· La Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife prevé que la economía canaria registre un crecimiento del PIB en 2022 del 7% y del 2% en 2023.
· La economía y el empleo continuaron creciendo con un importante dinamismo en el tercer trimestre del año, pero con una tendencia de desaceleración en su ritmo de avance.
· El PIB canario registra un crecimiento interanual del 5,8% superando en 2 puntos porcentuales el crecimiento medio nacional (3,8%).
· Santiago Sesé: “la inseguridad jurídica, la desidia en los tiempos de respuesta a los diferentes proyectos de inversión propuestos y la ingente burocracia, son una constante en nuestro Archipiélago, convirtiéndose en el verdadero cuello de botella para que nuestra región prospere con proyectos propios o con propuestas de inversión foránea”
· Juan Ramón Fuertes: “la buena evolución de la mayoría de indicadores económicos en Canarias durante este tercer trimestre nos da una visión positiva a pesar del entorno y prevemos que esta tendencia continúe en las Islas durante los próximos meses”
La reactivación de la actividad económica iniciada en el segundo trimestre de 2021 continuó con un importante dinamismo en el tercer trimestre de 2022, aunque también se mantuvo durante el periodo estival la tendencia de desaceleración iniciada en el segundo trimestre del año. Así, el Producto Interior Bruto (PIB) generado por la economía canaria registró, según las primeras estimaciones realizadas por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), un crecimiento interanual del 5,8% en el tercer trimestre (3,6 puntos porcentuales por debajo del registro alcanzado en el segundo trimestre), superando en 2 puntos porcentuales el crecimiento medio nacional (3,8%).
Para el presidente de la Cámara, Santiago Sesé, “se trata de una evolución esperada, tanto en su comportamiento regional, como en su comparativa con el crecimiento medio español, dado que la economía canaria cayó durante cinco trimestres con mayor intensidad que la española, por haber sido uno de los territorios a los que más le afectó las restricciones derivadas de la pandemia, y las que mayor intensidad de recuperación ha experimentado en los últimos seis trimestres, a medida que las limitaciones se fueron eliminando”.
En la misma línea, el director territorial de CaixaBank en Canarias, Juan Ramón Fuertes, ha destacado la buena evolución de los principales indicadores económicos durante el tercer trimestre de este año, “lo que nos da una visión positiva a pesar del entorno, con la previsión de que esta tendencia continúe en las Islas durante los próximos meses. Fuertes también ha señalado que “la fortaleza de nuestra economía es mayor que al inicio de la gran crisis de 2008 y las empresas y familias en estos momentos están más saneadas que en el pasado”.
De cara a los próximos meses la previsión es que continúe la tendencia de desaceleración en el ritmo de crecimiento, no solo por el efecto comparativo con trimestres en los que la economía crecía a ritmos más intensos, sino por la inflación, principal problema al que se enfrenta la economía en estos momentos y porque comenzarán a sentirse, con mayor notoriedad, los impactos de las decisiones que se están teniendo que adoptar para contenerla. En el mes de septiembre las islas registraban una inflación del 8,2% en tasa interanual, tras haber alcanzado su máximo anual en el mes de agosto con una variación del 9,5%.
Estas importantes subidas se debieron principalmente al incremento que ha experimentado en el último año en el precio de la energía y de los alimentos no elaborados y la traslación progresiva al resto de los bienes y servicios de la cesta de la compra. De hecho, la inflación subyacente, índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, aumentó en septiembre hasta el 6,2%, un avance que continuó a lo largo de octubre hasta situarla en el 6,4%, superando a la inflación subyacente canaria a la nacional por primera vez desde noviembre de 2020.
Desde el Servicio de Estudios de la institución cameral se apunta a que la inflación pudiera haber tocado techo en el tercer trimestre del año, comenzando a partir de ahora una tendencia de moderación, tal y como se aprecia ya en el dato de octubre en el que el Índice general desciende hasta el 7%, debido a los retrocesos del precio de Carburantes y Combustibles y al de algunas materias primas alimentarias por la desaceleración que se está produciendo de la demanda a nivel global y por la mejora en los cuellos de botella de las cadenas de suministros. Sin embargo y a pesar de este cambio de tendencia, las previsiones siguen apuntado a un nivel de inflación persistentemente elevado a lo largo del año 2023, asociado a la enorme volatilidad en los precios de la energía y de muchos bienes básicos de primera necesidad.
