Dicen que cuando se sueñan las cosas se cumplen. Sin embargo, yo que soy un soñador empedernido, sé que esto es mentira, que es tan solo el principio de que las cosas sucedan.
Cuando de verdad queremos lograr un objetivo, hay que trabajarlo, esforzarte, ser paciente y equivocarte una y otra vez hasta dar con la tecla. Algo que no todo el mundo está dispuesto a hacer.
Las personas que se quejan de que no les salen las cosas, suelen ser impacientes, despreocupadas y con poca capacidad para entender que las cuestiones importantes, tienes que explicarlas bien, con las palabras adecuadas, la emoción y el lenguaje idóneo.
Hoy, en mis letras, quiero aprovechar la ventana que me ofrece este medio para hablar un tema que es de vital importancia para el desarrollo de nuestro planeta. La igualdad.
Salir del armario
Suena a broma, pero he tenido que salir tantas veces del armario, que casi se está convirtiendo en una escena recurrente. Sientes un poco de incomodidad por aquello del qué dirán, pero lo asumes con valentía y te animas a decirlo porque, según tus valores, es lo correcto.
Hoy quiero confesar, para quienes no me conozcan bien, que soy un orgulloso feminista, de esos que creen en la igualdad y en la diversidad como parte del camino para construir una sociedad más bonita y empática. Y aunque a veces sienta miedo al rechazo, aquí estoy, siempre dando la cara como parte de una lucha en la que creo, y en la que no pienso quedarme en el banquillo.
He ido a Wikipedia y les copio este párrafo que me parece revelador.
El feminismo es un movimiento político y social, una teoría política y una perspectiva filosófica que, según la RAE, postula el «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre».[1] De acuerdo con la ONU Mujeres, el feminismo en principio lucha por la equidad de género y por el reconocimiento de las mujeres como personas físicas y sujetos de derecho.[2]
Y es que creo que todo el mundo en su sano juicio no puede defender otra cosa que no sea esto, y es por ello por lo que no quiero que nadie se aproveche de un término genérico que tiene un significado concreto. Sí, soy feminista y no me importa que lo sepan.
Comisión de igualdad de CEAJE
Hace unos días estuve por Madrid cumpliendo uno de los hitos más importantes de la organización que representa a la juventud empresaria de nuestro país. Un hito del que me siento muy orgulloso.
Me siento orgulloso y no por haber sido uno de los impulsores de esta, sino porque creo que, con un gran cariño y generosidad, nuestro presidente, Fermín Albaladejo, y el resto del Comité Ejecutivo, formado por mujeres y hombres valientes de todo nuestro país, han asumido el reto como propio, sin miramientos y apoyando, de manera unánime la iniciativa. Somos una gran organización.
Llegó el gran día, y después de la increíble presentación de mi compañera Ana de Valencia, tuvimos la oportunidad de escuchar con atención a la presidenta de la comisión de igualdad del Congreso de los Diputados, Carmen Calvo.
Fue una charla enriquecedora, racional y filosófica a la vez que hizo que el acto fuese toda una declaración de intenciones. Y aunque no estuve de acuerdo en muchas de sus apreciaciones, yo sí que quiero que la gente sea feminista y nadie me sobra en las causas justas fue un auténtico placer y honor escucharla. Es una persona con la que creo que tendría una buena conversación entendiendo, que es alguien que al igual que a mí, le apasiona su país.
Sacando pecho
Para mí este evento es una parada más en el camino. Una parada preciosa, enorme y muy satisfactoria. Sin embargo, yo llevo muchos años llevándome alegrías similares.
Desde Canarias hemos hecho grandes iniciativas que hablan del talento femenino; porque nosotros, desde siempre hemos defendido en la igualdad real sin exclusión por cualquier tipo de distinción por raza, sexo, orientación sexual o religión. Y lo hemos hecho poniendo en marcha WO+MAN, un proyecto que quería convertir la organización en un espacio agradable para la mujer. Los Secrets After Woks destinados a crear espacios de encuentro femenino. Y el proyecto estrella, El Club de Capitanas, un espacio de personas talentosas hablando del mundo de la empresa, algo revolucionario que ya se ha exportado en otros territorios.
Seguro que nos queda tantísimo por hacer que sacar pecho podría sonar triunfalista, pero a veces es bonito saber de dónde vienes y dónde estás, tomarte un respiro y disfrutar de las pequeñas conquistas.
Las mujeres de AJE
Hablando de personas talentosas, no quiero irme sin contarte que en AJE tenemos un gran panel de mujeres que han hecho de esta organización algo grandioso.
Todas y cada una de ellas, han formado parte de una historia que no debemos olvidar. Sheila Trujillo rompió el techo de cristal, convirtiéndose en la primera presidenta de AJE en la historia de nuestro archipiélago, y María Delgado lo pulverizó haciendo la misma hazaña después de haber sido nuestra increíble Secretaria General. La historia de AJE, tiene acento femenino llena de nombres como el de Azucena, una imprescindible de la casa.
Solo en las juntas podrás encontrar a Cybell, Arianna, Alba, Karina, Esther, Laura, Natalia, Paola, Raquel H., Raquel V., Yasmina, Jessica, Laura o Naomi. Pero si te vas a la masa crítica podrás encontrar a increíbles empresarias de las que me siento infinitamen- te orgulloso por su empuje y tenacidad.
Ya me despido, pero no sin antes felicitar a la directora de este medio, mi compañera y Secretaria de Comunicación, Monserrat Hernández. Una valiente madre, empresaria y amiga, que ha sido galardonada con el “Premio Líder Joven de la Sociedad Civil”. No me digan que no es para estar orgulloso.
Sin duda bregaremos en el camino por aquellas causas que consideremos justas. Porque un día, tendremos que mirar atrás y rendir cuentas de lo que hicimos, pero sobre todo de lo que no.
Muchos son los desafíos que se presentan en los años venideros, pero no les quepa duda de que hay uno que preponderará. La igualdad, el gran reto de la humanidad.
