¿Cómo define el concepto de «Salud para la mujer»? ¿Qué significa para ustedes este objetivo y cómo lo miden en la práctica?
El proyecto de «Casa de la Luz”, actual Clínica Alexandra Gine, se inició hace aproximadamente diez años, aunque ha experimentado un cambio de nombre. Desde sus comienzos, el proyecto se ha centrado en abordar una necesidad específica de las mujeres: la atención integral a su salud.
Históricamente, la salud femenina ha sido tratada de manera fragmentada por los profesionales de la salud. El sistema sanitario actual, organizado por especialidades, a menudo obliga a las mujeres a navegar entre diferentes profesionales sin una visión unificada de su salud. Esta situación puede generar inconsistencias en los criterios médicos y dificultar la atención integral que las mujeres necesitan en las diferentes etapas de sus vidas.
Ante esta problemática, el proyecto «Casa de la Luz» surgió con la visión de ofrecer un enfoque global e integrativo a la salud de la mujer. El objetivo principal es brindar una atención que abarque las diversas necesidades de las mujeres a lo largo de sus vidas, considerando cada etapa y especialidad.
La salud de la mujer es un concepto amplio y multifacético, ¿cómo abordan las diferentes etapas de la vida de una mujer (adolescencia, edad adulta, menopausia, etc.) en su búsqueda de la salud integral?
Para lograr una atención integral de la salud de la mujer, es fundamental que los profesionales de la salud adopten un nuevo paradigma que integre los diversos sistemas del cuerpo. Si bien la salud de la mujer tiene especificidades propias, no se puede perder de vista que forma parte de un organismo global.
En mi caso, como ginecóloga, poseo conocimientos sobre el sistema hormonal y genital femenino. Sin embargo, es crucial comprender cómo otros sistemas, como el digestivo, nervioso o inmune, pueden repercutir en mi área de especialización. Por ejemplo, el sistema digestivo puede influir de manera significativa en la salud genital, al igual que el sistema hormonal o el sistema nervioso.
Por lo tanto, es esencial que los profesionales de la salud recibamos formación en este enfoque integrativo. Solo así podremos brindar una atención completa y personalizada a las mujeres, considerando todas las dimensiones de su salud y las interconexiones entre los diferentes sistemas del cuerpo.
Imagino que le dan mucha importancia a la prevención y al mantenimiento de un estado de bienestar a largo plazo.
En efecto, la educación es un pilar fundamental para promover la salud y el bienestar a largo plazo. Sin embargo, tanto en la formación escolar como en las carreras sanitarias, se observa una carencia en la enseñanza sobre hábitos de vida saludables.
Es crucial que desde la infancia se eduque sobre la importancia del ejercicio físico, la alimentación saludable, el bienestar emocional y las relaciones sociales. Estos son pilares fundamentales que contribuyen a un estado de bienestar general y previenen enfermedades a largo plazo.
Esta labor educativa no recae únicamente en los profesionales sanitarios, sino que involucra a toda la sociedad, incluyendo a los profesionales de la educación, los medios de comunicación y las autoridades políticas. Es necesario crear entornos y políticas públicas que fomenten estilos de vida saludables.
En cuanto a la formación de los profesionales de la salud, es esencial que las carreras sanitarias incluyan contenidos sobre nutrición, prescripción de ejercicio físico y otros aspectos relacionados con los hábitos de vida. De esta manera, los profesionales podrán brindar una atención integral a sus pacientes, que abarque tanto el tratamiento de enfermedades como la promoción de la salud y el bienestar.
En relación con los desafíos que enfrentan las mujeres en la actualidad en materia de salud, uno de los principales es la confrontación entre lo que la sociedad ofrece y lo que realmente necesitan para su bienestar. Los medios de comunicación y la publicidad a menudo promueven productos y estilos de vida poco saludables, como alimentos procesados, bebidas azucaradas y sedentarismo.
Además, existe una normalización de la obesidad y el sobrepeso, a pesar de que son factores de riesgo importantes para numerosas enfermedades, incluyendo el cáncer. Es fundamental que la sociedad tome conciencia de esta problemática y promueva hábitos de vida saludables para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida de las mujeres.
¿Cómo contribuyen ustedes a superar estos desafíos y qué servicios concretos prestan?
