02/05/2024

“San Juan de Dios apuesta por una atención en salud mental centrada en las necesidades de las personas a lo largo de todas las etapas de la vida”

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¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el campo de la salud mental en la actualidad y cómo los aborda el Hospital San Juan de Dios?

Jonatán: Desde sus inicios, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha priorizado la atención a personas con trastornos mentales, discapacidad intelectual y otros colectivos vulnerables. En Tenerife, el Hospital San Juan de Dios ofrece una atención integral a estas personas a través de dos dispositivos asistenciales:

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De una parte, el Centro Psicopedagógico, que tradicionalmente ha atendido a personas adultas jóvenes con discapacidad intelectual y trastornos del comportamiento ofreciendo servicios tanto en régimen residencial como en centro de día. y, desde el pasado verano, incluye una Unidad de Psicogeriatría y Envejecimiento Activo: Presta atención a personas mayores con dos perfiles diferenciados: personas con trastornos mentales graves (principalmente esquizofrenia) y personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta. El Centro Psicopedagógico está dando pasos decididos hacia la inclusión social a través de la creación de viviendas con apoyo y hogares funcionales.

Por otra parte, la Unidad de Salud Mental del Hospital, integrada en la actualidad por 4 psicólogos y 1 psiquiatra, que atiende a personas en consultas externas e interconsultas a personas hospitalizadas en las áreas de medicina y cirugía

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Dentro de las áreas de atención preferente en nuestra unidad está el apoyo a la Unidad de tratamiento de la obesidad, que incluye un programa de cirugía bariátrica.

Otra área en desarrollo será la atención con un programa de Psicooncología, dentro del proyecto en marcha de un hospital de día para pacientes oncológicos.

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Finalmente, otra área de especial interés para San Juan de Dios en Tenerife es la atención a las personas mayores afectas de trastornos mentales. El envejecimiento de la población canaria lleva aparejadas nuevas demandas asistenciales por parte de esta población, y la necesaria creación de dispositivos ambulatorios, de centro de día, unidades de hospitalización breve y atención domiciliaria y de consulta especializada a centros residenciales.

La atención a las personas mayores con frecuencia choca con barreras, como por ejemplo el “edadismo”, que es aquella actitud nihilista y discriminatoria hacia las personas, basada en prejuicios tales como que “los trastornos mentales en los mayores no responden a los tratamientos” o que “los mayores no son accesibles a las terapias psicológicas porque son poco proclives al cambio”. Estamos convencidos de todo lo contrario, somos entusiastas de la atención psiquiátrica y psicológica de excelencia a las personas mayores, y estamos dispuestos a complementar al sistema público de salud en esta área.

Charo: Respondiendo a la pregunta, es evidente que la salud mental en las personas mayores representa un gran desafío para la sociedad actual. Si bien en los últimos años se ha avanzado en visibilizar esta problemática, aún queda mucho camino por recorrer. Es una realidad que cada vez vivimos más tiempo y que queremos llegar a más edad con mayor calidad de vida y eso muchas veces no depende del cuerpo, sino de la mente. En ese sentido, tenemos un desafío.

La pandemia, con su aislamiento social, evidenció aún más las dificultades que enfrentan las personas mayores en materia de salud mental.

Dra. Charo Haurie, neuropsicóloga del Hospital San Juan de Dios

Charo, incidiendo en tu especialidad. ¿Qué es un neuropsicólogo y cuál es el papel que desempeñas personalmente como profesional del ámbito de la salud mental en el Hospital San Juan de Dios?

Charo: La neuropsicología es una rama de la psicología, se encuentra dentro del estudio del comportamiento y tiene en cuenta el funcionamiento del sistema nervioso. Cuando hay algún tipo de alteración en el funcionamiento del sistema nervioso la conducta cambia, si entendemos comportamiento o conducta no solo como lo que hacemos, sino también como funciones cognitivas como puede ser la atención, la capacidad de planificación, la orientación o la memoria.

El trabajo a desempeñar por el neuropsicólogo depende del perfil del paciente. Podemos encontrar personas que se han desarrollado correctamente, que han adquirido todos los hitos evolutivos a nivel cognitivo, pero que se han enfrentado a un evento que dificulta el avance, como puede ser un accidente cerebrovascular -un ictus- o un traumatismo craneoencefálico; este sería un perfil de persona que acude a un neuropsicólogo.

También, encontramos a personas ya mayores que tienen algún tipo de trastorno neurológico, como puede ser el Alzheimer o la enfermedad del Parkinson, las cuales comprenden muchos síntomas, entre ellos síntomas cognitivos asociados. El neuropsicólogo, mientras que en el anterior caso se centra en rehabilitar e intentar recuperar todo aquello que se ha perdido, en este caso buscaría ampliar la reserva cognitiva para que cuando se produzca otro periodo de pérdida la persona tenga herramientas sobre las que apoyarse.

Y el tercer perfil se basa en casos pediátricos. Niños y niñas con dificultades en su desarrollo, como el trastorno del espectro autista o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En estos casos les proporcionamos herramientas y estrategias para afrontar su día a día de manera más efectiva.

