El panorama empresarial en España y Canarias ha experimentado una notable transformación en los últimos años. Desde el 1 de enero de 2014 hasta 2020, se observó una tendencia creciente en la creación de compañías. Sin embargo, el impacto del COVID-19 y recientes cambios normativos han causado una reestructuración significativa en el número de empresas registradas.
En tan solo un año, del 2022 al 2023, se registró una caída pronunciada en el número de entidades, con una reducción del 6,5% en España y del 8,3% en Canarias (1,8 puntos porcentuales por encima de la media nacional). Esta caída se debe principalmente a la reforma normativa de la Unión Europea, que exige que solo las empresas consideradas “activas” sean incluidas en el Directorio Central de Empresas (DIRCE), mientras que las “inactivas” han sido excluidas del recuento del INE, lo que ha impactado considerablemente en los datos publicados.
A partir de ahora, se considerarán “activas” aquellas empresas que total o parcialmente ejerzan una actividad económica, quedando fuera del recuento las “inactivas”. El Instituto Nacional de Estadística (INE) aclara que, tras este cambio, los datos publicados a 1 de enero de 2023 no son comparables con los datos anteriores que incluían a las “inactivas”.
A pesar de la tendencia alcista en Canarias en la constitución de compañías, a excepción del año 2020, la disminución se atribuye principalmente a esa exclusión de las “inactivas” de los recuentos anteriores. En Canarias, los sectores más afectados incluyen “resto de servicios”, comercio, industria y construcción, sector que ha experimentado una notable disminución del 17,04% entre 2022 y 2023.
A nivel nacional, el 91,24% de las entidades en España cuentan con menos de 5 asalariados, siendo el 90,93% de estas sociedades de responsabilidad jurídica (29,26%) y personas físicas (61,67%). A 1 de enero de 2023, el 74,13% de las empresas en España son personas físicas, mientras que, en Canarias, esta cifra es del 65,93% de las 139.245 sociedades totales. En Canarias, el 99,9% de las empresas son pymes, solo un 0,1 punto porcentual por encima del resto de España, donde las pymes representan el 99,8%. Así, solo el 0,1% de las compañías en Canarias tienen más de 250 trabajadores.
En junio de 2024, el mayor porcentaje de empresas disueltas en España corresponde a las actividades de “comercio al por mayor y al por menor; reparación de motor y motocicletas”, con un 22,01%, experimentando un incremento interanual de 2,46 puntos porcentuales. Por otro lado, el mayor número de entidades constituidas, un 18,06%, también pertenece a este grupo de actividad, aunque este porcentaje ha disminuido en 1,24 puntos porcentuales en el último año.
Estos datos destacan la importancia de las pequeñas y medianas empresas y los emprendedores como agentes clave en la economía. Las pymes representan la mayoría del tejido empresarial y son fundamentales para el crecimiento económico y la creación de empleo. Es crucial implementar políticas que fortalezcan el apoyo a pymes y emprendedores, mediante incentivos fiscales, acceso a financiación y fomento a la innovación.
Las pymes no solo son fundamentales desde el punto de vista económico, sino que también son pilares esenciales del tejido social. En muchas comunidades, especialmente en regiones como Canarias, estas empresas son generadoras de cohesión social, proporcionando empleo local y contribuyendo al desarrollo económico y la estabilidad de las familias. El emprendimiento, en este sentido, se convierte en una herramienta clave para impulsar el bienestar social, ya que fomenta la innovación, la competencia y la creación de nuevas oportunidades en sectores tradicionales y emergentes.
Para mantener su vitalidad, el emprendimiento necesita un entorno favorable, que contemple el acceso a recursos, la simplificación de la burocracia y una red de apoyo. Los emprendedores enfrentan múltiples desafíos, entre ellos la falta de acceso a financiación adecuada y la necesidad de formación continua. Facilitar estos recursos y crear un ecosistema que promueva la cultura emprendedora no solo fortalecerá el tejido empresarial, sino que también fomentará el crecimiento inclusivo y sostenible, asegurando que tanto las pymes como los emprendedores sigan siendo agentes de cambio en nuestra sociedad.