La Autoridad Portuaria tinerfeña cerró el año 2021 en términos económicos con una facturación de 50,6 millones de euros. ¿Cómo lo interpreta?
Sin duda alcanzar una facturación de 50,6 millones de euros en 2021 pone de manifiesto que no nos estamos equivocando en la gestión y enfoque de nuestra estrategia. De hecho esta cifra supone un incremento del 7% sobre los 47,3 millones facturados en 2019, año precovid y por tanto de pleno desarrollo en nuestros puertos, lo que da una idea mucho más concreta del avance logrado. Y todo ello, a pesar de la reducción de las tasas del buque y la mercancía en un 12,5 por ciento respecto a 2019.
¿Qué destacaría especialmente de estas cifras?
Sin duda es muy representativa la mejora registrada en la recaudación por tasas de ocupación del dominio público portuario, tasa al buque y tasas al pasaje. Y es que de los 47,2 millones de euros ingresados en concepto de tasas portuarias, un 9,05% más que en 2019, 12,4 provienen de la ocupación del dominio público portuario, un 22 por ciento más que hace dos años, y pone de manifiesto la buena gestión del suelo que hemos venido realizando.
No podemos obviar los ingresos por la tasa del buque, lo que estos deben pagar por su acceso o estancia en las aguas portuarias, que superan los 12 millones, un 3,5 por ciento más, y ello a pesar de la reducción de dichas tasas y de las de la mercancía como ya hemos mencionado.
¿Y el tráfico de mercancías sigue creciendo?
Hasta el pasado mes de junio el puerto de Santa Cruz de Tenerife había registrado un movimiento de 1,7 millones de toneladas de mercancía contenerizada, cifra que revela su auténtica envergadura cuando la comparamos con la registrada en el mismo periodo de 2019, año en que se movieron 1,4 millones de mercancía en contenedor. O sea, que en lo que llevamos de año hemos movido un 19,2 por ciento más que en el mismo periodo del año precovid 2019.
Como consecuencia, también ha subido de forma destacada el número de contenedores con 124.989 unidades en 2022, un 18 por ciento más que en los seis primeros meses de 2019. En este apartado es asimismo llamativa la mejora del trasbordo internacional de contenedores debido a la captación de tráficos que se ha realizado por nuestras terminales de contenedores Boluda y TCTenerife, con respecto a las navieras Grimaldi y Maersk, que aseguran la conectividad del puerto de Tenerife con África y América
¿Hay algún otro tráfico que destaque especialmente respecto a 2019?
Especialmente llamativa es la mejora en tráfico de cruceros. Después de dos años, 2020 y 2021 especialmente malos por la afección COVID a este tipo de turismo, en este 2022 los puertos de nuestra Autoridad Portuaria ya registraron a fecha de junio 353 escalas, un centenar más que en 2019, lo que porcentualmente se traduce en un positivo que supera el 42 por ciento. Esperamos que la nueva temporada sea también satisfactoria
Precisamente los integrantes de Cruises Atlantic Islands se reunieron hace escasas fechas en Mindelo..¿Con qué objetivo?
Básicamente el de definir una serie de acciones concertadas y estratégicas para promover el itinerario que integra los archipiélagos de Madeira, Canarias y Cabo Verde, en el corredor atlántico, con vistas a aumentar las escalas de los cruceros.
De hecho hemos acordado desarrollar un conjunto de acciones para relanzar la marca de forma que se potencie y redefina la estrategia de promoción, aspectos en los que estamos ya trabajando.
Resulta inevitable que la actividad portuaria produzca ruidos, y ello a su vez ciertas quejas de la ciudadanía. ¿Cómo se plantea resolver esta situación?
En el marco de la política ambiental de esta Autoridad Portuaria llevamos tiempo trabajando para reducir la emisión de ruidos en nuestros puertos. Así, hemos implantado convenios de buenas prácticas ambientales en las terminales de contenedores con iniciativas como la insonorización de los centros de transformación persiguiendo una reducción de hasta el 25% en la generación de ruidos.
Seguimos avanzando y, en la sesión del consejo de administración del mes de julio se acordó una nueva ordenanza portuaria cuyo objetivo es aplicar normas reguladoras para reducir la emisión de ruidos en ciertas actividades como es el atraque de buques de línea regular, operaciones de carga y descarga de mercancía y operaciones terrestres en terminales portuarias
¿Cómo se concreta dicha ordenanza?
Básicamente establecemos la obligatoriedad de que los buques de pasaje que atraquen en muelles donde tengamos disponible el sistema de suministro de electricidad se conecten a la red, al igual que los contenedores con carga refrigerada que se encuentren en terminales con dicha prestación. También se limita la estancia en puerto de los contenedores refrigerados que vayan a embarcar, pues no podrán acceder a la terminal antes de que se cumplan 24 horas para su embarque.
En la operativa contraria, de los que desembarquen, si la terminal no ofrece conexión eléctrica, solo permanecerán en puerto durante la noche los que deban pasar inspección aduanera o sanitaria. También queremos que las señales acústicas en las terminales donde se mueva mercancía conjuguen la necesidad de ser perfectamente audibles, con que causen la mínima molestia a las personas.
