribuyendo fuera de España. Por aquí pasa nuestro futuro: por buscar nuevos clientes por toda Europa.
En línea con lo comentado, cualquier persona puede acceder a nuestra página web y comprar nuestros productos a través de la tienda on-line.
No obstante, las empresas exportadoras necesitan ayudas por parte del Gobierno. Exportar desde Canarias es muy complejo y burocrático. Es difícil incluso llevarlo a la península, que forma parte de nuestro país. Para una empresa de Canarias exportar es todo un reto.
Deberían incentivar la exportación y el crecimiento económico del archipiélago. Lo ideal sería no vivir solo del turismo, sino también poder contar con la economía que surge de una producción industrial sostenible y que, en definitiva, el tejido productivo de Canarias esté compuesto, no solo por el turismo, sino por empresas industriales que alimentan al mercado exterior y benefician económicamente al mercado interior.
¿Cómo valora los años acontecidos?
El pasado año fue muy duro. Hubo un incremento increíble de los costes de producción y de la materia prima, muchas veces especulativos.
Nosotros, como muchas otras empresas canarias, intentamos por todos los medios absorber el coste para no perjudicar al consumidor.
Ha sido duro mantener el margen, ¿verdad?
En algunos casos no hemos tenido margen, porque si no el precio se hubiera disparado. Hemos absorbido todo y actualmente la materia prima sigue en la misma línea, es muy difícil bajar los precios de la materia prima y de los servicios relacionados con la distribución, porque las empresas no se lo pueden permitir. Está siendo muy difícil volver a tener los mismos precios que años atrás.