Que el sistema de pensiones es insostenible es algo que ya sabemos hace tiempo. La pirámide poblacional y las previsiones a futuro demuestran que es imposible que las pensiones del futuro sean tan generosas, principalmente porque no va a haber suficiente gente como para pagarlas.
Esta es una reforma que mira más el voto, que la sostenibilidad del sistema, la única realidad es blindar a los pensionistas, 9 millones, ni más ni menos, y expoliar a los trabajadores actuales.
Se ha creado un Mecanismo de Equidad Intergeneracional, un mecanismo que busca recaudar más de los trabajadores y empresas actuales. Es un sistema que incrementa las cotizaciones sociales a los trabajadores en un 0,6% (distribuido al 0,5% para la empresa y un 0,1% al trabajador). Aunque ya se había anunciado meses atrás, la novedad es que esta cantidad se incrementará una décima anual hasta el 1,2% (pagando un 1% la empresa y un 0,2% el trabajador) hasta 2029, y el transitorio seguirá hasta el 2050. Esto aplicará a todos los trabajadores.
El siguiente punto crítico de la reforma es el “destope” progresivo a todos los salarios, lo que afecta especialmente a los trabajadores con ingresos superiores a 54.000 euros anuales. Es la denominada “reforma silenciosa” de las pensiones. Una reforma que, desde el punto de vista de los costes, supondría un palo brutal a las empresas, que verían cómo la factura mensual que pagan por los trabajadores de alta cualificación se dispararía. De un día para otro, la competitividad de la economía española se vería muy dañada.
Además, estos trabajadores verían cómo su sueldo real, (que incluye todo lo que abonan las empresas por ellos), se dispararía sin que ellos vieran ni un euro ahora. Lo único que tendrían, (si suben las pensiones máximas, algo que habría que ver si se produce), es un hipotético derecho futuro. Pero incluso así, esa subida de las prestaciones nunca sería igual que la de las cotizaciones.
Adicionalmente se aprueba un mecanismo automático para aumentar las subidas de las cotizaciones sociales, si la AIREF determina que existe un desequilibro financiero en la seguridad social. Es decir, el sistema actual ha aprobado que se exprimirá a los trabajadores, especialmente los más jóvenes todo lo que sea necesario para pagar las pensiones. Sin que estos tengan garantizado una pensión el día que se jubilen.
También se incrementa el periodo de cálculo de los 25 a los 29 años (excluyendo los dos peores para el trabajador).
Pero esto no se queda aquí, los trabajadores que cobren más de 54.000 euros , (la base de cotización), pagarán un impuesto adicional de “solidaridad” que empezará en el 1% y se irá incrementando en un 0,25 anual hasta llegar al 6% en 2045.
¿De verdad esta es la forma de hacer sostenible un sistema? ¿Expoliando a los trabajadores actuales, que saben a ciencia cierta que no tienen garantizada una prestación futura?
Así que esta reforma no sólo provoca que nos veremos con peores condiciones y más impuestos en los próximos años, sino que limita nuestra capacidad de crecer y mejorar la capacidad productiva del país.