Natalia Triana San Gil es una emprendedora apasionada y la mente detrás de dos iniciativas significativas en Canarias: Canary Market Place y La Agencia de Canary. Su historia es una combinación de creatividad, adaptación y un firme compromiso con la comunidad, que refleja la esencia de la empresa local en un panorama empresarial cada vez más competitivo.
Inicios: de la creatividad a la acción
La trayectoria de Natalia comenzó hace cuatro años, cuando decidió abandonar un sector completamente distinto y dar un paso hacia el emprendimiento con tan solo 23 años. “Siempre he sido inquieta, creativa y con ganas de inventar”, comparte. Su pasión la llevó a asistir a numerosas ferias y mercados en las Islas, donde tuvo la oportunidad de conocer a artesanos y pequeños comercios que, a pesar de su talento, enfrentaban desafíos significativos como la falta de visibilidad y de conexión real con el público.
Fue a raíz de frecuentes interacciones y observaciones en estos eventos que Natalia identificó patrones comunes de necesidad, que se transformaron en la semilla de Canary Market Place. Este proyecto nació con el objetivo de ofrecer espacios inclusivos que apoyaran el crecimiento y la visibilidad del talento local. “Generar espacios reales de apoyo, visibilidad y crecimiento para el talento local ha sido nuestra propuesta de valor desde el principio”, señala Natalia.
Desde su inicio, la evolución de Canary Market Place ha sido tanto intensa como inesperada. Natalia enfatiza que han crecido sobre valores fundamentales de cercanía, colaboración y profesionalidad. “Hemos estado siempre rodeados de una comunidad comprometida que nos ha apoyado desde el primer día”, afirma. La clave de este éxito radica en escuchar y evolucionar con cada edición.
Uno de los hitos más significativos para Natalia fue el primer evento organizado tras la pandemia. “El respaldo de las primeras personas que apostaron por nosotros, junto con el cariño del público, marcó un antes y un después”, recuerda con nostalgia. Este respaldo no solo validó su esfuerzo, sino que también cimentó las bases para lo que se convertiría en una comunidad robusta de casi 1,000 emprendedores en Canarias.
Con la vista puesta en el futuro, el objetivo a largo plazo de Natalia y su equipo es seguir generando oportunidades y apoyando a la comunidad emprendedora en múltiples frentes. A través de formaciones y mentorías personalizadas, han proporcionado herramientas prácticas en áreas como comunicación y marketing, lo que ha sido crucial para ayudar a las pequeñas marcas a crecer y no sentirse solas en el proceso.
Un avance notable dentro de su trayectoria es la creación de La Agencia de Canary, una productora que permite al equipo organizar no solo sus propios eventos, sino también colaborar con clientes externos. “Contamos con un equipo especializado que lleva adelante eventos empresariales, culturales e institucionales”, afirma Natalia. Esto ha diversificado su oferta y les ha posicionado como un referente en el sector.
Superando desafíos en un entorno competitivo
Emprender en un ambiente empresarial tan competitivo no ha sido fácil, como describe Natalia. “Requiere constancia, intuición y mucho trabajo, sobre todo cuando nunca lo has hecho antes”, reconoce. A pesar de los obstáculos, su equipo siempre se ha guiado por un principio fundamental: “Hacemos las cosas bien o no las hacemos”. Esta filosofía ha llevado a que su trabajo hable por sí mismo con el tiempo.
A lo largo de su carrera, Natalia ha tenido la oportunidad de conocer personas clave que han sido pilares en su camino. El enfoque del equipo en los detalles, la escucha activa y el trato individualizado se destacan como componentes diferenciadores en su propuesta. “Cada cliente es único, y si algo no está en nuestras manos, lo derivamos a profesionales de confianza”, asegura. Actualmente, el proyecto más exigente de Natalia es La Agencia de Canary. “Creemos profundamente en la esencia de lo que hacemos. Cada detalle cuenta, cada historia tiene su valor”, enfatiza. Su compromiso con la calidad y el impacto es evidente, y cada proyecto se maneja con una dedicación que se traduce en resultados notables. Mirando hacia el futuro, la prioridad de Natalia es consolidar su proyecto y seguir creciendo de manera controlada. Sin embargo, también se siente motivada por sus sueños aún por cumplir. “Tengo muchos sueños pendientes, y sé que en algún momento intentaré hacerlos realidad”, concluye con una sonrisa.