Igualmente, el aumento de los tipos de interés de mercado continuará trasladándose gradualmente al coste de las nuevas operaciones de crédito bancario concedido a los hogares y a las empresas, condicionando la capacidad de gasto de la demanda y de inversión de las empresas. Uno de los indicadores que pudiera estar anticipando esta desaceleración es el referido a la Confianza Empresarial canaria que, de forma atípica, retrocedió en la encuesta de octubre de este año un 1,4%, casi al unísono que el resto de comunidades españolas pero que, en el caso de Canarias no suele ser lo normal en esta época del año pues su comportamiento es fruto de la media de los resultados empresariales obtenidos en el tercer trimestre del año y de las previsiones que tienen nuestros empresarios para el cuarto trimestre, un periodo que suele ser el mejor para la economía del Archipiélago por coincidir con la temporada alta turística y la campaña de Navidad.
Respecto a la evolución del consumo, el director territorial de CaixaBank destacó el crecimiento de este indicador un 15% frente al mismo período de 2019 en el promedio del 3T 2022, según los datos del servicio de estudios CaixaBank Research, y el fuerte repunte del gasto de extranjeros, que creció un 26% respecto al mismo período gracias a la recuperación de la movilidad internacional.
Teniendo en cuenta estos escenarios y siempre bajo la elevada incertidumbre derivada de cómo vaya evolucionando el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y de sus consecuencias, sin olvidar las que pueda continuar teniendo este invierno la pandemia, desde la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife se prevé que la economía canaria registre un crecimiento en 2022 en el entorno del 7%, con el que liderará, junto a Baleares, el crecimiento nacional.
De cara al próximo año las previsiones son de que continúe la desaceleración de la economía, situando el avance del PIB para 2023 en el entorno del 2%, pero con la advertencia de que su resultado final dependerá de cómo se comporte el sector turístico a partir del segundo trimestre del próximo año; de la capacidad que tengan los poderes públicos para frenar el deterioro del poder adquisitivo de las familias, así como el creciente incremento de costes de las empresas por el impacto de la inflación; y de la eficiencia en la gestión pública para generar los efectos multiplicadores necesarios a través de la inversión prevista en los presupuestos para 2023.
En este sentido, desde la Cámara santacrucera se valoran positivamente las ayudas al transporte de mercancías y pasajeros o las medidas fiscales para compensar la pérdida de poder adquisitivo de las rentas más bajas que recientemente han adoptado los diferentes gobiernos. Del mismo modo, se congratulan por el anuncio en el aumento de fondos europeos (Next Generation), nacionales y regionales previstos para el próximo año que se traducirán en el mayor presupuesto de la historia de Canarias, pero a la vez exigen que estos se ejecuten al 100%, si realmente se quiere propiciar y acelerar la transformación del modelo económico de las islas hacia un modelo más competitivo, sostenido y sostenible en el tiempo.
Una inversión pública que, según palabras de Sesé, “por ahora no avanza al ritmo deseado debido a las dificultades que ha generado la propia administración pública, cuyo sobredimensionamiento y sobrerregulación no es capaz de gestionar, afectando negativamente también al sector privado, el cual está sumido en estos momentos en un desánimo y en una impotencia que no para de crecer y, por tanto, de restar capacidad de crecimiento y desarrollo a nuestra economía.”
Por eso desde el sector empresarial se quiere trasladar un mensaje claro y contundente: “No más inseguridad jurídica”. La inseguridad jurídica, la desidia en los tiempos de respuesta a los diferentes proyectos de inversión propuestos y la ingente burocracia, son una constante en nuestro Archipiélago, convirtiéndose en el verdadero cuello de botella para que nuestra región prospere con proyectos propios o con propuestas de inversión foránea.”
En este sentido continuó afirmando que “no se trata de no respetar las normativas de todo tipo, incluidas las medioambientales, ni de saltarse los plazos previstos; se trata de que los trámites sean razonables y operativos para que cualquier proyecto de inversión pueda contar con su aprobación, o no, desde sus primeras solicitudes de autorización y que además cuenten con la seguridad jurídica del conjunto de administraciones con competencias en su trámite de aprobación, coordinándose estas y sus respectivos permisos en tiempo y forma”, afirma Sesé.
“Tenemos infraestructuras estratégicas atascadas y deterioradas, proyectos de inversión que llevan paralizadas décadas e incluso inversiones extranjeras iniciadas que se han tenido que abandonar e irse a otros lugares, con la consecuente pérdida de recursos por problemas y posicionamientos encontrados durante su ejecución. Todo ello sin menoscabo de la pérdida de credibilidad de la región como destino idóneo para invertir y del que tanto presumimos cuando queremos vender nuestro diferencial fiscal y económico”.
