Recuerdo las – por aquel entonces ya – desasosegantes palabras de un Secretario de Estado de Agenda Digital, en las que nos advertía de que los trabajos manuales serían sustituidos por la robótica y los de gestión y aplicación del conocimiento por la inteligencia artificial, eran tiempos en los que ya se empezaba a vislumbrar que esto sucedería inevitablemente pero con muy poco nivel de detalle, es decir, no sabíamos a qué sectores y profesiones afectaría más y a cuáles menos, pero pasados varios años desde aquello, tenemos más datos y hay algo más de claridad en una cuestión en la que nos jugamos muchísimo.
Por contextualizar el tema a nivel general, el Fondo Monetario Internacional calcula que están expuestos a la utilización de la IA en torno a un 40% de los empleos a nivel mundial, pero sin concretar en qué medida esa exposición desemboca en la destrucción de empleos. Ya a nivel particular si hablamos de importancia según sectores económicos para nuestra región, el turístico es por supuesto el más relevante, ya que es del que dependen de manera directa en torno a más del 40% de los empleos en Canarias y por ello, del tipo de implantación de inteligencia artificial y robótica que se haga en en el sector, dependerá la empleabilidad y la calidad del empleo en el presente y en el futuro en las Islas Canarias, así como otras variables como es la productividad.
Sobre el empleo turístico y la sustitución de lo humano por la inteligencia artificial hay varias ideas al respecto, siendo una bastante extendida la de que aquellos trabajos de front (de cara al cliente) pueden ser en algunos casos y en determinados negocios de más difícil sustitución ya que contienen eso que en economía se llama la «inteligencia social» y que hace que el cliente encuentre un valor insustituible en la interacción con humanos y por ello otra idea sería la de que convivirían establecimientos y servicios turísticos con mayores o menores precios según fueran atendidos por seres humanos o por inteligencia artificial, siendo esto bastante plausible dado que ya hacemos el proceso de facturación de forma digital con algunas aerolíneas mientras que otras mantienen el factor humano en mayor o menor medida, así como hoteles con casi todos sus procesos digitalizados y otros de superior nivel en los que lo humano se mantiene en prácticamente todos los departamentos del establecimiento.
De ahí que un gran número de los expertos en esta cuestión crean que el turístico podría ser uno de los sectores en los que el impacto de la IA en lo relativo a destrucción de empleo humano sería inferior en comparación a otros. También se suman a esta corriente más optimista los que aseguran que aunque la tecnología haga desaparecer puestos de trabajo en algunas actividades, también genera siempre otros nuevos en otras.
También estos estudios son en muchas ocasiones muy generalistas, obviando que hoy en día un gran número de puestos de trabajo son multitarea y algunas de ellas podrían ser sustituibles y otras no, con lo que la tecnología podría favorecer la desaparición de algunas y la aparición de otras asociadas a su utilización, de lo que podría deducirse que quizás no desaparezcan algunas posiciones concretas pero si el número de personas que las ocupen de forma paralela a la disminución de tareas que requiere el puesto de trabajo, y es que el tiempo de trabajo que exija cada tarea será otra variable a tener muy en cuenta en la automatización o no de la misma.
Con todo esto, daría la impresión de que el turismo podría plantear dos escenarios en este sentido, el de la automatización parcial por lo expuesto hasta ahora, o el del uso de la IA y la robótica desde una óptica de la tarea o incluso microtarea que haría que no desaparecieran por completo la mayoría de las profesiones del sector y sobre todo aquellas en las que la interacción humana añade valor al producto percibido, y en ambos escenarios lo humano continuaría estando presente en gran medida, aunque siendo el absentismo o la dificultad para cubrir vacantes un problema recurrente en la actualidad, a no pocos empresarios y gestores de empresas les parecerá, y con razón, un paraíso el encontrarse con la posibilidad de automatizar muchas tareas, aumentando la productividad y reduciendo la conflictividad.