27/07/2024

¿Mitos o realidades?
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¿Cuando los mitos se convierten en realidad?En los tiempos que corren cuando todo parece mucho o nada, depende como lo mitremos, la sociedad cada vez va más de prisa y no nos detenemos a pensar en la importancia de vivir el hoy, de cuidar de lo nuestro, del entorno en el que vivimos, muchas veces […]

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¿Cuando los mitos se convierten en realidad?
En los tiempos que corren cuando todo parece mucho o nada, depende como lo mitremos, la sociedad cada vez va más de prisa y no nos detenemos a pensar en la importancia de vivir el hoy, de cuidar de lo nuestro, del entorno en el que vivimos, muchas veces nos dedicamos a vivir como robots sin un rumbo, sin un lugar a donde refugiarte, en ese punto donde centrar eso que de verdad vale la pena. Dejamos atrás y olvidamos que nuestro cuerpo es el templo, que si no lo cuidamos, tarde o temprano nos
pasará factura.
Nos refugiamos en un mundo que le damos más valor a la canción de moda, al influencer de turno, a los likes de redes sociales y todo lo superficial que nos han impuesto.
Cada día llega más información que hay que comer sano, hacer deporte, dejar malos hábitos, etc, etc, pero después nos llenan de ideas surrealistas del cuerpo perfecto, para encajar, debemos atiborrarnos de un saco de alimentos preelaborados y sintéticos, porque hacemos más caso a los consejos de las redes sociales donde nos dan todo tipo de recomendaciones, muchas veces sin ninguna base firme y sólida, de como tener la alimentación perfecta, y es aquí donde cometemos grandes errores en la educación alimentaria, con dietas absurdas que ofrecen resultados milagrosos, pero que crean frustración cuando no sucede lo esperado, el ansiado milagro de estar dentro de los cánones de belleza y estereotipos que marca la sociedad, y que en mi sincera opinión, crean más fantasía que realidad.
Por todo esto debemos dar la vuelta a la página, pero hacia atrás y ver como era nuestra alimentación de antaño y lo que aportaba a nuestras vidas, no solo por la comida saludable, sino por los momentos que compartíamos, volvamos a comer en familia, mirarnos a los ojos, reírnos de las ocurrencias de esa abuela, madre, de esas tardes de café , esa vida en la que no existía la prisa, esas comidas de domingo con olor a fresco, a tradición, a huerta y sano, dejemos la prisa por la tecnología, por las redes sociales, que nos quita media vida.
Volvamos a ese momento en el que todo se detenía por momentos para enseñarlos el verdadero significado de la palabra ¡¡¡VIVIR EL MOMENTO!!!

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