Ante esta realidad el sector empresarial se muestra no solo cansado y preocupado, por la falta de responsabilidad política en abordar este importante problema estructural que tiene nuestra economía, sino incrédulo sobre la capacidad que en estos momentos tienen las diferentes administraciones para aprobar y gestionar los proyectos públicos y privados que se quieren poner en marcha durante los próximos meses-años (energéticos, movilidad, sostenibilidad…) para transformar nuestro modelo económico.
Un modelo que como ya se ha apuntado debiera ser más sostenible y competitivo pero que para ello también requerirá de otra reforma estructural, históricamente también demandada desde el sector empresarial como es la de la formación y su vinculación con las necesidades actuales y futuras del mercado laboral, y que tampoco, después de tantos años, encuentra solución en nuestro Archipiélago que sigue manteniendo una de las tasas de paro más elevadas de Europa, independientemente del ciclo económico en el que se encuentre.
Crecimiento dinámico, aunque en desaceleración
De acuerdo con la última información publicada por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) en el tercer trimestre el PIB de la economía canaria creció un 1,2% intertrimestral, muy por encima del crecimiento medio experimentado por la economía española que, para el mismo periodo, se situó en el 0,2%. Este avance estuvo apoyado, fundamentalmente, en el dinamismo que continuaron mostrando tanto la demanda interna como la externa, gracias a la recuperación acumulada del empleo en trimestres precedentes y al buen comportamiento del gasto turístico alimentado por el incremento constante de turistas extranjeros entrados en el Archipiélago.
Desde el lado de la oferta los mayores crecimientos trimestrales se produjeron en las ramas Industrial y energética (10,4%) y de Servicios (1,3%), especialmente en las actividades de hostelería y el comercio; a la vez que se redujo la actividad en la Construcción (-2,1%) y en la Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (-1%), según el primer avance realizado por el ISTAC.
Un balance trimestral en el que también se comienza a observar una desaceleración con relación a las cifras de hace un año, fundamentalmente debido a su comparativa con un periodo en el que ya se apreciaban los primeros síntomas de recuperación de la economía canaria tras el duro impacto de la pandemia, y también como consecuencia de la reducción en los márgenes que se están produciendo en las empresas y en el poder adquisitivo de las familias por la subida en los precios del combustible, de la energía y de los alimentos no elaborados.
En términos anuales el Producto Interior Bruto (PIB) generado por la economía canaria registró un crecimiento interanual del 5,8% en el tercer trimestre, 3,6 puntos porcentuales por debajo del registro alcanzado en el segundo trimestre del año, a pesar de cual continuó siendo superior al registrado por el conjunto de la economía española que durante en el tercer trimestre crecía a una tasa anual del 3,8%.
Entrado en un mayor detalle se aprecia una continuidad en la recuperación de los indicadores de demanda, tal y como se en las ventas del sector comercial que vuelven a registrar uno de los mejores resultados de todo el país, con un crecimiento anual promedio en el trimestre del 5,2%, muy por encima de la media nacional que cae hasta cifras negativas (-0,7%). Resultados positivos que, sin embargo, muestran una tendencia hacia la moderación conforme ha ido avanzando el trimestre, pasando de un crecimiento anual del 6,1% en el mes de julio a un 5,3% en agosto, y cerrando el trimestre con un 4,9% registrado en el mes de septiembre.
El gasto turístico creció por no solo por el mayor número de turistas y sino por los efectos de la inflación, aumentando un 95,3% respecto a 2021 y un 6,2% si lo comparamos con cifras prepandemia.
Asimismo, entre los meses de julio y septiembre el número de matriculaciones de turismos fue de 14.972, un 13,9% superiores a las del mismo período de 2021, cifra muy superior al 2,4% registrado a nivel nacional. Además, las mercancías transportadas por mar fueron un 8% superiores a las del mismo período del año 2021 en Canarias, mientras que aumentaron un 0,3% a nivel nacional.
La compraventa de viviendas registra en el tercer trimestre un incremento anual del 37,1%, debido tanto al aumento de la compraventa de viviendas nuevas (14,3%) como, especialmente, de viviendas usadas (43,8%).
Juan Ramón Fuertes también señaló que este tercer trimestre ha estado marcado por un crecimiento del crédito para CaixaBank, tanto de clientes particulares como empresas, con una intensa comercialización de hipotecas a particulares donde la entidad ha duplicado las concesiones respecto al mismo período del año anterior.
