19/08/2025

“Si logramos que el talento se enamore de nuestro proyecto, estará con nosotros, seremos más competitivos

Germán Suárez. Presidente de Astican.

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Dada la posición geoestratégica única de las Islas Canarias en las rutas marítimas globales, ¿cómo capitaliza Astican esta ventaja no solo para la captación de clientes de paso, sino también para el desarrollo de servicios especializados o nichos de mercado que la diferencien de astilleros en otras regiones?
Es fundamental destacar que el éxito de Astican y su posicionamiento como líder en la prestación de servicios a todo tipo de flotas en Canarias no sería posible sin la invaluable contribución del ecosistema portuario en su conjunto. A pesar de la excelente ubicación estratégica de las Islas Canarias, Astican no podría capitalizar su potencial si no fuera por la colaboración estrecha con otras empresas, profesionales y, crucialmente, las propias autoridades portuarias.
Los servicios que ofrecemos están intrínsecamente ligados a la existencia de puertos canarios que garantizan un alto nivel de fiabilidad y una amplia oferta de servicios y suministros de toda índole. Es esta robusta infraestructura y la calidad de los servicios portuarios existentes hoy en día en Canarias, junto con el compromiso de las empresas
que operan en el entorno portuario, lo que permite a Astican alcanzar su actual nivel de rendimiento y liderazgo. Queremos enfatizar que, sin la excelencia de los servicios portuarios, Astican, por muy sólida que fuera su operación individual, no podría lograr los resultados que ostenta.
La historia del puerto de Las Palmas, y por extensión la de Astican, ha estado marcada por la identificación y el desarrollo de diversos nichos de mercado, lo que refleja la fortaleza y adaptabilidad de toda la comunidad portuaria. Estos nichos han emergido, se han consolidado y, a menudo, han dado paso a nuevas oportunidades que impulsan un crecimiento sostenido, transformándose finalmente en mercados tradicionales y fidelizados.
En los orígenes de Astican, hace muchos años, el nicho principal fue el sector de la pesca internacional que operaba en aguas africanas. El puerto de Las Palmas se erigió entonces como un puerto seguro, no solo en términos de seguridad física, sino también por la fiabilidad y calidad en la asistencia de las necesidades de estas flotas. Este enfoque inicial fue clave en la concepción y desarrollo de Astican por parte del Estado para atender a estas flotas pesqueras en la región.
Más recientemente, desde el año 2000 en adelante, además de atender a una amplia variedad de embarcaciones, Canarias ha experimentado un notable desarrollo y se ha consolidado como un referente para las plataformas petrolíferas.
La presencia de estas estructuras en los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife es una imagen familiar para residentes y visitantes.
Este crecimiento se atribuye a dos factores principales: la consolidada capacidad técnica y la vasta experiencia en reparaciones navales acumuladas a lo largo de décadas en Las Palmas, y la existencia de muelles de aguas profundas en los puertos canarios. La singularidad de estos muelles, que no tienen parangón en el continente africano
debido a la orografía volcánica de las islas, ha sido determinante para atraer a esta clientela específica, quienes encuentran aquí las condiciones físicas y de servicio idóneas. La inversión de la Autoridad Portuaria de Las Palmas en obras marítimas para alargar muelles y profundizar las dársenas fue fundamental para captar este segmento
de mercado.
Mirando hacia el presente y el futuro, vislumbramos nuevas oportunidades en las energías renovables marinas, particularmente la eólica marina flotante. Si bien el sector privado y las instituciones canarias han demostrado un claro compromiso, su despegue depende en gran medida de la regulación pendiente por parte del Gobierno de España. Otros nichos emergentes incluyen la acuicultura, un sector en el que también participamos activamente, y todo lo relacionado con la realización, ensamblaje y fabricación a pequeña escala de prototipos y artefactos para las energías renovables marinas. En este ámbito, el apoyo de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) ha sido crucial, posicionando a Canarias como un centro de pruebas e innovación, lo que a su vez ha permitido a las empresas de servicios técnicos portuarios participar en estos prometedores mercados.
En definitiva, es imperativo reconocer que nuestro éxito no es una labor individual. Dependemos intrínsecamente de que todo el entorno portuario mantenga la fortaleza
y la sinergia que ha demostrado a lo largo de los años.

Así es. La colaboración público-privada es, sin duda, un pilar fundamental para vuestro crecimiento. Me pregunto cómo Astican, más allá de su reconocida labor en la reparación naval tradicional, está explorando y desarrollando nuevas líneas de negocio y servicios de valor añadido. ¿Podríamos esperar que estas iniciativas se materialicen y se conviertan en una realidad palpable en los próximos meses y años?
En cuanto a las líneas de negocio, la descarbonización del transporte marino emerge como una dirección clara y fundamental.
Los armadores se ven en la necesidad de adaptar sus embarcaciones para cumplir con las regulaciones medioambientales, impulsados no solo por la normativa, sino por una convicción generalizada en el sector marítimo y portuario sobre la importancia de la sostenibilidad ambiental. Esta adaptación va por delante de todo.

