Desde hace décadas los conceptos de turismo y aventura están cada vez más asociados el uno al otro, pero es a partir del boom de los deportes extremos y desarrollados en ámbitos naturales cuando ha comenzado a facturar este tipo de viajes una media de 260.000 millones de dólares anuales y al alza cada año que pasa, sumado a que la pandemia y pospandemia posterior han servido como trampolín para que la demanda de este nicho de mercado aumente aún más.
Los hábitos de vida y de consumo en torno a la salud, el deporte y la exposición pública de la vida diaria en torno a aventuras y sensaciones de intensidad alta a través de redes sociales, han llevado a que una alta proporción de población de los países más desarrollados demanden vacaciones que incluyan alojamientos en medio de entornos naturales, con una oferta de alimentos y bebidas saludables y actividades deportivas de bajo, medio o alto riesgo según necesidades y perfil personal. Y a partir de aquí todo normal y en torno a lo que ya todos sabemos, ¿pero que hay de la promoción y el aprovechamiento de esta demanda y segmento del mercado en nuestro archipiélago?, pues mucho si hablamos de las genéricas fotos de surfing en alguna ola canaria o de algún sendero, pero la verdad es que tanto por orografía y condiciones del terreno, como por meteorología tenemos un producto inmejorable para atraer de forma masiva al turista aventurero que demanda una ingente y variada cantidad de actividades deportivas tanto en la montaña como en el mar más allá de lugares comunes.
Para ser justos todas las web de turismo de los Cabildos de cada isla cuentan con un área dedicada al turismo activo-deportivo o de naturaleza, y Turismo de Canarias acude en representación del archipiélago a ferias y encuentros nacionales e internacionales relacionados con este segmento aunque estoy seguro de que aunque valorando todos estos esfuerzos, la promoción y atracción de este mercado podría ampliarse y la creación de empresas de este tipo tiene recorrido y hay espacio para mucho más.
No vamos a volver sobre los comentarios tópicos y cansinos sobre un hipotético agotamiento del modelo de sol y playa, porque ya sabemos que tal agotamiento no existe y para ello no hay más que ver datos regionales, continentales y mundiales de las cifras que se mueven en torno a los destinos especializados en este tipo de turismo, pero si creo conveniente insistir en que se amplíe el volumen de segmentos alternativos como el del turismo activo-deportivo o el de naturaleza.
De inicio deberíamos de contar con datos estadísticos más precisos sobre la segmentación turística en el archipiélago y en concreto sobre las motivaciones principales del turista que nos visita, para de esta manera y con datos, evaluar de dónde venimos y que hacia donde vamos y el destino deseado como objetivo confluyan en un mismo punto.
Al tener una oferta y demanda turística más amplia y diversificada podremos ser más resistentes a las tendencias y modas pasajeras, tener un destino más sólido frente a la competencia, unas ocupaciones más lineales con unos precios medios más elevados y un gasto por turista al alza, así como la posibilidad de una mayor creación de nuevas empresas y la consiguiente captación de inversión. Todo ello redundaría evidentemente en un arrastre de toda la industria de herramientas offline y digitales necesarias para un crecimiento sostenido de todos estos distintos segmentos turísticos con el uso de material deportivo de todo tipo, softwares de gestión, motores de reservas, diseños web específicos, herramientas digitales de análisis del Revenue…etc, etc., siendo así el turismo una locomotora que arrastre aún más al tejido industrial regional y que pueda crear sinergias con otros sectores pudiendo aplicar el know-how acumulado en otra áreas geográficas y también en otros tipos de empresas.
Otra derivada sería la de que siendo serios y rigurosos, y si queremos que el turismo deportivo y de naturaleza sean una actividad sostenida y duradera en el tiempo, habrá que cuidar el entorno y extremar las medidas de sostenibilidad para que la principal materia prima, que no es otra que nuestro territorio, se conserve de la mejor forma posible y que seamos atractivos ayer, hoy y lo sigamos siendo en el futuro tanto por necesidad medioambiental como económica y para ello habrá que hacer un uso inteligente y responsable de todos los recursos implicados.
Reconozcamos de todas maneras el esfuerzo de empresas privadas, profesionales especializados, promotores de pruebas deportivas y administraciones públicas en aras del desarrollo de estas actividades alternativas y por ello de una economía más diversificada y sostenible que consiga que la aventura, el turismo y el medioambiente sean un conceptos asociados a la mejora de nuestras islas.
No perdamos de vista que nos jugamos con las ideas que llevemos a la práctica hoy el desarrollo y bienestar del mañana, poniendo en valor que nuestra variedad de atractivos como destino y nuestra maravillosa meteorología bien aprovechados conseguirán que nuestra tierra sean el paraíso de Europa a preservar y cuidar hoy y mañana.
