El plan de vivienda de Santa Cruz ha sido una de sus prioridades. ¿Qué balance hace de las medidas implementadas hasta ahora, como las ayudas al alquiler o los programas de rehabilitación?
El plan de vivienda de Santa Cruz ha sido una de nuestras prioridades desde el primer día, porque somos conscientes de que la vivienda es la mayor preocupación de muchas familias. Las ayudas al alquiler han sido una herramienta clave para dar oxígeno a quienes atraviesan momentos de dificultad. Hemos facilitado que cientos de familias puedan mantenerse en sus hogares, evitando situaciones de desahucio o pérdida de vivienda a través de los Servicios Sociales del Ayuntamiento (IMAS) gracias a sus diferentes programas, además de llevar a cabo la iniciativa antidesahucio, pionera en todo el Estado desde 2012 y que se pone en marcha cada vez que una persona o familia vulnerable ve afectada su vivienda por un lanzamiento, interviniendo nuestros Servicios Sociales ante los juzgados con informes, por lo menos hasta lograr una solución habitacional y alojativa para estás personas o familias afectadas.
Por otra parte, los programas de rehabilitación han tenido un doble impacto positivo. Primero, porque permiten recuperar edificios antiguos y mejorar las condiciones de vida en barrios que necesitaban una intervención urgente. Y segundo, porque generan empleo local y dinamizan la economía de la ciudad, ya que la mayoría de las obras las realizan pequeñas y medianas empresas de nuestro entorno. El balance hasta ahora es positivo, aunque también somos muy conscientes de que queda mucho por hacer y de que debemos seguir ampliando estas líneas de apoyo.
Por eso, aunque las ayudas y las rehabilitaciones son importantes, nuestro gran reto es incrementar el parque de vivienda pública y privada, porque sin oferta suficiente cualquier medida queda limitada y se torna insuficiente.
Por otro lado, ¿Se está priorizando la construcción de nuevas viviendas públicas en las zonas más tensionadas de Santa Cruz de Tenerife?
Sí, estamos trabajando en proyectos que nos permitan aumentar la oferta de viviendas asequibles, pero con una mirada más amplia: no se trata solo de construir más, sino de hacerlo con criterios de sostenibilidad, eficiencia energética y accesibilidad. Queremos que la vivienda pública no sea vista como una solución de emergencia, sino como una alternativa digna, moderna y bien integrada en la ciudad.
Entre ellos puedo destacar, la compra un inmueble de 20 viviendas a través del programa Activa Vivienda, impulsado por el Cabildo con aportación de Instituto Canario de la Vivienda (ICAVI) y del propio Ayuntamiento, que ya está en fase de culminar con gestiones de urbanización para su recepción por parte de la Gerencia de Urbanismo y adaptación de viviendas para cumplir con el número exigido de inmuebles adaptados.
En María Jiménez estamos ejecutando la construcción de 37 viviendas y en Cuevas Blancas hemos contratado la redacción del proyecto para la construcción de otras 226, actualmente en fase de revisión del mismo para posteriormente proceder con los trámites de licitación de ejecución de obra.
A pesar de que el Ayuntamiento no tiene competencia directa en materia de vivienda, colabora con la aportación del suelo y los medios técnicos a través de la empresa municipal Viviendas, Proyectos y Obras Municipales de Santa Cruz de Tenerife, S.A., para su construcción con fondos del Gobierno de Canarias.
Según los últimos informes, los precios de la vivienda y del alquiler en Santa Cruz han experimentado un crecimiento significativo, con incrementos de dos dígitos en el último año. ¿Qué análisis hace su concejalía de esta situación? ¿Consideran que se ha llegado a un punto de inflexión donde la vivienda se está volviendo inalcanzable para la mayoría de los ciudadanos?
El informe que contratamos y elaboramos desde Viviendas Municipales, por encargo del alcalde, José Manuel Bermúdez, con la finalidad de analizar el mercado de tensionado confirma lo que ya intuíamos: el verdadero problema de Santa Cruz no es tanto la falta de ayudas, sino la escasez de oferta. Hay distritos donde la reducción de la vivienda disponible llega al 80%, y en todos los casos supera el 50%. Esa caída de la oferta está detrás de la subida de precios, tanto en compraventa como en alquiler.
Desde la concejalía analizamos los datos de forma constante y vemos que hay un riesgo de que la vivienda se vuelva inaccesible para una parte importante de la población. Por eso defendemos una combinación de medidas: más vivienda pública, ayudas directas, programas de rehabilitación y también medidas de regulación y mediación en el mercado. El objetivo es que ninguna familia se quede atrás.
Los precios han subido de forma desproporcionada, muy por encima de lo que las familias pueden asumir. El informe encargado por el Ayuntamiento confirma que no estamos ante un fenómeno coyuntural, sino ante una crisis estructural de oferta.
En otras palabras: “No hay suficientes viviendas disponibles, y esa falta de oferta está tensionando el mercado”.
Aquí es donde hay que diferenciar bien entre una zona tensionada y una emergencia habitacional. La zona tensionada es un mecanismo pensado para poner topes a los alquileres, pero no ataca la raíz del problema. La emergencia habitacional, en cambio, reconoce que hay una situación de crisis y que hacen falta medidas extraordinarias: más construcción de vivienda pública, desbloquear suelo, simplificar la burocracia y dar seguridad jurídica.
