¿Cuál es el objetivo principal del Instituto de Energías Renovables y cómo contribuye a la transición hacia un modelo energético más sostenible?
El ITER se creó con la intención de ser pionero y estar a la vanguardia en la implantación de energías renovables en la isla de Tenerife. Los primeros parques eólicos que se instalaron en la isla fueron liderados por el ITER y desde entonces se ha hecho un trabajo que ha ido más allá de lo que era propiamente el desarrollo de las energías renovables -principalmente la eólica y la fotovoltaica-, para abarcar otros campos con el común denominador de ser infraestructuras críticas para el desarrollo de Tenerife y vinculadas a la tecnología. Por ejemplo, estamos hablando del supercomputador o del área de investigación genómica.
¿Qué proyectos destacados ha llevado a cabo el ITER en el campo de las energías renovables?
El campo de las energías renovables, como he comentado, tiene un papel muy importante en la generación de energías dentro del ámbito de la eólica y la fotovoltaica, dos energías maduras y consolidadas.
Pero, por otra parte, seguimos apostamos por el desarrollo de otras alternativas para el suministro eléctrico de la isla de Tenerife. Por ejemplo, tenemos proyectos en el ámbito de investigación del hidrógeno o en el almacenamiento de energía en baterías, donde tenemos un proyecto en marcha, el FOTOBAT, con una capacidad de 5 megavatios.
Asimismo, contamos con otro proyecto donde estamos centrando grandes esfuerzos basado en la exploración de recursos geotérmicos. Un proyecto que en estos momentos estamos iniciando y que supondría en buena medida la solución para el suministro de energía en las próximas décadas en Tenerife.
“Seguimos apostamos por el desarrollo de otras alternativas para el suministro eléctrico de la isla de Tenerife”
¿Es, por ende, la geotermia el futuro?
La geotermia tiene una importancia clave, no solo por tratarse de una energía renovable, sino por tratarse de una energía de respaldo para el resto de energías. La fotovoltaica y la eólica tienen el problema de la continuidad: no siempre hay viento, no siempre hay sol. En cambio, con la energía geotérmica tenemos un suministro constante en el tiempo y, en ese sentido, podemos garantizar una capacidad de suministro que permita que otras renovables se desarrollen.
Asimismo, ¿cuáles están siendo los principales desafíos y oportunidades que enfrenta el sector de las energías renovables en la actualidad?
Los desafíos son muchos. Tienen que ver con las limitaciones que tenemos en las islas para poder ampliar la capacidad de potencia instalada en renovables. Ahora mismo el potencial desafío es acometer la exploración de recursos geotérmicos; estamos hablando de que solo en Tenerife la exploración para determinar si tenemos recursos geotérmicos puede superar los 90 millones de euros.
Si tenemos éxito en esa fase de exploración, va a ser muy importante el volumen de inversión que se necesita para poner en marcha una planta geotérmica.
¿Cuál es la visión a largo plazo del Instituto en términos de contribución a la transición energética y la mitigación del cambio climático?
El ITER tiene una vocación de vanguardia, siendo pionero en el desarrollo de alternativas en el ámbito de las energías renovables. Lo fue en el ámbito eólico y fotovoltaico, y ahora lo estamos siendo con otras alternativas como puede ser el almacenamiento, el hidrógeno o la posibilidad de desarrollar la geotermia.
