Creemos que debemos tener una mayor participación, promoviendo el debate público
¿Qué objetivo se han marcado desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria?
El objetivo que nos hemos marcado es la mejora de la consecución de los planteamientos de nuestra profesión en muchos campos de actuación que tienen que ver con la arquitectura y el urbanismo.
A su vez, apuestan en gran medida por la formación en el sector.
Sí. Tenemos un proceso de formación continua, que se basa en la actualización de conceptos que giran en torno a la profesión y a la actividad que nos concierne.
¿Se ha beneficiado la profesión de la llegada de los fondos Next Generation?
No exactamente. La gestión de dichos fondos por parte de la administración no ha sido la adecuada. Incluso, en determinados momentos han intentado derivar a colectivos como el nuestro para realizar determinadas actividades ante las oficinas de rehabilitación, algo que nosotros no compartimos, pues son procesos propios de la administración.
Ya existen datos publicados de que la gestión de estos fondos no ha sido la adecuada y no se ha cumplido con las perspectivas que se tenían. Un problema que es general y que también afecta a otros colectivos y, por tanto, a la sociedad en lo que respecta a la materialización de esas ayudas que se habían previsto.
Como bien comenta, este hecho no afecta solo a los profesionales sino que también perjudica a la sociedad…
Sí. El objetivo era que ese dinero llegado desde Europa fuera dirigido a reactivar la economía. Si el proceso de gestión y tramitación de esos fondos no es el adecuado, evidentemente, no se logra el objetivo principal que era reactivar los procesos económicos tras la pandemia.
Cambiando de tercio, la sostenibilidad y la eficiencia energética están en la hoja de ruta del sector de la construcción. ¿En qué punto se encuentra?
Son conceptos que siempre han estado. En el campo de la arquitectura y el urbanismo el co- lectivo siempre los ha manejado como criterios de aplicación. Sí es verdad que ahora se hace una mayor incidencia a través de la regulación existente, pero siempre hemos estado en línea con esa preocupación, porque la arquitectura, el urbanismo y, en definitiva, nuestras ciudades sean lo más sostenibles posible con nuestro entorno y el medio ambiente.
¿A qué retos se enfrenta la profesión?
Ante una sociedad cambiante, los retos son múltiples y de todo tipo. Son retos a los que se enfrenta la sociedad en general, nosotros -los arquitectos- no somos un elemento externo a la evolución de la sociedad, sino que formamos parte de ella.
Como estábamos comentando ahora, criterios como la sostenibilidad y la calidad de nuestros espacios públicos y privados condicionan nuestra vida.
Y luego, queremos dejar constancia de que nuestra profesión no es simplemente fabricar, el valor que aporta el arquitecto tiene un componente humanista muy importante, y esto es lo que quizá nos diferencia de otros colectivos.
En un momento con tantos cambios, ¿qué rumbo está tomando el sector?
El sector de la construcción intenta adentrarse en todos los cambios, pero vivimos en una sociedad que avanza muy rápido, en la que los procesos son inmediatos y a corto plazo.
El gran reto es intentar digerir y dar la respuesta adecuada en cada momento de estos procesos y tener una mayor participación, porque en nuestro campo -la arquitectura y el urbanismo- creemos que debemos tener una mayor participación, promoviendo el debate público, pero no solamente con los colectivos profesionales, sino con la administración pública, para que todos los agentes que intervienen en la sociedad sientan que pueden aportar para mejorar el resultado final.
