¿Cuál es la visión del Gobierno de Canarias para posicionar al archipiélago como un referente de innovación y ciencia a nivel nacional e internacional?
Nuestro objetivo es dar visibilidad a todo lo que tiene que ver con la ciencia en Canarias, porque aquí se hace muchísimo y hay un talento enorme. Desde las islas se pueden hacer cosas increíbles para el mundo. Siempre digo que solo se valora lo que se conoce, y por eso, para nosotros, la ciencia y la innovación no son algo lejano ni exclusivo de los laboratorios, sino que forman parte de nuestro día a día.
Me gusta poner ese ejemplo cuando participo en foros o eventos relacionados con la ciencia. ¿Por qué digo que está en nuestra vida cotidiana? Porque la encontramos en la energía que usamos, en la salud, en la gestión del agua o incluso en la educación. Divulgar la ciencia es una forma de democratizar el conocimiento, y eso fortalece a la sociedad. Desde el Gobierno de Canarias queremos que cada persona entienda que detrás de cada avance hay talento canario, trabajo en equipo y una inversión pública que genera oportunidades reales.
Siempre mantengo ese discurso —y lo hago convencida— porque realmente creo que la ciencia está en todo lo que hacemos. Mira, ahora mismo tú y yo estamos hablando por el móvil, y eso es posible porque, en algún momento, alguien pensó que sería buena idea comunicarse así y se puso a investigar. Por eso insisto: la ciencia está presente en lo cotidiano, y aunque la veamos como algo normal, detrás de cada cosa hay años de investigación y mucho esfuerzo.
Canarias se presenta como candidata para albergar el Centro Nacional de Vulcanología, un proyecto estratégico para la investigación y la gestión del riesgo volcánico. ¿Cuáles considera que son las principales ventajas que posicionan a Canarias como la opción idónea para este centro y qué retos prevé para este proyecto?
La verdad es que no entendería que estuviera en otro sitio de España que no fuera Canarias. Primero, porque nuestro origen es volcánico, y eso forma parte de lo que somos y siempre seremos.
Canarias es la región del país con mayor actividad volcánica, y tener aquí un centro de referencia nos permitiría mejorar todo lo relacionado con la prevención, la gestión de emergencias y, por supuesto, el conocimiento científico de nuestro propio entorno. Además, sería un punto de atracción muy importante, no solo para la investigación internacional, sino también para la formación de nuevos especialistas.
Queremos que sea un espacio de ciencia útil, que sirva realmente a la ciudadanía y que sea un ejemplo de colaboración entre instituciones. Por eso, sinceramente, no entendería que ese centro se ubicara en otro lugar que no fueran las islas.
El proyecto del Telescopio de Treinta Metros (TMT) representa un hito en la astronomía mundial, y Canarias ha sido considerada como uno de sus posibles emplazamientos. ¿Cuáles serían los beneficios científicos, educativos y económicos para Canarias en caso de consolidarse este proyecto, y qué desafíos se anticipan en su desarrollo e instalación?
Siempre digo que los telescopios de Canarias no solo son motivo de orgullo para los astrónomos, sino para toda la sociedad. Estamos entre los tres mejores lugares del planeta para observar el cielo: Hawái, Chile y Canarias.
Contar con estos observatorios es una forma de situar a Canarias en el mapa mundial de la ciencia. El proyecto del Telescopio de Treinta Metros, el TMT, representa una oportunidad enorme. Ya hemos estado trabajando en ello con los países que integran el consorcio, a través de DiploInnova, un proyecto del Gobierno de Canarias que busca fortalecer la diplomacia científica.
Hace poco recibimos al director del TMT desde Estados Unidos, junto a representantes de las embajadas de India, Japón y varios países europeos interesados. Es una ocasión única para consolidar a Canarias como uno de los grandes centros astronómicos del planeta.
Nuestras condiciones naturales son excepcionales, pero además contamos con una red científica de primer nivel gracias al Instituto de Astrofísica y todo lo que ha generado. Este tipo de proyectos no solo crean empleo y conocimiento, sino que posicionan a las islas en el mapa global de la investigación. También tienen un impacto enorme en la educación, el desarrollo tecnológico y las nuevas infraestructuras de Canarias.
¿Qué iniciativas se están desarrollando para impulsar la digitalización y el uso de datos en la investigación científica y la innovación territorial?
Todo lo que hacemos desde la Consejería está orientado a impulsar la digitalización, la innovación y la tecnología. Trabajamos directamente con todo el ecosistema, con las personas y entidades que marcan el rumbo y nos ayudan a tomar decisiones.