Entre los indicadores cuantitativos referidos a la inversión empresarial hay que señalar el aumento anual con que cerraron el trimestre las matriculaciones de vehículos industriales (12,2%). La cifra media de empresas inscritas en la Seguridad Social se sitúa un 2,6% por encima de las existentes el mismo período de 2021. Por otro lado, las sociedades mercantiles creadas aumentaron en el trimestre un 1,2% respecto al año anterior y el capital suscrito subió un 93,2%. Al mismo tiempo, desciende el número de quiebras, registrándose un 18,2% menos de procedimientos concursales que hace un año.
Atendiendo a los diferentes sectores de actividad todos, salvo el de “Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca” que permanece estable, consiguen mejorar su aportación anual al PIB destacando los Servicios con un crecimiento interanual en el tercer trimestre del 6,2%, seguido de la Construcción con un 5,2% y la Industria con un 2,2%.
Como ya se ha apuntado es el sector servicios, en su conjunto, el que experimenta un mayor crecimiento en el último año, tal como se aprecia también en la evolución de su cifra de negocios con una variación anual entre los meses de julio y septiembre del 29,1%, superior al incremento medio nacional (20,4%). Del mismo modo, el personal ocupado alcanzó en Canarias una variación anual positiva en el mismo período del 6,1%, también superior también a la media nacional (3,7%).
Atendiendo a los datos de la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera, el número de turistas extranjeros entrados en las Islas entre los meses de julio y septiembre fue de 2.993.225, cifra que supone un incremento del 87,7% respecto al mismo trimestre de 2021 pero que aún está ligeramente por debajo del nivel que existía en el mismo periodo de 2019 (-1%).
Los viajeros alojados en los hoteles canarios, contabilizados por el INE, aumentaron durante el tercer trimestre un 47,7% respecto a los de hace un año. Este incremento se debió exclusivamente a los viajeros residentes en el extranjero (89,1%), porque los residentes en España disminuyeron un 1,1%. La estancia media en el trimestre fue un 11,2% superior a la del tercer trimestre de 2021 y el número de pernoctaciones aumentó un 63,4%. El índice de ocupación sube 12,6 puntos y se sitúa en el mes de septiembre en un 72%, por encima de la ocupación media nacional (63,9%). En cuanto a los ingresos por habitación disponible, son muy superiores en cada uno de los meses del trimestre a los obtenidos en 2021 (67,8% julio, 35,8% agosto y 32,5% septiembre).
Por otra parte, el Archipiélago registró en el tercer trimestre del año un aumento de la producción industrial del 2,9%, según muestra la variación de la media trimestral respecto al mismo período de 2021 del Índice de Producción Industrial (IPI) elaborado por el INE. Este incremento trimestral tiene su origen, principalmente, en la subida de la producción de bienes de equipo (11,5%), seguida de la de bienes intermedios (7,3%) y de bienes de consumo no duradero (5%). Por el contrario, desciende considerablemente la producción de bienes consumo duradero (-19%) y, por primera vez desde marzo de 2021, la de energía (-0,9%).
Fruto de todo ello, el empleo mantuvo su fortaleza durante el periodo estival y en su comparativa con las cifras de hace un año, aunque comenzó a mostrar una cierta desaceleración en su ritmo de crecimiento. Los trabajadores afiliados a la Seguridad Social se situaron de media en septiembre en las 852.802 personas, lo que supone un incremento de 55.314 afiliados en el Archipiélago respecto a septiembre de 2021, que se cuantifica en una tasa anual del 6,9%, 2,3 puntos porcentuales menos que el ritmo de crecimiento alcanzado durante el mes de julio (8,4%).
Del mismo modo los datos de la última encuesta de Población Activa muestran un descenso de la ocupación en el tercer trimestre con 1.800 trabajadores menos que en junio (-0,2%) instalando la cifra total en 947.600 ocupados, 69.300 trabajadores más que hace un año (7,9%). Por su parte el número de parados disminuye hasta las 204.200 personas cifra que supone un descenso de 800 personas (-0,4%) sobre el trimestre anterior y de 71.600 (-26%) respecto al año pasado. Esta evolución sumada al hecho de que la población activa en Canarias experimentase un descenso de 2.600 personas en el trimestre y de 2.300 en un año hasta alcanzar 1.151.800 personas se traduce en que la tasa de paro canaria bajase 0,03 puntos en el trimestre hasta situarse en el 17,73%, 6,2 puntos por debajo de la registrada un año antes y 5,1 puntos superior a la nacional (12,67%).