Contribuir a que se conozca la verdad de por qué no se evacuó a la población antes de la catástrofe volcánica de La Palma y que este fallo no se repita en el futuro. Es el objetivo central de la revista gratuita ‘En busca de la verdad’, una publicación impresa en formato periódico y elaborada por ElValledeAridane.com, la web editada por la asociación Tierra Bonita gracias al libro Las otras historias del volcán. Tiene una tirada inicial de 20.000 ejemplares, que se distribuyen de forma gratuita.
Se trata de una investigación en la que se muestra cómo diferentes científicos e instituciones científicas reconocieron después de la erupción, en intervenciones públicas, que este fenómeno era «inminente», lo que implicaba en el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA) la elevación del semáforo de riesgo a naranja y la evacuación general de la población.
Unas decisiones que nunca se tomaron, con lo cual se expuso a los habitantes de la zona afectada a un riesgo mortal para sus vidas y se les impidió que pudieran salvar más enseres, objetos personales de incalculable valor emocional, así como animales de granja y de compañía (que una fuente animalista cifra en 15.000).
Con esta publicación, Tierra Bonita pretende que lo ocurrido no quede en el olvido, ya que la versión oficial que las instituciones públicas han intentado que prevalezca es la de una gestión impecable que impidió muerte de personas en el inicio de la erupción (en el caso de los animales murieron miles), un punto de vista que deja en entredicho En busca de la verdad.
Los ejemplares en papel se distribuyen desde este mes de diciembre en puntos de La Palma y Tenerife, y una parte en Madrid (desde enero), y se están haciendo llegar a políticos (como los diputados del Parlamento canario), partidos políticos, científicos, instituciones públicas, medios de comunicación, colegios de abogados, etc.
Se puede descargar en pdf en el siguiente enlace: https://drive.google.com/file/d/1kzAprRlF6Iije2v-0_W2tQ7x5MnUslmP/view?usp=sharing
La revista, de 16 páginas y 14 capítulos, constituye un relato cronológico de los hechos analizados, aunque cada capítulo cobra vida propia, y se basa en fuentes documentales que se detallan en la penúltima página a modo de bibliografía y a las que también se puede acceder de manera digital a través de códigos QR.
Esta investigación aborda cómo planes oficiales desde 2003 a 2011 ya advertían de que había que tomar medidas por el riesgo volcánico en La Palma (incluso el Plan Insular de Ordenación ya calculó 10 años antes que serían 3.000 las construcciones que podrían ser destruidas) y cómo la catástrofe de 2021 se produjo sin que el Cabildo tuviera aprobado el Plan Insular contra el Riesgo Volcánico.
Se destaca también que el IGN propuso días antes de la erupción elevar el semáforo a naranja y las autoridades no lo hicieron, así como la confusa y contradictoria versión que dio la entonces directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, quien en el Parlamento canario aseguró que el día antes de la erupción todos los científicos estaban de acuerdo en que era «inminente» y eso implicaba cambiar el semáforo a naranja, palabras de las que luego se desdijo en un comunicado del Gobierno canario al saltar la polémica.
En busca de la verdad documenta también cómo el comité científico aconsejó horas antes de la catástrofe evacuar a la población en riesgo y que el IGN predijo dónde sería el lugar de la erupción sin que los habitantes supieran cuál era la zona más probable.
Refiere también esta publicación las declaraciones del portavoz de INVOLCAN, David Calvo, que confirma que se advirtió de que la erupción sería inminente, y de Eugenio Fraile, oceanógrafo del IEO, que corrobora que esa fue la palabra más usada en esas reuniones del comité científico previas al inicio de la catástrofe.
En otro subcapítulo, se detalla cómo el vulcanólogo Joan Martí afirma en una reciente entrevista que una semana antes de la erupción calculó que la probabilidad era superior al 80%. Asimismo, se menciona cómo el alcalde de Fuencaliente, Gregorio Afonso, reconoce que año y medio antes ya INVOLCAN le dijo que había anomalías que podían acabar en erupción, pero que lo mantuviera en secreto.
Se incluyen además sobrecogedores testimonios de ese momento de familias que se vieron sorprendidos por el volcán a pocos cientos de metros de sus casas y se contradice, por los propios afectados, la versión oficial de que todas las personas con movilidad reducida estaban ya evacuadas cuando comenzó la erupción.
En un capítulo se narra el sorprendente viraje del Instituto Geológico y Minero (IGME), que publicó un artículo argumentando cómo previno a las autoridades de que la erupción sería en 24 horas, y 15 meses después mandó retirarlo de la revista del Consorcio de Compensación de Seguros cuando lo divulgó una asociación de afectados.
Con esta investigación de Tierra Bonita también se ofrece la versión de guardas de caza que atestiguan que se les ordenó evacuar a los cazadores de Cumbre Vieja desde el amanecer del día 19 de septiembre de 2021 «porque la erupción era inminente».
Otro capítulo trata sobre cómo políticos y científicos han hecho una piña para que no se divulguen las actas y grabaciones de las reuniones del PEVOLCA previas al volcán, cuyo conocimiento por la opinión pública podría ser determinante para esclarecer cómo fue la controvertida toma de decisiones.
En busca de la verdad se adentra también en las consecuencias de la erupción en la salud y recoge un estudio del profesor de la Universidad Politécnica de Madrid Rafael Cascón según el cual, con datos del INE, la mortalidad en La Palma aumentó un 40% en los meses de la erupción, frente un 15% regional. Y consta además el criterio de dos alergólogas del Hospital General de La Palma quienes creen que no se protegió bien a la población de los gases y la ceniza.
Un capítulo está dedicado a la «masacre» de animales que causó la erupción por falta de planificación, pues según asociaciones animalistas y activistas, fueron muchos miles los animales de compañía y de granja que perecieron.
Igualmente se señalan graves errores en el Consorcio de Compensación de Seguros con las imágenes del satélite Copernicus, pues familias afectadas confirman que tuvieron que conseguir fotos por su cuenta, cedidas por empresas de drones, para demostrar que sus viviendas aún estaban en pie en una fecha concreta, para no perder el derecho a ser indemnizadas-
En los capítulos finales se informa del malestar e indignación que reina en los colectivos de afectados por la mala gestión de la emergencia y las acciones en vía penal emprendidas por la falta de evacuación preventiva antes de la erupción, tanto la querella presentada por la Asociación Tierra Bonita como otra veintena de denuncias de damnificados, en la actualidad pendientes de la decisión que adopte la Audiencia Provincial.
Por último, en la contraportada, se invita a reflexionar sobre algunas «enseñanzas» que puede dejar esta catástrofe: la necesidad de estar prevenidos para futuras erupciones, en términos de protección civil, ordenación del territorio, aseguramiento de propiedades y legislación; mejorar la coordinación entre científicos y políticos y de los protocolos para garantizar una evacuación preventiva a tiempo; la exigencia moral de erradicar el exceso de propaganda institucional frente al análisis autocritico de la gestión de emergencias; y una normativa que permita una más rápida recuperación de la sociedad afectada, con mecanismos que aseguren su participación en las decisiones que les atañen. Como lección positiva: la solidaridad que despertó el volcán en miles de personas y empresas, dentro y fuera de La Palma.