La clínica, a lo largo de sus diez años de trayectoria, ha apostado por un enfoque multidisciplinar en la atención de la salud de la mujer, reuniendo a diversos profesiona- les. Sin embargo, la falta de una visión holística e integrativa en la formación de los profesionales de la salud en España supone un reto importante.
En la actualidad, soy yo quien lidera este proyecto, aportando mi propia visión integrativa. Mi trabajo se centra en la educación y en la eliminación de mitos que rodean la salud de la mujer. Un ejemplo de ello es la terapia de reemplazo hormonal durante la menopausia, que a menudo se asocia a efectos negativos sin fundamentos sólidos.
Además, me dedico a escuchar a las mujeres y a ofrecerles una medicina personalizada. Cada mujer es única y vive un ciclo de vida diferente, por lo que es fundamental adaptar los tratamientos a sus circunstancias individuales.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el contexto social y familiar de cada paciente. Las condiciones de vida, los recursos disponibles y las experiencias personales influyen en la salud de la mujer y deben ser consideradas al momento de diseñar un plan de tratamiento.
En este sentido, me esfuerzo por ofrecer soluciones que se ajusten a las necesidades y posibilidades de cada mujer, teniendo en cuenta factores como la alimentación, el acceso a recursos y la situación económica. Mi objetivo es brindar una atención integral y personalizada que realmente contribuya a mejorar la salud y el bienestar de las mujeres.
¿Cómo la tecnología y los avances científicos están impactando la salud de la mujer y de qué manera se adaptan a estos cambios en su práctica profesional?
La salud de la mujer ha evolucionado a lo largo del tiempo, y los avances tecnológicos nos brindan nuevas perspectivas y soluciones para problemas que antes no tenían respuesta. En mi campo, dedicado al metabolismo, contamos con herramientas innovadoras que nos permiten profundizar en el estudio de la salud de la mujer. Por ejemplo, análisis de metabolitos y estudios genéticos nos ofrecen información valiosa que complementa los análi- sis convencionales.
Anteriormente, una analítica básica podía arrojar resultados normales a pesar de que la paciente presentara diversos problemas de salud. Gracias a estas nuevas tecnologías, podemos identificar alteraciones metabólicas o genéticas que antes pasaban desapercibidas.
De esta manera, contamos con un mayor conocimiento para abordar aquellos casos en los que los análisis convencionales no ofrecían respuestas claras. Estos avances nos permiten ofrecer un enfoque más completo y personalizado en el cuidado de la salud de la mujer.
En conclusión, me gustaría saber qué mensaje les daría a las mujeres que buscan un enfoque de salud que vaya más allá de lo convencional, como el que ustedes ofrecen, y que se centre en el bienestar integral, tal como hemos comentado a lo largo de esta entrevista.
Vivimos en una era de hiperinformación donde las mujeres reciben una gran cantidad de información sobre salud a través de diversas fuentes, como redes sociales e internet. Sin embargo, esta sobreabundancia de información puede generar confusión y dificultar la distinción entre información veraz y aquella que no lo es.
Es común encontrar información sobre menopausia, superalimentos, medicina antiaging y otros temas relacionados con la salud, pero no toda esta información es precisa o está respaldada por profesionales. Esto puede llevar a las mujeres a sentirse más perdidas que antes y a tomar decisiones equivocadas sobre su salud.
Por lo tanto, es fundamental que las mujeres busquen profesionales de la salud que les ofrezcan una atención personalizada y que les ayuden a interpretar y aplicar la información de manera adecuada a sus necesidades individuales. Cada mujer es diferente y tiene un estilo de vida, una sintomatología y una genética únicos, por lo que es esencial que los tratamientos se adapten a sus circunstancias particulares.
Si bien existen aspectos comunes en la salud de las mujeres, como los cambios hormonales asociados a la edad o los síntomas del embarazo, cada mujer experimenta estos procesos de manera diferente. Por lo tanto, es importante considerar todos los factores que influyen en la salud de una mujer, como su estilo de vida, su genética, su metabolis- mo y su entorno social y familiar.
En este sentido, la epigenética juega un papel crucial, ya que los factores ambientales y de estilo de vida pueden influir en la expresión de los genes. Por lo tanto, es fundamental adoptar hábitos saludables y buscar un equilibrio entre la salud física, mental y emocional para promover el bienestar integral de la mujer.