En este momento, uno de los pasos más importantes que estamos dando es la nueva Ley de la Ciencia, que ya se debate en el Parlamento. Para nosotros es clave contar con un marco jurídico adaptado a la realidad del ecosistema innovador y tecnológico de Canarias, porque, sinceramente, todavía no lo estamos del todo. Esa ley nos va a dar el impulso que necesitamos.
¿Y qué buscamos con esta ley? Entre otras cosas, simplificar los procedimientos administrativos, dar estabilidad a las subvenciones y ayudas, y, sobre todo, conseguir que la transferencia de conocimiento —lo que se investiga y se crea— llegue realmente a la sociedad y a las empresas. Ese es el objetivo principal.
Todo lo que estamos construyendo, tanto desde la Agencia como con la llegada de esta nueva ley, va precisamente en esa dirección: impulsar la innovación y hacer de Canarias un territorio donde la ciencia y la tecnología tengan un papel protagonista.
Canarias quiere ser un referente en innovación sostenible. ¿Cómo se están integrando los proyectos científicos y tecnológicos con los objetivos de sostenibilidad y transición ecológica?
El eje transversal de toda nuestra política es la sostenibilidad. Para mí no es algo que se añada al final, ni un concepto bonito que queda bien en los discursos; es la base sobre la que construimos todo.
Cada inversión, cada proyecto de I+D que impulsamos desde la Consejería busca generar un impacto positivo. Y siempre me gusta recordarlo, porque al final hablamos de reducir emisiones, fomentar la economía circular, cuidar nuestros recursos naturales y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de la gente.
La nueva Ley de la
Ciencia dará el impulso
que necesitamos
Apostar por la sostenibilidad es apostar por el futuro, y en eso Canarias quiere ser un referente. Lo tenemos muy claro y lo aplicamos en cada política, integrando la innovación y la tecnología con los objetivos de transición ecológica.
¿Qué estrategias se están implementando para atraer, retener y formar talento científico y tecnológico en Canarias?
Desde la Consejería trabajamos directamente con las universidades para apoyar el talento canario. Tenemos contratos predoctorales y postdoctorales que ayudan a formar investigadores y también a atraer talento de fuera. La idea es conectar todo ese talento, tanto el que tenemos aquí como el que está repartido por el mundo, para generar proyectos que realmente transformen nuestra sociedad.
En Canarias hay muchísimo talento, no solo en astrofísica, sino también en áreas como el cambio climático, el estudio de los océanos o la innovación tecnológica. Y siempre digo lo mismo: Canarias es un lugar increíble, con gente brillante, desde donde se pueden hacer cosas que cambien el mundo.
¿Qué papel juegan las universidades y los centros de investigación en la estrategia de innovación del Gobierno de Canarias?
Financiamos directamente a las universidades públicas, y este año lo hacemos con el presupuesto más alto de la historia de Canarias. Pero, más allá de eso, las universidades son las que generan conocimiento, creatividad e innovación. También son espacios de pensamiento crítico, y eso es fundamental.
Necesitamos personas capaces de analizar, reflexionar y dar respuestas, no solo a los retos del archipiélago, sino también a los que afronta el mundo.
Desde la Consejería trabajamos siempre de la mano con las universidades, porque contar con su rigor científico nos da seguridad y respaldo. Por eso, en cualquier proyecto o decisión importante, ellas siempre están ahí con nosotros.
¿Cuál es el papel de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) y cómo apoya la Consejería sus iniciativas?
La Plataforma Oceánica de Canarias, la PLOCAN, es un referente europeo en investigación marina, energías renovables y observación de los océanos. Su trabajo tiene un impacto directo en la sostenibilidad, la economía azul y la lucha contra el cambio climático.
Desde la Consejería apoyamos todo lo que fomente la colaboración entre la PLOCAN, las universidades y el Instituto Tecnológico de Canarias, porque juntos estamos impulsando la innovación en sectores clave como la acuicultura, la biotecnología marina y la energía del mar.
De cara al futuro, ¿cuáles son los principales objetivos y retos que el Gobierno de Canarias se plantea en materia de innovación y ciencia, y cómo espera que estos contribuyan al desarrollo económico y tecnológico del archipiélago?
Para nosotros es fundamental consolidar un modelo de innovación y ciencia que sea estable, ágil y que dé resultados. Queremos un sistema que apoye a los investigadores, fomente la colaboración entre lo público y lo privado, y conecte la innovación con las necesidades reales de la sociedad actual. Canarias tiene talento, tiene capacidad y cuenta con un gobierno que cree en la ciencia como motor de desarrollo.


