Es bastante probable que haya escogido uno de los peores momentos para ponerme a hablar de las oportunidades que hay en torno al mar. Más aún cuando casi cada día nos despertamos con un nuevo “input” que parece ir indicando que Marruecos poco a poco va ganando metros de costa ante la indiferencia del Gobierno de España. Lo que es indudable es que el fondo de las aguas de Canarias y sus alrededores esconden tesoros que podrían cambiar para siempre el futuro de nuestras islas: telurio, petróleo, níquel, cobalto o incluso itrio…. No he venido aquí a buscar culpables, ni a responsabilizar de esta situación a la gestión de gobiernos presentes o pasados que no han sabido ver las oportunidades que se presuponía existían en el fondo del mar y que no han sabido (o no han querido) ni defender los derechos de nuestras aguas, ni optimizar el aprovechamiento de esos recursos. Hoy vengo a hablar de otras aguas, y de otras oportunidades, las que se construyen en torno a la economía azul.
La economía azul aglutina diversas líneas del entorno marino-marítimo: el transporte, los servicios portuarios, reparaciones navales, la pesca, el turismo de cruceros, las actividades náuticas, la desalación, la biotecnología o las energías marinas (undimotriz, mareomotriz, eólica offshore, geotermia marina o la osmótica). A principios de este mes el CETECIMA publicaba un acertado informe sobre el estado de la economía azul en las islas. Un estudio muy profundo que debería servir para la construcción de estrategias de crecimiento y potenciación alrededor de esta singular vertical económica. Una economía, que actualmente se cifra en un 7% del PIB regional, y que da empleo de manera directa a más de 45.000 trabajadores. Existen múltiples líneas de financiación a la I+D+i para este sector a todos los niveles.
En el ámbito regional, nacional y europeo se cuenta con los EATIC, SODECAN, los FEDER, las líneas directas de innovación o expansión (LDI o LIC-A), la Industria Conectada 4.0, Horizonte Europa o el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) entre muchos otros. Así, hasta tejer una red de líneas de subvención, préstamos o de instrumentos mixtos que ofrece más de 40 posibilidades de financiación diferentes para la elaboración y ejecución de proyectos ligados con la economía azul. Hace ahora dos años que el gobierno de Canarias aprobaba la “Estrategia Canaria de Economía Azul”, hasta el 2030, donde se establecían los parámetros que debían fijar la hoja ruta de desarrollo del sector, teniendo como palanca de desarrollo fundamental los “Next Generation”, unos fondos que están siendo infrautilizados por la administración y por las empresas, por una parte por la falta de ambición y recursos de la primera, y por otra por la falta de conocimiento de las segundas.
Fondos que como refleja la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en su último estudio solo han sido ejecutados en un 27,2 % en España durante el año 2021. Esto quiere decir que más del 70% de los fondos no han sido ejecutados. Más del 70 % sin ejecutar. El 70 %. Y es aquí donde nos encontramos ante una coyuntura que exige una revisión de las pautas y procedimientos seguidos históricamente en España en general y en las islas en particular, y precisamos aumentar el nivel de ambición, con el objeto de mejorar los resultados. Para ello se antoja fundamental que tanto administraciones como empresas, se apoyen en profesionales especializados que puedan acompañar en la búsqueda de financiación y que ayuden a la ejecución de los proyectos.
Es prioritario que las administraciones creen de una vez oficinas técnicas para la gestión de los mismos, y que deleguen esa carga de trabajo tan especializada liberando a la administración de una responsabilidad que por su composición interna y las barreras que la ley de contratos del sector público ha creado, no está siendo capaz de asumir de manera correcta. Pero también es imprescindible que los empresarios de todos los sectores eliminen sus barreras mentales y no dejen pasar las oportunidades de crecimiento que ofrecen los fondos europeos. En lo relativo a la economía azul, en Canarias contamos con unos sectores firmemente consolidados, como son la pesca, el transporte marítimo, los puertos y la reparación naval que son los pilares sobre los que se apoya este modelo económico; contamos con una gran posibilidad de desarrollo de sectores que ya están creciendo como son los cruceros, el turismo náutico, la desalación y la acuicultura (especialmente de la dorada y la lubina); y es responsabilidad de todos facilitar el impulso de los sectores emergentes de la “Blue Economy”. Canarias precisa encontrar nuevos nichos de crecimiento económico, para liberar de la enorme carga que descansa sobre el sector turístico, y eso pasa por aumentar el nivel de ambición en cuanto al I+D+i en otros sectores, y no poner freno al impresionante desarrollo que puede haber alrededor de dos de los sectores que tienen mayor margen de crecimiento: la biotecnología marina y la aplicación de energías renovables marinas.
Canarias precisa de un espacio que actúe de polo de innovación tecnológica marina. Canarias puede y debe liderar las políticas europeas ligadas a la economía azul, y convertirse en el espejo en el que el resto del mundo quiera reflejarse. Pero para eso hace falta creérselo, y aprovechar hasta la última gota de los medios que hay a nuestro alcance, sin desaprovechar las múltiples posibilidades de financiación que nos ofrecen los fondos “Next Generation”. Pero también hace falta un territorio valiente, políticos visionarios y que alguien dé un paso al frente para acoger este polo de desarrollo económico. Canarias debe seguir creciendo como lo ha hecho desde el origen de los tiempos y esto pasa por seguir aprovechando las oportunidades que surgen del Atlántico.
IGOR SUÁREZ
CONSULTORÍA · INNOVACIÓN · TECNOLOGÍA · INTERNACIONALIZACIÓN RESPONSABLE DE EXPANSIÓN GRUPO CARSA / INNOVALIA