El pasado mes de febrero tuvieron lugar varias manifestaciones a lo largo y ancho de todo el archipiélago. No obstante, el sector se siente «ninguneado» y «desatendido» tras las mismas. ¿En qué punto nos encontramos actualmente?
Considero que el sector agrícola ha sido desatendido tanto a nivel europeo como nacional. Esperábamos que el nuevo Parlamento Europeo mostrara un mayor compromiso con el campo, pero hasta el momento no hemos percibido cambios significativos. La nueva mayoría parlamentaria, aunque similar a la anterior, presenta tintes más conservadores. Esperamos que desde la Unión Europea se adopten medidas concretas para apoyar al sector agrícola, que se encuentra en una situación crítica debido a la competencia desleal de las importaciones de productos procedentes de terceros países.
Estos productos, a menudo sin los mismos estándares de seguridad alimentaria, inundan nuestros mercados y perjudican la salud de los consumidores. Consideramos que esta doble moral es inaceptable en el siglo XXI.
Es inaceptable que se ponga en riesgo un sector primario que fue fundamental para la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Las ayudas europeas se crearon con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria y fomentar el desarrollo rural. Sin embargo, en la actualidad, la agricultura europea se ha convertido en una moneda de cambio en las negociaciones comerciales internacionales. La Unión Europea exige altos estándares de producción a sus agricultores, pero permite la importación de productos que no cumplen con los mismos requisitos, lo que genera una competencia desleal. Esta doble vara de medir es incompatible con los principios de equidad y justicia.
Las manifestaciones de agricultores y ganaderos han servido para lanzar un claro mensaje: ¡basta! ya no estamos dispuestos a callarnos. Queremos que el nuevo Parlamento nos escuche y nos ayude. Esperamos que se adopten medidas concretas para apoyar al sector primario y responder a sus demandas.
¿Qué medidas específicas consideran necesarias para revertir la situa- ción actual y garantizar la viabilidad y rentabilidad de la actividad agrícola en Canarias?
Estamos denunciando una situación inaceptable: existe una cantidad abrumadora de legislación que resulta imposible de cumplir para los productores europeos, mientras que los productos de terceros países, como los que llegan de Marruecos, entran en la Unión Europea sin que se verifiquen los mínimos estándares de calidad y seguridad.
Nos alarma especialmente la presencia de niveles extremadamente altos de residuos en estos productos. Resulta incomprensible que las autoridades competentes no tomen medidas para rechazar estas partidas y garantizar que los consumidores europeos tengamos acceso a alimentos saludables.
Exigimos la aplicación de cláusulas espejo, es decir, que los productos importados cumplan los mismos requisitos que aquellos producidos en la Unión Europea. Esta medida no solo es justa, sino también esencial para proteger la salud de los ciudadanos y garantizar unas condiciones de competencia equitativas para nuestros productores.
¿Cómo se espera que las administraciones públicas respondan a estas críticas y demandas del sector agrario en Canarias, y qué se espera de su compromiso y acciones futuras para mejorar la situación?
Esperamos un cambio normativo urgente que implique la eliminación de muchas de las nuevas regulaciones que se están planteando. El sector agrícola y ganadero ya está sobrecargado de trámites y restricciones. Las exigencias actuales en materia de transporte animal son insostenibles, ya que equiparan a los animales de granja con mascotas.
Es inviable, por ejemplo, exigir que los toros de lidia se bajen de los camiones cada dos horas durante el transporte. Estas medidas no son realistas y dificultan enormemente la actividad ganadera.
Además, resulta incomprensible que se impongan requisitos tan estrictos a los transportistas europeos mientras que los camiones marroquíes pueden circular por nuestras carreteras sin cumplir las mismas normas. Esta doble vara de medir es una clara injusticia que está llevando al sector al límite. Esta situación recuerda a los motivos que llevaron al Reino Unido a abandonar la Unión Europea. Es necesario revisar y simplificar la legislación actual para garantizar la viabilidad del sector ganadero y evitar que más empresas se vean obligadas a cerrar.
“La agricultura europea se ha convertido en una moneda de cambio en las negociaciones comerciales internacionales”
Si no somos conscientes de la grave situación a la que nos enfrentamos, Europa debe replantearse seriamente su futuro. Los resultados de las últimas elecciones demuestran un creciente descontento ciudadano con las políticas europeas, especialmente en el sector primario. Los productores se sienten asfixiados por una legislación excesiva y poco realista que los empuja a la economía sumergida. Mientras tanto, los productos que se venden en mercadillos sin ningún control fitosanitario, se promocionan como saludables, lo cual es una contradicción total. La ley debería ser igual para todos, tanto para los productores europeos como para los importadores de terceros países.
Es absurdo que Europa se proclame libre de transgénicos sin ofrecer a sus agricultores las herramientas necesarias para competir en igualdad de condiciones. Las semillas transgénicas no han demostrado ser peligrosas, pero su prohibición en Europa hace que nuestros productores sean menos competitivos. De esta manera, estamos inundando el mercado europeo con productos importados, poniendo en riesgo la salud de los consumidores y la viabilidad de nuestro sector agrícola.
Ángela, ¿qué mensaje le gustaría enviar a la sociedad para que comprenda la importancia vital de nuestro sector agrario y se sume a su apoyo, tanto en Canarias como en toda Europa?
Es hora de unir fuerzas en torno al sector primario y vislumbrar un futuro común. Las recientes manifestaciones han puesto de manifiesto la gran labor que tenemos por delante, pero también la importancia de la unidad. No podemos avanzar si enfrentamos a los agricultores y ganaderos entre sí.
A la sociedad en general, quiero recordar- le que un país, y en especial un archipiélago como el nuestro, necesita un sector primario fuerte y autosuficiente. No podemos depen- der exclusivamente de las importaciones de terceros países, especialmente considerando nuestra ubicación geográfica. En caso de una crisis o conflicto a gran escala, Canarias podría verse aislada y desabastecida.
“Es hora de unir fuerzas en torno al sector primario y vislumbrar un futuro común”
Por lo tanto, es fundamental fortalecer nuestro sector primario para garantizar la seguridad alimentaria de los canarios y reducir nuestra vulnerabilidad. Solo así podremos asegurar un futuro próspero y sostenible para nuestras islas.