05/05/2024

Los peligros de la revolución tecnológica y de la nueva Inteligencia Artificial
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A finales de octubre se cumplieron los 22 años de la presentación del Ipod. Entiendo que os parezca una tontería. Seguramente lo sea para la mayoría. Quizás solo sea una noticia curiosamente relevante para mí y algún perdido más que está de ronda por el mundo. Veintidós años ya de lo que me permito llamar, con una descarada atribución de portavoz de una generación, la segunda revolución industrial. Hoy puedo trabajar en cualquier parte del mundo con la evolución del ipod y todos sus desarrollos a través de iphone, ipad, etc. No es cualquier cuestión, fue cambiar el libro por el mundo digital. El papel, por el portátil. Las carpetas físicas, por las carpetas digitales. El fax por el mail (los más jóvenes os reiréis mucho, pero yo escribía cartas en papel para informar a los clientes, el procurador venía puntual cada tarde al despacho para entregar las notificaciones y recoger las demandas, el fax sonaba toda la tarde y generaba una gran ansia y expectación en el despacho).
Yo comencé a trabajar cuando internet no existía. Bueno, igual eso es un engaño porque sí tenía acceso a un router de esos que hacían ruido, pero no cargaba nunca ninguna web.
Tuve un amigo de facultad y de alguna, vamos a decir escasa aunque sea mentira, fiesta nocturna en el Santiago universitario del cambio de milenio. Un amigo, no. Un visionario. Un tipo fantástico cuya visión empresarial estaba tan fuera de su tiempo,
cuya precocidad y visión fue tal que llegó demasiado pronto. Hoy es abogado, creo que
una persona que vive feliz, según me dicen amigos comunes.
Mi amigo fue el creador de “La Brújula Nocturna”. Una web cuyo objetivo era anunciar garitos de moda, bares y discotecas en la cual cualquier usuario podría escribir sus opiniones y recomendaciones. Si ahora escribo “brújula nocturna” en Google no
aparece el rastro, pero unos pocos elegidos sí supimos de su audacia, de su visión, de
su capacidad para intentar llevarlo a cabo. Si Chema hubiera nacido en San Francisco, hoy estaría viviendo en Malibúcogiendo olas, su mayor pasión. Viviendo en una de sus múltiples mansiones en primera línea de playa, mientras disfruta de sus horas de sus momentos de mindfuldness. Ah, y fue creada mucho antes que TripAdvisor. ¡Si me lees, vamos a por una demanda en USA contra ellos!

Toda esta revolución industrial nos ha llevado a que ustedes nos lean en una web,
a pesar de la distribución en papel de este periódico. Esta revolución industrial nos ha
llevado a poder tener noticias, videos, reportajes en directo, en tiempo real a cualquier
parte del mundo y en cualquier momento. Esto nos lleva a conocer en tiempo casi real
cómo está cambiando el orden mundial, las alianzas, los estados, la geoestrategia, la información. Estamos viviendo a través del teléfono móvil (el ipod evolucionado) dos
guerras cercanas porque sacuden a países con democracias asimiladas a las occidentales, pero tenemos guerras en el Sahel, en Birmania, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y
alguna más que hay por ahí.
¿Alguna vez se han parado a reflexionar cómo viviría un señor de 1939 el inicio de
la segunda guerra mundial? La radio tenía poco más de cuarenta años de su creación,
la televisión no existía tal y como la conocemos ahora como medio de difusión de noticias. Los periódicos… ¿cómo hacer llegar las noticias de cualquiera de los frentes europeos a las casas del español medio de la época, que estaba saliendo de una guerra civil en un país sin coches, ni carreteras, ni comunicaciones…? No pensemos en Filípides corriendo para avisar del desembarco persa en Maratón. Ni pensemos en las comunicaciones desde Madrid a Cuzco y Filipinas en el siglo XVI. Pensemos en nosotros en los ochenta.

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Sin embargo, el reto tecnológico del mañana está iniciando hoy. Todos hemos visto las nuevas cosillas de Inteligencia Artificial. Empezamos con chats de respuestas, ya hemos visto videos de evolución de las costas, en algún podcast he escuchado como presentan a sus invitados con los resultados de la aplicación de IA que busca en internet, he visto videos de interpretación del futuro y he tenido noticias de fotografías de la guerra en la franja de Gaza entre Hamás e Israel hecha con fines propagandísticos de desinformación para el público mundial.
Las fake news, que nos decía Trump, eran noticias falsas, desinformación. Quienes somos aficionados a las películas y series de espías conocemos de la importancia de la desinformación. En estos momentos estamos empezando a conocer mundos inventados que quebrarán la confianza en nosotros mismos. Puede ser que no distingamos la verdad de la invención. Puede ser que tú mismo no sepas si hablas en un video o es una grabación manipulada.
Otro de los riesgos tecnológicos es la cantidad de información que existe “perdida” en internet y redes sociales, las cookies, etc. ¿Quién no está cansado de que cada cierto tiempo le llamen compañías de las que no sabía que existían y parece que llaman todas a la vez? Esto, entre otras cosas, obedece a la compra de información o filtraciones de datos. Cambie su contraseña ya que la seguridad de la web se ha visto comprometida en su perfil de Pinterest, en su perfil de Fulanito, en el de menganito, en su base de datos jurídica. Sus datos están comprometidos.
Ahora mezclemos conceptos. Para hacerlo sencillo, la IA coge tú información, la utiliza, crea perfiles políticos. Te sugiere, te orienta en ideas, noticias de tu agrado. Te manipula para que solo conozcas una verdad.
No es el tertuliano que sale en TV explicándote las tensiones geoestratégicas de oriente medio, el despliegue sanitario en Wuham, la más rabiosa doctrina del Tribunal Constitucional en contraposición con el Tribunal Supremo, o la boda del influencer de moda en los veinte minutos de la tertulia mañanera.
Estamos hablando de la creación de perfiles adecuados para que recibas un impacto de noticias sugerentes a tus gustos y creencias que pudieran ir modificando tu voluntad a lo largo del tiempo. Incluso hasta hacerte creer que cambias el voto porque confías en ese candidato tan serio del que solo salen noticias buenas. Recordemos el caso Cambridge Analytica en las elecciones USA y el Brexit. No es una película de ciencia ficción. No es ni el presente, es el pasado.
El derecho no puede regular estas cosas. El derecho no puede ofrecer seguridad jurídica ante la falta de confianza. Sin confianza no habrá democracia. Sin confianza no habrá civilización

 

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