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Las modificaciones de buques existentes para cumplir con las regulaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI) o la Unión Europea —que en ocasiones
son incluso más exigentes, generando cierta incertidumbre por la diversidad de normativas— representan una fuente significativa de actividad para los astilleros. Este es un nicho en el que llevamos años trabajando, no solo en Astican, sino también a través de nuestra filial,
Astilleros de Santander. Allí, una de nuestras especializaciones clave es la transformación, conversión o adaptación de buques existentes para fines muy diversos, siendo la descarbonización una de las más importantes.
Estamos hablando de proyectos tan innovadores como la instalación de velas de succión en barcos.
De hecho, hace unos meses, en nuestros astilleros de Santander, se instalaron las mayores velas de succión del mundo en un buque Bulk Carrier reconvertido. Este proyecto se llevó a cabo para un armador específico y el fabricante de las velas, Bound for Blue, una empresa española con un notable éxito internacional.
Además, realizamos modificaciones en la forma del casco de los barcos para mejorar su eficiencia en la navegación, lo que se traduce en ahorro de combustible y, por ende, en una reducción de las emisiones de dióxido de carbono. También añadimos implementos a las hélices o al timón que contribuyen a una navegación más eficiente.
Contamos con la experiencia necesaria para instalar esta serie de soluciones en cualquier tipo de embarcación. Este portafolio de servicios lo ofrecemos al mercado desde hace tiempo, y puedo afirmar con satisfacción que somos pioneros y un referente en Europa en este tipo de servicios como astilleros.

El sector de la reparación naval es cíclico y altamente competitivo. Desde su perspectiva, ¿cuáles son los principales motores de crecimiento y las tendencias disruptivas que están redefiniendo el panorama global, más allá de la descarbonización?

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Pienso en la automatización en buques, la ciberseguridad marítima, o el auge de nuevas rutas comerciales.
La actividad en astilleros de reparación naval como el nuestro está intrínsecamente ligada a un factor determinante: el ciclo del negocio. Como bien ha definido, el negocio de la reparación naval es, por naturaleza, maduro y cíclico. La prosperidad o la desaceleración de
este ciclo dependen directamente del nivel de los fletes en el mercado para cada tipo de embarcación.
Para aquellos menos familiarizados con la terminología marítima, el flete se refiere a la tarifa que un cliente paga diariamente por el alquiler de un buque para el transporte de mercancías de un punto a otro.
En los últimos años, particularmente desde la irrupción de la pandemia de COVID-19, los fletes se han mantenido en niveles elevados, incluso inusualmente altos en algunos periodos. Tras el levantamiento de las restricciones de confinamiento, y a pesar de la disminución de os viajes, el incremento exponencial de las compras online generó una demanda sin precedentes de transporte marítimo.
Recordará, sin duda, la época en que el costo de transportar contenedores de Asia a Occidente alcanzó cifras desorbitadas, un fenómeno inesperado que impulsó significativamente los fletes.
Desde aquel pico post-COVID, la dinámica del mercado de fletes ha estado influenciada por una compleja interacción de factores: el aumento de los precios de la energía impulsado por conflictos geopolíticos, como el de Rusia y Ucrania, que ha mantenido los fletes para
ciertos tipos de mercancías en valores positivos; la ocurrencia de fenómenos meteorológicos adversos, como la sequía en el Canal de Panamá, que reducen la oferta de
buques disponibles al limitar el tráfico marítimo; las tensiones geopolíticas y económicas, especialmente entre Estados Unidos y China, que generan congestión y disrupciones
en las rutas comerciales globales; y el resurgimiento de ataques en rutas clave, como en el Canal de Suez, que obligan a los buques a tomar trayectos más largos, contribuyendo a la escasez de oferta y, por ende, a la estabilidad o alza de los fletes.
Todos estos elementos, al combinarse, impactan las rutas comerciales, provocando que los barcos tarden más días en llegar a sus destinos o que deban realizar viajes más extensos. El resultado neto es una reducción en la oferta de buques disponibles para el transporte de
mercancías.
A pesar de que el comercio mundial no atraviesa su mejor momento debido a la incertidumbre económica y las interferencias comerciales, los fletes, en términos generales, se mantienen en un nivel positivo. Aunque no han alcanzado los picos «disparatados» de la
pos-COVID, su buen estado actual es el escenario más favorable para que astilleros como el nuestro sigan prosperando.
Como empresario, mi preferencia sería que los fletes estuvieran altos debido a un intenso comercio internacional, una vibrante actividad económica y un crecimiento robusto que impulse la necesidad de transportar más bienes. Desearíaque no dependieran de disrupciones negativas como conflictos bélicos o fenómenos meteorológicos adversos. Sin embargo, mantengo el optimismo y espero que el próximo ciclo positivo del sector se deba a estas circunstancias deseables, asegurando así un buen desempeño para los próximos años, más allá del impulso ya significativo que nos brinda la descarbonización.

