Tras perder las modernas instalaciones con las que contaban y que se ubicaban en Todoque, tuvieron que comenzar casi de cero. ¿Cómo ha sido la evolución en estos años, tras la erupción? ¿Han sido años difíciles?
Ciertamente, una situación como esta es totalmente inesperada. Como suele decirse en estos casos, la emergencia nos obliga a actuar con rapidez. Afortunadamente, algunas de nuestras instalaciones agrícolas han resultado menos afectadas. Sin embargo, la producción primaria ha sufrido daños significativos.
En cuanto a la cooperativa, hemos logrado encontrar un local temporal mientras tramitamos los permisos necesarios para reconstruir nuestras instalaciones en el terreno afectado por la colada de lava. Esperamos iniciar las obras a la brevedad.
Podremos ver las nuevas instalaciones en funcionamiento pronto, ¿verdad? ¿Podría detallar si mantendrán las mismas características innovadoras que las anteriores?
Los decretos emitidos por el Gobierno de Canarias tienen como objetivo garantizar que se recuperen las mismas condiciones que se tenían antes de la catástrofe. Sin embargo, entendemos que esta situación representa una oportunidad para mejorar las instalaciones. Gracias a la adquisición de un terreno anexo, la cooperativa cuenta ahora con un espacio más amplio y adecuado para la construcción de nuevas instalaciones. Además, la indemnización recibida por el seguro permitirá financiar parte de esta obra.
Por ende, contamos con los fondos iniciales para comenzar las obras, aunque somos conscientes de que el incremento en los precios de los materiales podría requerir una inversión adicional. Confiamos en que las administraciones correspondientes nos brinden el apoyo necesario para completar el proyecto en su totalidad.
La cooperativa cuenta con 350 socios. ¿Cuál es la estimación de producción anual para el año 2024?
A pesar del número considerable de socios, hemos experimentado una disminución en el número de asociados debido a diversos factores, como la dificultad de adaptarse a los nuevos requisitos y la pérdida de fincas por la catástrofe. Esta situación ha llevado a algunos socios a optar por otras cooperativas. Sin embargo, hemos incorporado nuevas fincas, lo que nos permitirá alcanzar una producción estimada de cinco millones de kilos de plátanos.
¿Y respecto a la producción de aguacates?
Al perder las instalaciones, la producción de aguacate se ha visto afectada. Muchos productores han trasladado sus cultivos a otras empaquetadoras que cumplen con los requisitos necesarios para este tipo de fruta. Además, nuestra cooperativa hermana de Tijarafe, La Prosperidad, está recogiendoparte de la producción de aguacate de nuestros socios.
¿Esperan que las nuevas instalaciones permitan recuperar los niveles de producción de años anteriores?
Sí. Estoy convencido de que nuestra cooperativa se posicionará como la mejor posicionada del valle gracias a nuestra nueva ubicación. Al estar en un punto céntrico, cerca de localidades como Fuencaliente, y con el reciente asfaltado de la carretera, tendremos mejores condiciones para el transporte de la fruta. Esto nos permitirá ser más competitivos y atraer a más socios.
La realidad es que todos buscamos la mejor opción para nuestros productos.
A pesar de la fortaleza del sector, la fragmentación en la comercialización plantea retos. ¿Podría explicarnos cómo afecta esto a los precios del plátano?
Como usted ha mencionado, es una excelente noticia que el sector mantenga su fortaleza ante el consumidor. Sin duda, una base de consumidores fieles es fundamental para cualquier sector, ya sea agrícola, industrial o de otro tipo. Nuestra cooperativa cuenta con esta ventaja, lo cual es un aspecto muy positivo a la hora de evaluar nuestra viabilidad.
Si bien hemos avanzado en la coordinación entre productores, aún queda camino por recorrer para lograr una mayor estabilidad en los precios. Es necesario mejorar nuestra organización y planificación, anticipándonos a las fluctuaciones del mercado y ajustando nuestra producción en consecuencia. De esta manera, podremos garantizar precios más justos y sostenibles para nuestros socios.
Nosotros no enfrentamos un problema de demanda, lo cual consideramos una gran ventaja. Esto nos brinda una mayor seguridad a la hora de evaluar nuestra continuidad en el sector. Al contar con una demanda estable, podemos enfocarnos en mejorar nuestra organización y planificación para garantizar precios justos y sostenibles.
En este sentido, el problema radica en que al existir muchos vendedores, existe el riesgo de que, al buscar acuerdos individuales, se desestabilice el mercado. Aunque hemos avanzado en la coordinación entre productores, aún enfrentamos desafíos debido a la volatilidad del mercado, influenciada por factores externos como las condiciones climáticas. Sin embargo, estamos convencidos de que una mayor colaboración entre los productores canarios permitiría estabilizar los precios a largo plazo.
¿Actualmente están distribuyendo sus productos solo en Canarias o también fuera?
Desde Covalle participamos en la orga- nización de productores de COPLACA. En general, la mayor parte de nuestra produc- ción se destina al mercado peninsular. Sin embargo, el jefe de ventas puede tomar la decisión de enviar pequeñas partidas a otros destinos, como Marruecos o Suiza, dependiendo de la oferta y la demanda en esos mercados.
Para finalizar, Juan Vicente, ¿podría detallar las principales líneas de trabajo y objetivos que la cooperativa se ha fijado para los próximos años?
Es fundamental que prioricemos la calidad de nuestro producto. La competencia con la banana nos obliga a ofrecer al consumidor lo que demanda. En lugar de imponer nuestras condiciones, debemos adaptarnos a sus preferencias. Aunque es comprensible que los productores necesiten obtener una remuneración justa por su trabajo, debemos ser conscientes de que las condiciones del mercado pueden fluctuar debido a factores externos como las condiciones climáticas. Sin embargo, confiamos en que este sector, tan apreciado por los consumidores, seguirá siendo fuerte y rentable a largo plazo. Nuestra estrategia se centrará en satisfacer las demandas del mercado, garantizando al mismo tiempo una remuneración adecuada para los productores.