¿Podría compartir la historia de CONVIVE Fundación Cepaim? ¿Cuáles fueron los principios fundacionales y las motivaciones iniciales que llevaron a su creación?
Desde su fundación, CEPAIM ha mantenido una misión clara, nacida de la convicción de que el trabajo en red es esencial para abordar las complejidades de las migraciones. A principios de los años 90, un grupo de pequeñas asociaciones descubrió la necesidad de una intervención más global en este fenómeno.
La colaboración con entidades como la Universidad Obrera CEPA de Bruselas, formada por emigrantes españoles, fue fundamental, aportando una experiencia valiosa y acelerando el avance de la organización. Esta unión de diversas entidades, incluyendo un ayuntamiento, dio origen a un consorcio que, por su heterogeneidad, no podía ser una asociación tradicional. Finalmente, en 2008, este consorcio se transformó en la Fundación CEPAIM.
En esencia, la historia de CEPAIM es la de personas preocupadas por otras, que se unen, forjan alianzas y construyen una entidad que, al final, se traduce en los lazos y el compromiso de quienes la conforman.
Parece que todo esto es de máxima actualidad, y aquí en las Islas Canarias, la labor de esta fundación cobra más importancia que nunca, ¿verdad?
Sí, es cierto. Canarias tiene un significado profundo para CEPAIM, comenzando por su condición de periferia. A veces olvidamos que, aunque nuestro territorio es hermoso, se encuentra en la ultraperiferia. Desatender las periferias es un riesgo que nuestra sociedad corre con demasiada frecuencia, y atenderlas ha sido una prioridad para CEPAIM desde sus inicios. Las personas, y con ellas los territorios en la periferia, lo necesitan.
Soy de Almería, y comparto con Canarias una dolorosa realidad. Canarias fue la primera zona donde aparecieron las pateras y los primeros muertos en el mar, personas que buscaban una vida mejor y encontraron la muerte. Para mí, es una referencia que en 1994 apareciera la primera persona ahogada intentando buscar un futuro. Esto lamentablemente ha ocurrido también en las costas de Almería, y nos une en la necesidad de no olvidar a estas periferias.
¿Por qué Canarias? Porque, por desgracia, se ha convertido en un foco de atención, el salvavidas para muchas personas que han logrado llegar a ese territorio. Y no podemos olvidar que es un archipiélago.
Una característica fundamental de CEPAIM es nuestra disponibilidad incondicional ante cualquier administración que nos haya necesitado. Creemos que las organizaciones no podemos encogernos de hombros frente a los retos sociales.
En Canarias, las administraciones y toda la ciudadanía han tenido que sacar lo mejor de sí mismas para acoger este volumen de personas. En estas situaciones, una organización como CEPAIM no podía eludir su responsabilidad de colaborar. Por eso, abrimos un centro de acogida allí y seguimos insertándonos, empezando por Fuerteventura, una tierra que para mí tiene un significado especial por la amistad con un gran amigo.
Seguimos en la periferia, trabajando con la periferia de la sociedad.
Creo que cualquier organización se sentiría orgullosa de poder llevar a cabo una actividad como esta.
¿Denotas que cada vez hay más colaboración por parte de la administración pública y de otras empresas y entidades en estos ámbitos? ¿Estamos más sensibilizados en general?
En general, creo que al final prevalece la cordura. Como diría un filósofo, la gestión de la red pública es lo más inteligente; es una labor que nos atañe a todos.
Por supuesto que es responsabilidad de todos. Las administraciones, debido a su propia estructura, enfrentan el reto de una intervención más lenta y de procedimientos que les exigen colaborar con la sociedad organizada, es decir, las asociaciones y fundaciones.
Es fundamental no olvidar que las asociaciones forman parte del tejido social; es la propia sociedad la que se organiza. Por lo tanto, detrás de ellas están los ciudadanos y las ciudadanas. De igual modo, el tejido empresarial, que nutre y se nutre del tejido social, no puede desentenderse. Lo más inteligente es unir todas las fuerzas y visiones.
A veces olvidamos que las organizaciones sociales, el tercer sector, tienen una visión de la calidad diferente. Y afortunadamente es así. Es una visión distinta a la de las administraciones y a la de las empresas. Si sumamos todas esas diferencias, nos enriquecemos. Logramos una visión mucho más compartida y también más intercultural. Nosotros siempre hemos apostado por eso: estar totalmente abiertos a cualquier persona, organización, empresa o institución que desee intervenir socialmente para mejorar la vida de las personas. Siempre encontraremos alianzas en ese contexto.
¿Qué objetivo te pondrías para este 2025, que ya está prácticamente en la mitad? Y también, ¿uno a largo plazo? Hablemos de ese corto y largo plazo.
El objetivo a largo plazo es que todas las personas en cualquier territorio sean ciudadanos de pleno derecho. Para lograrlo, hay que trabajar intensamente por la inclusión de todos, no solo de los migrantes.
Esto significa que, a corto y medio plazo, debemos implementar buenos planes de acogida, de acceso a la vivienda y de acceso al trabajo. En eso estamos. Mañana, por ejemplo, abriremos un nuevo centro para apoyar el empleo tanto de migrantes como de ciudadanos locales. También inauguraremos una nueva iniciativa para fomentar la inclusión social general, la educación y las relaciones respetuosas basadas en la igualdad de género.
Este es el camino a seguir a corto y medio plazo, porque el futuro debe ser una sociedad de derechos, con ciudadanos en igualdad de derechos y condiciones.