Hemos mejorado en las técnicas, en la duración y, sobre todo, en los efectos secundarios
¿Qué servicios ofrece Clínica Renacimiento?
Clínica Renacimiento es una clínica de medicina estética que comenzó su andadura allá por el año 1989.
En la actualidad, ofrecemos, sobre todo, servicios de medicina estética avanzada, tratamientos para el rejuvenecimiento facial, servicios relacionados con la estética corporal y, a su vez, contamos con un departamento de nutrición.
De los servicios comentados, ¿cuáles están siendo más demandados?
Los servicios más demandados están siendo los relacionados con la medicina estética facial. Se incide mucho en las arrugas, la reposición de tejidos, en los implantes de ácido hialurónico, que también los hacemos de ácido poliláctico y, por supuesto, en los hilos tensores, que también están siendo bastante demandados.
Por su parte, atisbamos demanda en pequeñas cirugías faciales como la retirada de ciertas manchas o verrugas para mejorar el aspecto de la cara y rejuvenecerla, reposicionando los tejidos, voluminizando sectores y eliminando sobre todo las arrugas dinámicas, que se producen como consecuencia de la gesticulación y la falta de cuidado de la piel.
¿Cómo han evolucionado las técnicas empleadas en los últimos años? ¿Cómo de fuerte ha sido la introducción de las nuevas tecnologías?
El sector ha evolucionado mucho. Yo llevo utilizando la toxina botulínica, lo que se denominaba antiguamente botox, desde hace muchos años, concretamente desde el año 96, año en el que todavía sabíamos muy poco de ella. La parte positiva es que se sabe mucho, se ha investigado mucho sobre la toxina botulínica, y hemos mejorado en su aplicación, podemos modificar una expresividad siendo muchísimo más precisos. Esto es un gran avance.
Además, los rellenos de ácido hialurónico han evolucionado en positivo, pues producen menos inflamación, molestan menos, reponen mucho mejor la zona y se puede inyectar sin dar grandes problemas como pasaba al principio. Ahora lo que estamos intentando es que una persona que viene a la clínica y quiere modificar su aspecto facial, lo haga sin que lo demás noten que se ha hecho algún retoque, debemos ser sutiles en el desarrollo de los tratamientos.
Además, cabe incidir en que usted es formador de posgrado universitario. Háblenos de su experiencia en este campo.
Soy formador en cinco Facultades de Medicina sobre el uso de la toxina botulínica en estética facial, fui fundador y Presidente de la Asociación Canaria de Medicina Estética, de la que soy actualmente asesor Director del Comité Científico y fui Secretario y Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Estética. La formación en Medicina Estética ha avanzado bastante desde el primer Máster Universitario que se realizó en España en 1998, yo empecé como profesor en el año 2000 de este Máster, actualmente existen 16 Másteres en toda España de los cuales yo soy profesor en cinco de ellos.
¿Ha aumentado la demanda formativa en este ámbito en los últimos años?
Sí. La demanda sigue aumentando. De hecho, los másteres, por lo menos en los que yo doy clase, tienen cubiertos el número de alumnos y en muchos casos tienen más demanda de las plazas que pueden cubrir.
¿Hacia dónde cree que giran las tendencias y avances en medicina estética?
El futuro pasa por conseguir elementos, como la toxina botulínica, que duren más. Este es uno de los principales problemas que tenemos, de hecho, ya existe una toxina que puede durar un poco más y se está avanzando en diferentes líneas de estudio, por ejemplo se está investigando para la colocación de la misma sin inyección, con unos parches. Por ahí va el futuro.
Evidentemente, las agujas que utilizamos hoy no tienen nada que ver con las que utilizábamos hace 20 años, que eran una agujas que dolían bastante más. Las de hoy en día son bastante menos molestas, aunque aún así la gente sigue teniendo pánico a la inyección. Por ello se intenta eliminar la parte de la penetración con aguja en la piel, aunque debemos tener en cuenta que para que un producto dure y haga efecto debe perforar completamente la piel y activarse por debajo, que es donde está la vascularización, sin esa premisa no llega y, por ende, la acción es muy corta y muy pobre.
En conclusión, hemos mejorado en las técnicas, en la duración y, sobre todo, en los efectos secundarios.
