La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga Canarias Asaja) defiende aplicar cambios en la Medida II de la Ayuda a los Productores de Plátano fresco con Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (POSEI) con el fin de garantizar la supervivencia de las explotaciones tradicionales (pequeñas y medianas) de gestión familiar y razón de ser de los fondos europeos (141,1 millones) que percibe el sector anualmente. Esta modificación, solicitada por los grupos parlamentarios al Gobierno de Canarias, a través de una PNL aprobada hoy, busca revertir la situación crítica que vive el sector debido al hundimiento de los precios en 2023, consecuencia de un exceso de oferta, y la caída de la rentabilidad.
La presidenta de Asaga Canarias Asaja, Ángela Delgado, felicita a los grupos parlamentarios por la aprobación de esta Proposición No de Ley y agradece que “haya primado el consenso y la cordura en favor de una actividad fundamental para la economía de las islas que debe seguir existiendo sustentado sobre esos pequeños y medianos productores que representan a la mayoría del sector”.
Las medidas propuestas dentro de esta PNL pasan principalmente por limitar la producción con derecho a ayuda y aumentar los controles para evitar una posible disminución de las cuantías asignadas a través del POSEI. Esta pérdida de renta podría abocar a muchos pequeños y medianos productores al abandono y poner en peligro el principal producto de exportación de Canarias, además del potencial económico y social que genera en las islas de manera directa e indirecta.
Para limitar la producción con derecho a ayuda, se establecerá un rendimiento máximo de 65.000 kilos por hectárea para poder ser beneficiarios de estos créditos. La fruta que exceda de dicha cantidad se podrá comercializar, pero sin apoyo económico de la Unión Europea. Se solicita además que en las cantidades de referencia o histórico (promedio de producción de una parcela durante un periodo de un año para el cálculo principal de la ayuda) no se incluyan ni las cantidades retiradas del mercado (pica) ni las siniestradas, así como incrementar a 3 años el periodo de revisión del histórico de cada productor.
La propuesta de la PNL también recoge la petición de excluir de la ayuda del POSEI a nuevas plantaciones a partir del 31 de diciembre de 2023. No obstante, “se tendrá en cuenta un mecanismo excepcional para no perjudicar la incorporación de jóvenes agricultores al sector que se dediquen directamente a la actividad agraria”, según señala el texto.
En cuanto al refuerzo de los controles, se hará por tres vías: verificación documental donde se compruebe la relación de productores y parcelas en producción. Esta información será notificada a cada organización de productores (OPP) que procederá a dar de baja a la superficie de cultivo o al agricultor en caso de inactividad. Comprobación de la coherencia entre producción y superficie inscrita, además de vigilancia sobre los plátanos retirados del mercado o siniestrados para evitar la comercialización fraudulenta.
Las cifras delatan la crisis del sector del plátano
Los productores de plátano reciben una ficha financiera anual dotada con 141,1 millones de euros procedente del POSEI y negociada por el sector directamente con Bruselas tras su incorporación a la UE bajo unas condiciones: una producción máxima de 420.000 toneladas, una superficie de 11.200 hectáreas y un rendimiento medio de 37.500 kilos por hectárea. El importante desajuste entre estos tres parámetros a lo largo de estas últimas décadas ha empujado al sector a un panorama de incertidumbre por pérdida de rentabilidad que exige medidas urgentes para corregir la tendencia bajista.
De 2011 a 2023, la superficie de cultivo ha disminuido de las 9.140 a las 8.743 hectáreas, según datos del Asprocan, desapareciendo prácticamente 400 hectáreas. Más significativa aún es la importante disminución en el número de solicitantes de ayuda que ha descendido de los 11.108 a los 7.362 en una década. Este descenso se traduce en una concentración de explotaciones de mayor tamaño y una disminución de las pequeñas o medianas, es decir, aquellas mayoritarias de gestión familiar.
En 2023 se batieron récords de producción con cerca de 470.000 toneladas, según los datos de Asprocan. Las mejoras técnicas aplicadas al cultivo, la selección varietal, la profesionalización en el manejo de las plantaciones y, sobre todo, las altas temperaturas propiciaron un aumento de la maduración de la fruta en planta y una sobreoferta de Plátano de Canarias en la Península, el principal destino comercial de las producciones plataneras.