Considerando el año que ha transcurrido, ¿cómo evalúan el desempeño de Salud y Confort Canarias en términos de crecimiento, satisfacción del cliente y consecución de sus objetivos?
Este año, Salud & Confort Canarias ha priorizado la satisfacción y fidelización de sus clientes, asegurando el correcto funcionamiento de los equipos que utilizan.
Conscientes de la presión fiscal que dificulta el crecimiento de las pymes, hemos adoptado una estrategia comercial centrada en nuestros propios clientes y en la creación de sinergias con otras empresas para ofrecer apoyo y colaboración.
El desempeño ha sido moderado, ya que esta estrategia se enfoca en resultados a medio y largo plazo.
En este sentido, en lugar de perseguir activamente clientes, preferimos cultivar un entorno favorable para que se acerquen e informen de manera natural. Este enfoque requiere paciencia y tiempo.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos o aprendizajes para la empresa durante este último año en el mercado del tratamiento de agua en Canarias?
En general, la sociedad aún muestra un escaso conocimiento sobre los beneficios y la cultura de los tratamientos de agua. Persiste la costumbre de priorizar el agua envasada, casi siempre en plástico, para satisfacer la necesidad vital de hidratación. Esta elección resulta perjudicial para la salud debido a la migración de aditivos y nanoplásticos del envase al agua, elementos que el organismo incorpora sin posibilidad de eliminación.
Además del impacto en la salud, esta práctica afecta al bolsillo. El agua potable del grifo, tratada adecuadamente, resulta significativamente más económica. Llenar 100 garrafas de 5 litros con agua de grifo apenas costaría unos 2 euros, incluso considerando el agua residual, cuyo desperdicio se ha reducido considerablemente gracias a equipos con membranas de ósmosis inversa de mayor capacidad.
Queda un importante trabajo de concienciación para que la población comprenda y asuma que la preferencia continua por el agua envasada representa una agresión insensible y perjudicial contra la naturaleza y el medio ambiente. El reciclaje en Canarias aún presenta deficiencias, y nuestro limitado territorio se encamina a convertirse en un gran vertedero encubierto, desvirtuando su condición de paraíso natural.
Su hoja de ruta se centra, como bien comentaba, en educar y concienciar a la población. ¿Estamos avanzando a buen ritmo en este sentido?
Nuestra hoja de ruta sigue fundamentándose en dos pilares esenciales: la educación y la concienciación ciudadana. Para alcanzar este objetivo, exploramos formas de comunicación novedosas y disruptivas, como la música, que nos permitan acercarnos a la población, convertir a desconocidos en clientes satisfechos y fidelizar a los ya existentes. Complementamos esta estrategia con planes de compensación por referidos y la creación de sinergias con otras empresas, tal como mencioné anteriormente.
“En general, la sociedad aún muestra un escaso conocimiento sobre los beneficios y la cultura de los tratamientos de agua”
¿Creen que existe una creciente receptividad por parte de la sociedad canaria hacia los mensajes de sostenibilidad y consumo responsable del agua?
A pesar de la publicidad de las grandes multinacionales, que a menudo priorizan los beneficios económicos sobre el bienestar de las personas, confiamos en que la población tarde o temprano comprenderá que la compra continua de agua envasada es más un error, una insensatez y una aberración que una solución.
Es importante recordar que una parte significativa del agua embotellada tiene su origen en el grifo, y aquellas que no, a menudo contienen cloruros y otros químicos, además de haber estado en contacto prolongado con envases plásticos derivados del petróleo, con sus consiguientes aditivos tóxicos.
El agua es esencial para la vida, y aunque algunas personas prioricen el ahorro inmediato, la inflación y el aumento de los precios en el sector alimentario impulsarán a muchas familias a optar por tratamientos de agua domésticos para llegar a fin de mes, lo que supondrá un ahorro considerable a largo plazo.
Además, las personas con conciencia social y valores espirituales se sentirán satisfechas consigo mismas al no contribuir al deterioro del medio ambiente, del cual no somos dueños, sino huéspedes llamados a convivir en equilibrio.