El Secretariado Nacional de Drago Canarias, tras explorar las vías existentes, ha decidido de forma unánime no concurrir a las elecciones europeas del próximo 9 de junio. De acuerdo al compromiso fundacional de Drago de no subalternización a otras fuerzas estatales y/o territoriales, se comunica que no se dan las condiciones mínimas para garantizar que Canarias pueda tener representación y voz propia para tomar decisiones libremente sin supeditarse a otros intereses ajenos, ya sean estatales y/o nacionales.
Desde el respeto a las coaliciones que se puedan conformar definitivamente, Drago Canarias no va a participar en ninguna coalición sin bilateralidad efectiva, como ha sido y seguirá siendo la política de acuerdos de nuestra formación, dado que consideramos que se lanza una señal totalmente nociva para los intereses del pueblo canario y su territorio.
Desde nuestra perspectiva sobre la gobernanza y la obediencia canaria, ya nos hemos posicionado anteriormente sobre las relaciones que mantendremos con el resto de espacios políticos a todos los niveles, con el objetivo de hacer prevalecer los intereses del pueblo canario. No dar los pasos adecuados en esta línea sería una señal de profundización en la posición subalterna de Canarias en el sistema político estatal, y alejada de la necesaria perspectiva autocentrada que es garantía de que Canarias sea respetada como el sujeto político que es. Lamentablemente, es un secreto a voces que, en la actualidad, Canarias no tiene peso alguno en la configuración que merece como realidad nacional y política, al mismo nivel material e histórico que cualquiera otra que exista en el resto del Estado.
Para avanzar y lograr que Canarias sea una sociedad en la que no se dependa de una perspectiva exógena es necesario adoptar una postura política clara, una mirada política autocentrada y trabajar y avanzar para que se den las condiciones en las que la participación en futuras coaliciones otorgue a Canarias el papel que le corresponde.
Para Canarias, una participación activa y con vocación de representación en las elecciones a las instituciones de la Unión Europea debería pasar, al menos, por la toma de conciencia colectiva entre partidos de obediencia canaria para avanzar paulatinamente en la importancia de las elecciones europeas como un sujeto político colectivo y singular, cosa que a la luz de los hechos y de los posibles acuerdos en curso no sucede.
Una participación activa y con vocación de representación en las elecciones a las instituciones de la Unión Europea para Canarias también requeriría una reforma de la legislación comunitaria que actualice el sentir original del Acto de 20 de septiembre de 1976, relativo a la elección de los representantes en el Parlamento Europeo por sufragio universal directo, así como las decisiones del Consejo Europeo de Edimburgo sobre el número de representantes en el Parlamento Europeo, las disposiciones del Tratado de la Unión vigente desde el 1 de noviembre de 1993 respecto a la ciudadanía de la Unión y la Directiva del Consejo del 6 de diciembre de 1993.
Asimismo, se debería otorgar una cuota de escaños propia no solo para los Estados miembros de la Unión Europea, sino que incorpore una cuota diferenciada para los territorios con realidades propias situados fuera del continente europeo, denominados ultraperiféricos, que conforman actualmente la Unión Europea, esto es: Canarias, Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica, Mayotte, Reunión, San Martín, Azores y Madeira.
Creemos firmemente que las elecciones de junio de 2024 se sujetan a un marco de disolución de las realidades territoriales y/o nacionales diferenciadas, y que, en el caso de Canarias, los marcos de relación en posibles coaliciones electorales son de profunda subalternidad. Quizás en un futuro estos marcos cambien en una o dos coordenadas mencionadas, pero a día de hoy no vamos a rubricar con nuestra firma ninguna candidatura dependiente de intereses externos y que perpetúan una posición de Canarias en segundo plano.
Supone también una preocupación evidente que determinadas coaliciones que puedan liderar partidos autodenominados progresistas con sede en Madrid arrastren sombra de duda sobre su tolerancia con los casos de presunto desfalco y corrupción en Canarias del pasado gobierno denominado “Pacto de las Flores”. Inclusive, puede que miembros o partidos que hubieran tenido un deber al menos in vigilando de algunos de esos casos ahora judicializados formen parte de dichas coaliciones. La regeneración y una nueva forma de hacer política en Canarias requiere no ser condescendientes con presuntas corrupciones.
Sentadas las bases de la decisión adoptada por el Secretariado Nacional de Drago Canarias, basada en la imposibilidad real, por razones exógenas, de ofrecer alternativa electoral autónoma a la sociedad canaria, debemos seguir trabajando colectivamente en aumentar la participación política para que en futuras ocasiones se den las condiciones de bregar por la vía institucional en igualdad de condiciones al resto de naciones y pueblos del Estado.