“La neuropsicología es una rama de la psicología, se encuentra dentro del estudio del comportamiento y tiene en cuenta el funcionamiento del sistema nervioso”

¿Cuáles son las técnicas y herramientas de evaluación que utilizas en tu práctica clínica para evaluar la función cognitiva y el funcionamiento cerebral?

Charo: Son, sobre todo, pruebas estandarizadas, es decir, test que se basan en un material específico, una serie de instrucciones y criterios de corrección predefinidos. Cada examen tiene sus propios baremos para comparar las puntuaciones de cada persona, ya que no es lo mismo un joven de 20 años que una persona de 85. También se toma en cuenta la reserva cognitiva que cada individuo haya desarrollado a lo largo de su vida, ya que toda experiencia vital conlleva un aprendizaje y una adquisición de habilidades que enriquecen o no dicha reserva.

Imagino que actualmente atiendes a personas de cualquier tipo de edad, ¿no?

Charo: La mayor parte de las personas que atiendo en consulta son mayores de 50 años. Mi incorporación al hospital San Juan de Dios es reciente, pero no cierro la puerta a atender a pacientes pediátricos si lo requieren.

En general, ¿qué proyectos tienen para su correspondiente desarrollo en los próximos tiempos?

Jonatán: Uno de los proyectos tiene que ver con la Unidad de Tratamiento para la Obesidad. Este hospital tiene una experiencia acreditada en el ámbito de la cirugía bariátrica, la cirugía digestiva y el servicio de endocrinología. Hay gente que se trata de manera integrada con los tres servicios y queremos añadir a ello un tratamiento psicológico protocolizado para tratar la obesidad, pues lleva consigo muchos factores psicológicos implicados. En algunas ocasiones, los propios trastornos mentales como ansiedad, depresión o fobias pueden favorecer la aparición de la obesidad.

La cirugía bariátrica tiene unos resultados excelentes en la reducción del peso corporal, pero hay un porcentaje de pacientes que al cabo de dos o tres años recuperan el peso perdido, lo cual resulta frustrante, tanto para las personas atendidas como para los profesionales.

En este sentido, todas las personas que se van a someter a una intervención deben pasar por una evaluación psicológica previa para descartar que tengan algún trastorno que contraindique la cirugía. Pero no nos podemos quedar en la evaluación, hay que hacer un seguimiento conductual de la persona: a qué horas come, qué alimentos come o si tiene un estilo de vida sedentario. Hay que ayudarle a que desarrolle un estilo de vida activo y que considere pautas de alimentación sanas.

También debemos acompañarle durante el proceso: antes, durante y después de la cirugía. De esta forma evitamos las recaídas. Puede ser que una persona inicialmente baje 30-40 kilogramos de peso, pero si vuelve a tener los hábitos que desarrollaba anteriormente volverá a recuperarlos.

Dentro de este programa hay una fase de terapia de grupo y otro de terapia individual. Las sesiones de grupo son muy interesantes para compartir experiencias, recibir apoyo y aprender de otros pacientes.

¿Cómo se abordan los problemas de estigma y discriminación relacionados con los trastornos mentales en el hospital y en la sociedad en general?

Jonatán: Afortunadamente, cada vez son más las celebridades que aceptan públicamente haber tenido un trastorno mental. Esto ayuda a normalizar estas experiencias que antes eran un tabú.

Anteriormente, estas cuestiones se ocultaban por miedo al estigma y la discriminación. Hoy en día, gracias a la visibilidad que le dan las celebridades, sobre todo entre la gente joven, se está combatiendo este estigma y cada vez hay más personas que se animan a buscar ayuda.

¿Cuáles son vuestros objetivos a corto y largo plazo?

Jonatán: Actualmente estamos implementamos un nuevo tratamiento con esketamina para la depresión resistente. La esketamina, un derivado de la ketamina, ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la depresión resistente, un problema que se ha intensificado con la pandemia.

Este tratamiento se administra en entornos sanitarios bajo supervisión médica y no está disponible en farmacias comerciales.

En nuestro centro, ya hemos comenzado a aplicar la esketamina en algunos casos con resultados positivos. Esta alternativa ofrece esperanza a aquellos pacientes que no responden a los tratamientos tradicionales, que representan un 30% de la población con depresión.

Es necesario seguir investigando para desarrollar mejores opciones terapéuticas y hacer que las existentes sean accesibles a toda la población.

Charo: Mi objetivo inmediato es dar a conocer mi especialidad como neuropsicóloga y comenzar a atender pacientes de forma regular, brindándoles el tratamiento que necesitan.

Mi trabajo complementa al del neurólogo, quien debido a la falta de tiempo no puede realizar un seguimiento recurrente a estos pacientes. Es importante destacar que la terapia cognitiva debe realizarse como mínimo una vez por semana, frecuencia que no se puede alcanzar con una atención mensual. La participación activa de los familiares en el proceso de recuperación es fundamental, por lo que es necesario mantener un contacto cercano tanto con el paciente como con sus cuidadores.

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