Leo con preocupación que en la última edición del estudio «Situación España» publicado este mes de junio por BBVA Research, se plantea que el arrastre del turismo sobre la economía podría llegar a ralentizarse en 2025, ya que la reducción del ahorro acumulado durante la pandemia sumado al elevado incremento del coste de la vida en general impedirá sobre todo al mercado extranjero, el poder seguir permitiéndose altos niveles de consumo turístico y esto producirá un diferencial del 0,3% disminución del PIB de 2025 versus 2024.
Con la euforia de un 2023 histórico en llegadas de turistas a nuestro país y un 2024 que
va camino de serlo también, podemos perder el horizonte de análisis como este de BBVA Research, y que de cumplirse podrían lastrar el aporte en positivo que siempre ha hecho el
sector turístico a nuestra balanza de pagos de nuestra economía, pero también y de manera segmentada ralentizaría el tirón que el sector hace del conjunto de la actividad económica canaria y de otras regiones muy dependientes de la llegada de turistas. Ya que no es casualidad que las regiones que más han aportado el PIB en los últimos tiempos hayan sido Canarias, Baleares y Cataluña, siendo estas tres comunidades autónomas poseedoras de una elevada actividad turística.
Pues si bien si se cumpliesen vaticinios como estos, deberíamos hacer todo lo que
esté en nuestra mano para que tuviese el menor impacto negativo posible, y entre otras
cosas, priorizar el que los mensajes que se han enviado al exterior de diversas maneras,
sobre una supuesta turismofobia en algunas regiones de nuestra país fuesen contrarrestados con aquellos que si se corresponden con el de la mayoría de la población, que no es otro que el de que los turistas responsables y respetuosos son siempre bienvenido y que estamos encantados de poder recibirlos para que disfruten de nuestro maravilloso país, y en concreto de nuestras Islas Canarias.
Durante un viaje a Baleares que he tenido que realizar en estos últimos días por motivos de trabajo, observé que era motivo de conversación recurrente y continua, el comentar la profunda preocupación que producían las manifestaciones turismofóbicas de los
últimos tiempos en ese archipiélago, y me comentaron personas del sector y también
algunas ajenas a este, que allí la turismofobia era un hecho, y no un hartazgo sobre aglomeraciones, falta de espacio o problemas con el tráfico como había sucedido con las manifestaciones de Canarias, y es que creo que realmente en nuestra tierra es así, aquí no hay turismofobia y al revés, somos conscientes de nuestro buen hace en el sector y de que
nuestras islas son un inmejorable producto turístico que nos hace ser una potencia mundial, a la par que nos permite desarrollarnos como región.
Agreguemos que necesitamos seguir siendo este territorio con estas inmejorables
condiciones naturales para que el turismo siga aportando empleo y riqueza a nuestra tierra,
para que así llegue a la población que el sector necesita como el resto que las condiciones
ambientales continúen siendo fantásticas en general, pero comuniquemos esto y que los
turistas son bienvenidos para que el próximo 2025 y venideros sigan siendo años de alegrías y prosperidad económicas después de aquellos nefastos 2020-2021.
En defensa del turismoE
Leo con preocupación que en la última edición del estudio «Situación España» publicado este mes de junio por BBVA Research, se plantea que el arrastre del turismo sobre la economía podría llegar a ralentizarse en 2025, ya que la reducción del ahorro acumulado durante la pandemia sumado al elevado incremento del coste de la vida […]
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Nueva economía