En lo que a grandes proyectos para nuestros puertos se refiere, hay algo nuevo sobre el proyecto de Herzog & de Meuron?
Este proyecto surge de un concurso de ideas convocado al efecto que ganó el gabinete de arquitectos suizos Herzog y& De Meuron. La primera fase de este gran proyecto se centró en la Plaza de España; la segunda se basó en la depresión del tráfico de la ciudad y del tráfico de vehículos pesados del puerto y la tercera fase, que es la que faltaría por ejecutar, son los edificios que dan continuidad a la Plaza de España y conecta al ciudadano aún más con el mar.
Tradicionalmente esta última fase se ha venido planteando en la autoridad portuaria como una inversión privada, y por tanto nunca contemplada en los presupuestos. Sin embargo, al ser la fase más costosa y difícil de ejecutar estamos valorando que podría ser susceptible de recibir Fondos Europeos. En ese sentido estamos trabajando para presentar el proyecto a una convocatoria que habrá entre septiembre y octubre para intentar conseguir dicha financiación
¿Hay algún otro trámite al respecto?
Europa nos exige que el proyecto esté incluido en nuestros presupuestos, asunto que estamos tratando con Puertos del Estado. Para ello, se encuentra en desarrollo un análisis de reducción de costes del edificio y eliminación de espacios y usos que hoy día no tienen mucho sentido. Todo ello, intentando respetar la fisonomía y la funcionalidad puerto-ciudad de los edificios diseñados por Herzog & De Meuron.0
Y el puerto de Granadilla, ¿sigue siendo necesario?
Nunca ha dejado de serlo, pero ahora tiene una función especialmente importante de cara al futuro. Queremos concentrar en sus instalaciones toda la actividad de reparación naval, labores básicas en la que se tiene que apoyar todo el despliegue de la eólica offshore. Es más, el puerto de Granadilla contará con el primer parque de eólica offshore en España, con cincuenta megavatios y compuesto por cinco aerogeneradores de diez megavatios cada uno que producirían mucha más energía que los que están en tierra.
Este parque es una primera piedra de todo lo que vendrá después porque el Gobierno de Canarias tiene como objetivo que en 2040 toda la generación de energía eléctrica proceda de fuentes renovables, y estas fuentes renovales en su mayoría procederán de la eólica offshore. No podemos tampoco olvidar que existe la posibilidad de que el puerto de Granadilla cuente en sus instalaciones con una central eléctrica de gas natural en la que irá ganando espacio el hidrógeno hasta conseguir una generación de cero emisiones, lo que da una idea de las posibilidades de desarrollo de esta instalación
¿Es en dichas iniciativas donde se enmarca el acuerdo firmado con PLOCAN?
Con PLOCAN lo que se pretendemos es trabajar conjuntamente precisamente para acelerar la hoja de ruta de la eólica marina y las energías del mar en Canarias, impulsando la descarbonización de la economía azul, en particular la relacionada con el ámbito portuario y el transporte marítimo.
La idea es ofrecer a los agentes interesados, tanto del sector público como del privado, la posibilidad de ensayar dispositivos, tecnologías, servicios y actividades compatibles con la actividad portuaria en las zonas designadas por Puertos de Tenerife, concretamente la Zona II del puerto de Granadilla.
¿Se baraja una cifra aproximada de la inversión privada a realizar en el puerto de Granadilla en un horizonte próximo?
La inversión privada prevista para nuestros puertos en el Plan de Empresa 2023,documento que actualmente se negocia con Puertos del Estado y abarca en planificación de inversiones hasta 2026, alcanza los mil millones de euros, cantidad de la que prácticamente la mitad se generaría, precisamente mediante inversión privada, en el puerto de Granadilla.
En el resto de puertos también se ejecutan obras, como la de la ordenación del litoral de Valleseco y la del Bloque, aquí en Santa Cruz. ¿Qué otras destacaría?
Sin duda destacaría el proyecto para el almacenamiento de gas natural licuado en el puerto de Santa Cruz, iniciativa de TOTISA que permitirá la generación de energía para el suministro eléctrico de hasta tres buques con alto consumo de potencia, como pueden ser los cruceros. La energía que se genere en el puerto será en principio para el suministro eléctrico a buques y a la propia instalación portuaria, pero los excedentes quizás se puedan verter a la red. Dependerá de los acuerdos a los que se llegue con los responsables de la red de transportes y la red de distribución
¿En qué punto se encuentra dicho proyecto?
Ahora mismo está en trámite ambiental, procedimiento encaminado a la obtención de la declaración de impacto. Sería entonces cuando otorgaría la correspondiente concesión administrativa y podríamos comenzar con las obras.
Desmantelar la refinería supone asimismo un antes y un después para nuestro litoral…
Sin duda. Con el desmantelamiento de la refinería se abren nuevas posibilidades también para el disfrute de la costa. Desde el punto de vista del puerto toda esa zona está llamada a desafectarse pues la intención es que en el futuro no sea espacio portuario y sea la dirección general de costas o el ayuntamiento quien decida el uso de que dará a esa zona.