¿Qué balance hace de la actual situación del sector del transporte en Canarias?
Lamentablemente, el sector del transporte se enfrenta a desafíos persistentes, a pesar de mis esfuerzos por contrarrestar las adversidades económicas actuales, especialmente en Canarias. Observamos con preocupación cómo un número creciente de empresas cierran por jubilación o son absorbidas por estructuras más grandes. Desde nuestra asociación, que representa a autónomos y pequeñas pymes, constatamos una precariedad constante en el sector, con costes en alza y márgenes de beneficio muy reducidos, hasta el punto de ser casi inexistentes. La supervivencia del sector se debe en gran medida a la resiliencia de los autónomos, quienes continúan trabajando a pesar de las dificultades, incluso en situaciones de enfermedad. Un problema significativo y creciente es la falta de personal; la escasez de conductores es una realidad. El sector no resulta atractivo, lo que desincentiva el interés por la profesión, incluso entre aquellos con vocación por la conducción.
A pesar de este panorama, el balance actual es que las mercancías siguen llegando a nuestros comercios y hogares, garantizando el suministro. Sin embargo, la situación se está volviendo cada vez más compleja, con cierres de empresas diarios y un aumento de los aranceles que perjudica el movimiento de mercancías. Contamos con un puerto importante para el tránsito de contenedores y mercancías, pero las dificultades persisten. En cuanto al transporte de pasajeros, que también representamos, observamos un elevado número de turistas que requieren movilidad en nuestras islas. Aunque las empresas de este subsector han mejorado su situación al concentrar sus estructuras y ajustar sus precios al alza, aún enfrentan problemas con los costes del combustible y los lubricantes, así como con la escasez y la demora en la recepción de repuestos para la reparación de vehículos. En resumen, el sector del transporte en Canarias sigue enfrentando numerosas dificultades.
Como mencionabas anteriormente, nos encontramos ante un sector que experimenta dificultades tanto para atraer como para retener talento. Paralelamente, cada vez son menos los empresarios que deciden invertir en él, debido a la complejidad del panorama actual. Factores como la competencia desleal, la elevada carga impositiva y la ausencia de una regulación bien implementada en Canarias que respalde al sector contribuyen a esta situación. Imagino que son múltiples los elementos que están incidiendo negativamente en su desarrollo.
En lo referente a la regulación, si bien existe una ley canaria de transporte, la falta de diligencia por parte de la administración impide generar las herramientas necesarias para el sector. Resulta paradójico que, contando Canarias con una ley propia de transporte, no se disponga de un registro de operadores logísticos. Esta ausencia de información precisa sobre el número de empresas, vehículos y su representatividad dificulta la planificación
y el apoyo adecuado por parte de la administración. Si bien el sector de viajeros cuenta con un mayor control gracias a las autorizaciones nacionales, el transporte de mercancías adolece de esta falta de registro, exceptuando aquellas empresas nacionales con sede en las islas.
Actualmente, se está llevando a cabo un proceso de modificación y actualización de los reglamentos de la ley, pero el avance es lento y la administración parece mostrar una falta de atención a las necesidades del sector.
Asimismo, la movilidad presenta graves problemas. Por ejemplo, la capacidad de transporte de mercancías se ha reducido significativamente; donde antes se podían trasladar cuatro contenedores desde el puerto hasta Arinaga en Gran Canaria, ahora resulta difícil transportar siquiera uno y medio, debido al tráfico y a las deficiencias en la movilidad. No se perciben medidas adecuadas para abordar esta situación. A pesar de las numerosas reuniones y la disposición de las organizaciones del sector a colaborar, la respuesta de la administración es limitada. Trabajamos en coordinación con confederaciones nacionales de diversos sectores y conocemos las dinámicas del sector a nivel nacional, pero la administración parece desatender nuestras demandas. El estado deficiente de nuestras carreteras, con deformaciones y baches, incrementa los costes de mantenimiento de los vehículos, afectando a neumáticos, suspensiones y generando múltiples averías debido a la falta de conservación vial durante un largo periodo.
Ya nos comentabas el año pasado que la mesa de transporte, un espacio de diálogo crucial, se reúne con una frecuencia insuficiente en relación con los importantes desafíos que enfrenta el sector. Esta situación representa un obstáculo significativo para el diálogo efectivo y fluido que resulta tan necesario.
Lamentablemente, la situación persiste. A finales de abril, hemos tenido una única reunión de la mesa de transporte, con la finalidad de retomar las discusiones sobre los reglamentos. La información que fluye sigue siendo escasa. La reunión que se celebró hace aproximadamente un mes fue bastante efectiva, con la participación de representantes de todos los cabildos. Sin embargo, parece que el tema principal de la gratuidad del transporte público ha eclipsado otras problemáticas importantes del sector, relegándolas al olvido.
¿Cuáles son los objetivos de ASTRACAN a corto y largo plazo?
ASTRACAN mantiene un firme compromiso con la defensa de todo el sector, prestando especial atención a los pequeños autónomos, quienes afrontan mayores complejidades al carecer de una estructura propia y, en su mayoría, prestar servicios a empresas de mayor envergadura, limitando su capacidad de ofrecer servicios directos a menos que se integren en estructuras como las cooperativas que represento. Como transportistas y empresarios del sector, nuestro objetivo primordial es lograr una normativa que se ajuste a las necesidades reales, una tarea que a menudo resulta ardua. La escasez de ayudas económicas es notoria; la única ayuda que se percibe de forma continua es la devolución del impuesto que grava el combustible, pero resulta insuficiente para garantizar la subsistencia del sector. Es una situación de equilibrio precario, donde los ingresos apenas cubren los gastos.
El objetivo de ASTRACAN es impulsar mejoras a través de la negociación con proveedores de combustible, repuestos y seguros, así como asegurar que el sector esté actualizado en toda la normativa vigente y futura, defendiendo sus intereses ante las administraciones, cuyas regulaciones a veces complican la situación debido a la coexistencia de normativas europea, estatal, autonómica y las propias de cada cabildo o ayuntamiento, que en ocasiones invaden competencias y generan dificultades innecesarias.
En materia de movilidad, observamos una tendencia en las ciudades a restringir el acceso a vehículos, con la peatonalización de calles y la consecuente falta de zonas de carga y descarga para nuestras mercancías. Cada vez se dificulta más encontrar lugares para estacionar y entregar la mercancía directamente en los negocios. No se cuenta con la participación de nuestras estructuras para negociar o buscar soluciones efectivas a esta problemática. Se generan cuellos de botella y circuitos cerrados que congestionan las ciudades e impiden nuestro trabajo. Parece que la planificación urbana prioriza los carriles para guaguas y taxis, olvidando las necesidades del transporte de mercancías o de los turistas que requieren traslados puntuales. Esto ocasiona una saturación de vehículos en las ciudades. ASTRACAN trabaja constantemente en esta línea, negociando, proponiendo ideas y buscando soluciones, aunque no sea una tarea sencilla.
Otro aspecto crucial es la contaminación, una cuestión que nos afecta directamente. A pesar de no ser los principales contaminantes, sufrimos una imagen negativa, lo cual también es un problema. Debemos abordar esta cuestión, especialmente en lo referente a la movilidad. Si bien somos conscientes de la necesidad de renovar nuestra flota, las circunstancias económicas actuales y los bajos márgenes de beneficio en el transporte dificultan esta renovación. Paradójicamente, a pesar de que se nos señala como encarecedores de productos, no contamos con los recursos para modernizar nuestros vehículos, y tampoco existen ayudas significativas para ello. Sin duda, nos enfrentamos a una situación muy compleja.