Nosotros creemos que Santa Cruz no necesita medidas cortoplacistas que limiten la oferta aún más, sino soluciones estructurales que incrementen el parque de viviendas.
La vivienda vacacional ha transformado el paisaje de muchos barrios. ¿Qué impacto real está teniendo en la disponibilidad y precio del alquiler residencial en Santa Cruz? ¿Qué medidas, si las hay, se están debatiendo o planificando desde el Ayuntamiento para regular esta actividad sin perjudicar el turismo local?
La vivienda vacacional ha tenido impacto sobre todo en determinados barrios.
El Gobierno de Canarias ya ha aprobado medidas, como exigir autorización de la comunidad de propietarios —con una mayoría cualificada— para que un piso pueda destinarse a uso turístico. Esto va a ayudar a ordenar la situación.
Nuestro informe deja claro que regular la vivienda vacacional es necesario, pero también advierte de que tensionar el mercado con limitaciones excesivas puede acabar castigando al pequeño propietario y reduciendo todavía más la oferta de vivienda residencial.
Por eso, desde el Ayuntamiento defendemos un modelo equilibrado: regular, sí, pero sin demonizar al pequeño propietario y garantizando que el turismo y la vida en los barrios puedan convivir. No queremos medidas que generen más vulnerabilidad, sino soluciones que amplíen la oferta de alquiler asequible.
Más allá de la vivienda de compra y alquiler, ¿están considerando la construcción de otro tipo de modelos residenciales, como las viviendas intergeneracionales, para estudiantes, o para personas mayores?
La sociedad está cambiando y la vivienda también tiene que adaptarse a esos cambios. No todas las personas necesitan lo mismo: hay jóvenes estudiantes que buscan su primera oportunidad, familias que requieren espacios más amplios y personas mayores que necesitan viviendas accesibles y acompañadas de servicios.
Por eso entendemos que es necesario estudiar proyectos de viviendas intergeneracionales, que fomenten la convivencia y el apoyo mutuo; residencias para estudiantes que atraigan talento y dinamicen la ciudad, y viviendas específicas para personas mayores que les permitan seguir viviendo de manera independiente, pero con la seguridad de tener servicios de proximidad. Queremos que Santa Cruz cuente con un parque de vivienda diverso, inclusivo y pensado para distintas etapas de la vida. El informe también nos recuerda que, si no hay oferta, los colectivos más vulnerables son los primeros en sufrir. Por eso debemos apostar por estos modelos alternativos que ayudan a cubrir huecos concretos del mercado y evitan que jóvenes o mayores se queden sin opciones.
El objetivo que
buscamos es que
Santa Cruz sea un
referente en Canarias,
no por las restricciones
ni por declarar zonas
tensionadas, sino
por haber sabido dar
una respuesta seria
y estructural a la
emergencia habitaciona
Pensando a largo plazo, ¿cuál es su visión para el futuro de la vivienda en Santa Cruz de Tenerife? ¿Qué legado le gustaría dejar al final de su mandato en cuanto a la sostenibilidad y equidad del acceso a la vivienda para las próximas generaciones?
Nuestra visión para el futuro es que Santa Cruz sea una ciudad donde cualquier persona, independientemente de su situación económica o su diversidad funcional, pueda acceder a una vivienda digna. Queremos que la vivienda deje de ser una fuente de angustia para muchas familias y se convierta en un espacio de seguridad y estabilidad.
Como administración queremos dejar un legado basado en tres pilares: sostenibilidad, equidad y cohesión social. Sostenibilidad, porque no podemos crecer de cualquier manera, sino cuidando nuestro entorno y rehabilitando lo que ya tenemos. Equidad, porque el acceso a la vivienda no puede depender solo del bolsillo. Y cohesión social, porque cuando rehabilitamos un barrio o promovemos vivienda pública, no solo damos techo, también fortalecemos comunidades y generamos convivencia.
Finalmente, ¿Qué objetivos tiene para que Santa Cruz de Tenerife sea un lugar referente en el ámbito de la vivienda?
El objetivo que buscamos es que Santa Cruz sea un referente en Canarias, no por las restricciones ni por declarar zonas tensionadas, sino por haber sabido dar una respuesta seria y estructural a la emergencia habitacional, demostrando que es posible combinar turismo, desarrollo urbano y calidad de vida para los vecinos.
El objetivo es claro: construir más vivienda pública, diversificar la oferta con nuevos modelos residenciales, rehabilitar barrios completos y garantizar una gestión transparente y cercana. Esto se consigue con más inversión en vivienda pública, con modelos innovadores de residencia, con una gestión cercana a la ciudadanía y con una visión a largo plazo que no dependa solo de un mandato. En definitiva, aspirar a que Santa Cruz sea reconocida como una ciudad que ha sabido adelantarse al futuro y garantizar el derecho a la vivienda para las próximas generaciones.
Lo que pedimos al Gobierno de Canarias y al Estado es que cumplan sus compromisos. Han prometido vivienda durante años y los números son muy pobres. Santa Cruz no puede esperar más. No queremos medidas que queden en titulares, queremos soluciones que pongan viviendas en el mercado. Esa es la forma de ser referentes: con hechos, no con promesas.