“Una de nuestras
especializaciones
clave es la
transformación,
conversión o
adaptación de
buques existentes
para fines muy
diversos, siendo la
descarbonización
una de las más
importantes”

La escasez de mano de obra cualificada es un desafío global en la industria pesada. ¿Cómo percibe Astican esta problemática en el contexto canario y español, y qué papel cree que deben jugar los gobiernos y las instituciones educativas para asegurar el futuro del talento en el sector?
En Astican, percibimos una realidad que, sin duda, resuena con lo que experimenta el resto del mundo desarrollado y, de manera específica, el sector naval en Europa. Nos encontramos con profesionales de gran valía, pero su número es insuficiente. Hay talento, sí, pero no en la cantidad necesaria para cubrir la demanda.
¿Qué pueden hacer las instituciones y los gobiernos, en colaboración con el sector privado, para abordar esta situación? Considero que, si bien la formación académica es susceptible de mejora —es crucial adaptar los programas formativos a la vertiginosa realidad económica actual—, los jóvenes que egresan de las universidades, la formación profesional y otras escuelas técnicas en España poseen una sólida base de conocimientos.
Es cierto que la empresa debe complementar esta formación inicial, ya que la teoría y la práctica difieren, pero la base es buena. Sin embargo, el problema persiste: son pocos, no
son suficientes.
Cada vez más, creo firmemente que debemos concentrar un gran esfuerzo en generar vocaciones. Esto implica una labor que debe comenzar desde las etapas más tempranas de la educación, en las escuelas de primaria y secundaria, mucho antes de que los jóvenes definan su futuro profesional. Es esencial explicarles las vastas posibilidades que ofrece la «economía azul»: la belleza y el potencial de nuestro negocio, del sector portuario y del transporte marítimo. Esta es una tarea que nos incumbe a todos, tanto al ámbito público como al privado.
Añadiría, además, una reflexión que escuché recientemente de un colega del sector, de Talleres Quintana, un histórico taller en Santa Cruz de Tenerife que celebró recientemente su centenario. Él señalaba, con gran perspicacia, que existe una percepción social errónea: parece que elegir la formación profesional (FP) es visto como una opción de segunda categoría, como si fuera la alternativa para quienes «no pudieron ir a la universidad». Esta visión distorsionada impide que se perciba la FP como una elección válida y deseable para dedicarse a nuestro sector, lo que afecta directamente la atracción de nuevo talento.

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Mirando hacia el futuro, ¿cuál considera que es el mayor desafío o la mayor oportunidad para Astican en los próximos cinco a diez años, y qué visión personal tiene usted para el liderazgo de la empresa en ese período?
No me atrevería a señalar un único mayor desafío, ya que considero que enfrentamos varios retos cruciales que hemos estado analizando. Uno de los principales desafíos, y que se acentuará en los próximos años si no cambiamos la tendencia actual, es la escasez de
personal cualificado. Contar con gente bien preparada es fundamental. Relacionado con esto, y viéndolo también como una oportunidad, es crucial cambiar el enfoque de «retener el talento» a «enamorar el talento». Si llegamos al punto de tener que «retener», ya es tarde. Las nuevas generaciones no comparten las mismas expectativas que las anteriores. Por eso, me preocupa cómo podemos mantener a los jóvenes enamorados de la empresa.
Dedicamos tiempo a este aspecto porque creemos que, para quienes sepan gestionarlo, los desafíos se transforman en oportunidades. Si logramos que el talento se enamore de nuestro proyecto, estará con nosotros, seremos más competitivos.
Otro desafío significativo es la incorporación y el uso de la inteligencia artificial (IA) en nuestro trabajo diario. La IA abre un sinfín de posibilidades; es una herramienta que nos permite trabajar más rápido, mejor y de forma más productiva. Además, estamos seguros de que este talento joven que queremos «enamorar» valorará contar con estas herramientas en la empresa, ya que las utilizan en su día a día.
Sin embargo, también representa un reto para la empresa el utilizar la IA sin comprometer la ciberseguridad ni la protección de datos, evitando así la exposición de nuestro negocio. Ya estamos trabajando en ello, formando a nuestro personal y animando a cualquier persona de la organización, sin importar su jerarquía, a que se identifique como pionera en la implementación de la IA en nuestro día a día. Queremos escuchar sus propuestas desde
dentro.
Finalmente, y de forma más general, el desafío es cómo integrar la innovación y los avances tecnológicos de nuestro entorno de manera organizada y estructurada. Aunque
la inteligencia artificial es ahora el foco principal, seguirán surgiendo nuevas innovaciones que tendremos que incorporar al negocio de forma eficiente y puntual, evitando la descoordinación o la desorganización interna.

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