Harinas de Pelegrín, fundada en Santa Cruz de Tenerife en el año1954, ofrece desde entonces un producto de absoluta calidad con el mejor servicio. ¿Cuáles son los pilares en los que basa su desarrollo esta empresa?
Uno de los pilares fundamentales en un buen producto final es la calidad de la materia prima, por lo que siempre nos hemos esforzado en mantener unos exigentes contratos de compra en nuestros trigos, primando la calidad por encima de todo. Otro aspecto importante es el personal de la empresa y aquí seguimos una política de tener a todos los trabajadores con contratos indefinidos, lo que al generar estabilidad a nivel personal, redunda en una mayor eficiencia y productividad. A todo esto, hay que sumar un exhaustivo control de calidad del producto final que diariamente desarrollamos en nuestro laboratorio analizando los lotes de harina fabricados antes de su salida al mercado. Y lo más importante, un trato directo con el cliente, con actitud de colaboración siempre e intentando ofrecer el mejor productos con el mejor servicio, el binomio calidad- servicio debe seguir siendo nuestra seña de identidad, siguiendo fieles a nuestro lema: “Harinas de calidad para un cliente satisfecho”.
¿Cuáles están siendo en la actualidad los productos con mayor demanda?
Al ser una fábrica de harina de trigo principalmente, -aunque tenemos otro tipo de cereales para el consumo humano y productos relacionados con la panificación- nuestro producto estrella es la harina y en concreto la de mayor demanda es la harina panificable, dentro de las distintas variedades de harinas que fabricamos.
La calidad viene de la mano de la formación y es por ello que desde Harinas de Pelegrín apuestan por un plan de formación. ¿Cuáles son las últimas novedades al respecto?
Recientemente hemos obtenido el certificado ISO9001 y hemos superado una exigente Auditoría de Sanidad que se ha saldado positivamente sin encontrar ninguna “No Conformidad”, lo que nos da una idea de que marchamos por el buen camino. Tenemos una dirección Técnica con un experimentado Técnico Molinero que a su vez es Ingeniero Técnico Industrial y un laboratorio donde un biólogo analiza diariamente los distintos lotes de harina para controlar la calidad final del producto.
En cuanto al resto de personal, tenemos establecido en el Plan de Prerrequisitos de la empresa un objetivo básico de asegurar que los manipuladores de alimentos dispongan de una formación apropiada en higiene de los alimentos de acuerdo con su actividad laboral.
Para esto, exigimos inicialmente que la totalidad del personal esté en posesión del carnet de manipulador de alimentos. Partiendo de esta premisa, la empresa establece un plan de formación continua, en sanidad alimentaria con cursos anuales.
Por otra parte, con respecto a la formación en materias laborales, tenemos establecida una formación anual en distintas materias como: espacios confinados, carretillas elevadoras, riesgos y medidas preventivas en la industria alimentaria, etc.
¿Y si atendemos a las mejoras tecnológicas de la industria? ¿Qué innovaciones destacaría?
Tras dos años muy difíciles, este 2023 lo hemos comenzado reformando los silos exteriores de almacenamiento de trigo con unas importantes mejoras de rendimiento y calidad en el transporte de grano. Para los 3 próximos años hemos establecido un ambicioso plan de mejora de nuestra planta de molinos, incorporando nueva maquinaria de última generación, con lo que aumentaremos considerablemente la producción y la calidad con un menor consumo energético.
¿Cómo atisba el futuro de la industria alimentaria en Canarias y, más concretamente de Harinas de Pelegrín?
El futuro de nuestro sector se torna algo incierto, debido principalmente a grandes grupos harineros provenientes de la península, verdaderos “monstruos” que han ido devorando en los últimos años a pequeñas fábricas de harina que no pueden competir con ellos. En nuestro caso, pertenecemos a una región ultraperiférica de la Unión Europea y con el fin de garantizar el suministro de productos esenciales, tenemos establecido un Régimen Específico de Abastecimiento (REA) a través del cual cobramos ayudas que nos permiten, en cierta medida, compensar los altísimos costes de transporte derivados de la insularidad. Por otra parte existen aranceles como el AIEM que también está protegiendo el escaso tejido productivo de Canarias. Así todo, con los pies puestos en el suelo, pero con gran ilusión, nuestro objetivo es seguir creciendo.