Desde hace ya algún tiempo todas las semanas la IA nos sorprende con algo nuevo que se empeña en mantenernos en un constante efecto WOW. En el momento de escribir estas líneas, el último titular de la última noticia relacionada con la Inteligencia Artificial lo ocupa Sora, la nueva herramienta de OpenAI capaz de generar vídeos de sesenta segundos partiendo, simplemente, de una descripción de texto. Un paso más en esta trepidante carrera tecnológica que, a la vista del realismo de las imágenes obtenidas, es espectacular.
Lo cierto es que todo lo que tiene que ver con la Inteligencia Artificial está sucediendo de manera muy rápida y en la práctica es imposible evaluar con criterio qué solución de IA implantar en nuestras empresas o simplemente, fijar una estrategia que nos ayude a no dar pasos en falso que, como sabemos, siempre cuestan mucho dinero y terminan por no ir a ningún sitio
A ChatGPT, Bard, Copilot, Bing… ahora se le añade Sora. Mientras la lista de herramientas de IA no para de crecer, los usuarios asisten a todos estos acontecimientos con una sensación muy extraña que se mueve entre la expectación, que aumenta con cada nuevo lanzamiento, y la confusión por no terminar de entender muy bien este ecosistema lleno de nuevos nombres y nuevas siglas que cada vez cuesta más memorizar.
Para intentar entender todo lo que nos está pasando, podríamos pensar que es algo así como si nos hubieran invitado a una fiesta temática de IA donde no conocemos a nadie y a cada rato nos presentan a alguien nuevo:
-Hola, me llamo Sora y soy una IA que genera video partiendo de una descripción de texto.
-¿Qué tal Sora? Un placer conocerte. Lo que cuentas suena genial. Ya veo que eres amigo de OpenAI, uno de los grandes anfitriones de esta fiesta.
-Yo soy Gemini. La nueva IA de Google. Seguro que no me conoces porque salí al mercado hace solo un par de semanas.
-Encantado de saludarte, Gemini. Conocía a Bard, pero me parece que se ha ido de la fiesta justo cuando tú has llegado. No me dio tiempo ni de despedirme. La verdad es que ha estado poco con nosotros.
-Creo que todavía no nos han presentado. Yo soy D-ID. Es probable que mi nombre no te suene demasiado, pero si te digo que yo fui la IA que hizo cantar a Freddie Mercury canciones de Michael Jackson seguro que ahora ya sabes quién soy. ¿Verdad?
-¡Claro que sí! Escuchar Thriller es la voz de mi cantante preferido fue espectacular.
…
Y así podríamos seguir con un sin fin de presentaciones intrascendentes que durarían toda la noche, siendo conscientes que este tipo de encuentros banales solo generan relaciones superficiales que no dan para mucho más que para tomarse una copa, echar unas risas y terminar con un apretón de manos y un “Ya buscaremos un hueco para quedar”, hueco que nunca llega.
Este es el escenario tan superfluo e inconsistente en el que la IA está llegando a nuestras empresas. Todas las compañías identifican la Inteligencia Artificial como una oportunidad que no deben dejar pasar, pero no terminan de ver la manera de llevarla a sus negocios. Mientras tanto, los usuarios van haciendo sus pinitos basados en una estrategia de ensayo y error que no acaba de funcionar muy bien, pero que es necesaria para seguir avanzando.
Algunas personas no han pasado todavía de chat GPT y allí siguen con la primera IA que conocieron; otras empezaron a usar Bard dentro de su cuenta de Gmail y de la noche a la mañana se llevaron la sorpresa de que había desaparecido de repente con la llegada de Gemini. A todo esto, Copilot se instaló en nuestro móvil sin preguntar y sin saber muy bien cómo usarlo…
A nivel corporativo los departamentos empiezan a demandar soluciones de IA a los responsables de IT, sin tener muy claro lo que necesitan ni el alcance de lo que piden: una IA para seleccionar perfiles y cubrir vacantes, una IA para cuadrar el balance, una IA para hacer la previsión de stock…
Lo más probable es que todas estas funcionalidades vayan apareciendo en sus aplicativos dentro de un tiempo, pero toca esperar porque todavía tardará un tiempo en que la IA termine por integrarse con solvencia en las soluciones empresariales, que es el camino más lógico.
En este sentido, quizás Microsoft sea de las empresas que está dando estos primeros pasos de una manera más sólida al integrar Copilot en el porfolio de sus aplicaciones históricas. Gracias a Copilot, por ejemplo, es posible hacer en segundos un resumen de un hilo de correo de Outlook o transcribir y resumir una sesión de Teams que te podría llevar horas, por ejemplo. Lógicamente, la integración de la IA en estas aplicaciones es de pago y se licencia como un añadido al producto base.
“Todavía tardará un tiempo en que la IA se integre con solvencia en las soluciones empresariales, pero este es el camino más lógico”
Ante tanta efervescencia y volatilidad, quizás convenga coger un poco de distancia, apartarse de la fiesta y cuando la música baje el volumen y solo queden las conversaciones interesantes, intentar crear relaciones de confianza que nos ayuden a recorrer el camino de la IA que, sin lugar a duda, es apasionante.