Hace poco, un representante del mundo empresarial me decía que “hechos son amores”. Se refería a mis acciones o eso entendí y les prometo que me hizo reflexionar. El refrán popular “Obras son amores, y no buenas razones” u “Obras son amores, que no buenas razones” significa que el amor verdadero se expresa con acciones y no apenas con palabras, por bien fundadas que estén. Es curioso, porque en los años que llevo de presidente de Jóvenes Empresarios en mis diversas etapas, creo que se me ha conocido por mis acciones y no por mis intenciones, por supuesto que no me estoy justificando.
La fusión del proyecto de la juventud empresaria
Cuando estás en una organización, y más cuando hay dinero de por medio, existe una cuestión que te hace apto o no apto para estar al frente, los valores. Ya lo he dicho en muchas ocasiones, los valores son la coherencia entre lo que crees, dices y lo más importante, haces. Es la suma de acciones que determina tu sentir y no los discursos vacuos y vacíos que por desgracia abundan últimamente. Dentro de mis valores están claramente la unidad, la lealtad, la pasión, la transparencia y la generosidad.
Si me conoces y has trabajado conmigo sabes que tengo razón, me gustan los proyectos compartidos y el propósito común. No me gustan los conflictos. Para quien no conozca la historia reciente de los jóvenes empresarios de Canarias, éramos una disgregación por islas e incluso, dentro de una misma isla, de grupos separados. Cada vez que llegábamos a los sitios a contar nuestro proyecto nos preguntaban ¿tu eres de los buenos o de los malos? Como si existiesen buenos y malos en aquel momento.
Recuerdo que paseaba por Oporto, una ciudad preciosa, por cierto, y tropezamos con el presidente de FIJE (Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios) y me hizo la misma pregunta, ¿ustedes a que asociación pertenecen? Fue ese el momento en el que me obsesioné en que las preguntas fuesen otras, por ejemplo: ¿Qué necesita la juventud empresaria? ¿Cuáles son los proyectos que tienen en mente sacar adelante? Llegué a Tenerife y me puse a trabajar para que tuviésemos una sola organización a pesar de los diferentes sentimientos y corrientes, pusimos el bien común, el propósito por encima de las personas.
Se hizo la magia, reinó la unidad y, con la generosidad descomunal de cada una de las personas que participaron en el proceso, AJE Canarias se convirtió en un proyecto regional capaz de poner en marcha propuestas e iniciativas de valor, no sólo para los asociados, sino para toda la juventud empresaria de las islas.
El punto amigo
Todas las personas que formamos parte de AJE, estamos de acuerdo en que, cuando emprendes tu negocio, sobre todo en las etapas más tempranas, la soledad es infinita. No nos han formado para ser empresarios, simplemente y en muchos casos, sin saber por qué, nos hemos lanzado a la aventura. Creíamos que era necesario acompañar a las personas que tuviesen una idea que aportase valor en su camino. No sólo porque entendemos que es nuestra responsabilidad como colectivo, también porque sabemos lo que se sufre y lo peor, casi siempre en silencio.
El proyecto Punto Amigo es un espacio donde acompañamos a las personas emprendedoras e incluso empresarias a resolver cualquier cuestión que necesiten. Desde ayudarles a conseguir proveedores, hasta conseguir cualquier contacto que necesiten. Es un espacio seguro donde puedes consultar dudas a muchísimas personas que están dispuestas a ayudarte. Este proyecto, que ya es un hecho, me hace sentirme especialmente orgulloso de formar parte de AJE, porque de todos los servicios que ofrece, el que mas me gusta es “el hombro que necesitas para llorar”.
El acuerdo con AVAL Canarias
Sin duda alguna, una de las mayores problemáticas que tiene la juventud empresaria es la falta de financiación. Por eso, una de las primeras reuniones que tuvimos desde AJE Canarias, fue con AVAL Canarias, que es un instrumento público que funciona como un banco público. Lo cierto es que firmamos un acuerdo con ellos para poder servir como nexo entre nuestros asociados y AVAL Canarias. Esto lo hicimos, es un hecho. Me entristece decir que no hemos conseguido sacar adelante ninguna operación porque funcionan de una manera garantista y conservadora, a veces más que un banco.
Teniendo en cuenta la corta trayectoria de nuestra comunidad, es difícil sacar adelante ningún proyecto. Vamos, que tener AVAL Canarias no es útil para la realidad de la juventud empresaria, pero que no quede porque no lo hayamos intentado
LA LEY CANARIA DE APOYO A LA JUVENTUD EMPRESARIA
Mira que nos ha costado una larga travesía que se nos tenga en cuenta. No existe espacio de representación ni norma que nos haga un simple guiño y esto no es una queja, es más una autocrítica. No hemos sabido posicionarnos y estar en los espacios de representación cuando esto debería de ser incuestionable, quien no cuida a su juventud empresaria, no cuida el presente y el futuro.
Mucho hemos debatido sobre nuestra figura en la sociedad, en los diferentes espacios gubernamentales e incluso en otras organizaciones empresariales como la CEOE. Largas tardes y alguna caña nos hacen darnos cuenta de que la propia naturaleza de los jóvenes empresarios nos hace débiles. Falta de tiempo por nuestra escasa consolidación y el relevo generacional debido a la edad hace que cuando un presidente tenga que irse, el siguiente tenga que empezar desde cero otra vez.
Así no hay manera de tener un proyecto de apoyo real a largo plazo. Lo tenemos claro, debe haber un marco jurídico que favorezca un ecosistema donde se nos considere parte de la sociedad, se entienda nuestras especificidades y proponga soluciones reales a las inquietudes que hoy hacen que emprender un deporte sea de alto riesgo. Una apuesta decidida por un colectivo cada vez más escaso y con menos futuro, una LEY CANARIA DE APOYO A LA JUVENTUD EMPRESARIA.
Así se lo haremos saber a todos los grupos políticos con los que vamos a empezar a vernos y también al presidente del Gobierno de Canarias si es que algún día nos llega la reunión para verle.
Hechos son amores
Vienen tiempos complejos para el mundo empresarial y el futuro de este tiene que estar basado en la concordia y el entendimiento, así lo entendemos los jóvenes empresarios de Canarias.
Desde nuestra organización sabemos lo que es desviarse del propósito, no tener claro el rumbo y, por consiguiente, no estar bien representados, pero esto ya es pasado. Somos fuertes y estamos unidos, no queremos caridad, sino que nos dejen trabajar y se nos reconozca en nuestra labor vital para devolver la esperanza a la juventud de Canarias. Nosotros ya hemos hecho nuestra parte, unirnos y crear un proyecto.
Trabajar juntos y proponer ideas. Pedir que nos dejen participar de las soluciones. Estamos esforzándonos duro para que las cosas sucedan y ahora les toca a otros darnos los espacios y el apoyo que consideramos más allá de lo necesario. Todos nos dicen que nos apoyan y que somos importantes, pero… como bien dice mi amigo Pedro … hechos son amores.
Agoney Melián