Como Presidenta de ASOLAN y la Federación Turística de Lanzarote, usted tiene una perspectiva privilegiada del sector. ¿Cómo describiría el estado actual de la industria turística en Lanzarote, considerando los desafíos globales y las particularidades del destino?
En el contexto global actual, caracterizado por una incertidumbre geopolítica significativa y numerosos factores económicos, observamos un panorama complejo. Los aranceles anunciados, que experimentan variaciones semanales e incluso diarias, pueden alterar las relaciones comerciales y, una vez consolidados, tendrán un impacto considerable en los mercados europeos y en las economías de los países, afectando directamente las inversiones y, a medio y largo plazo, el Producto Interno Bruto (PIB) de naciones como España.
Esta incertidumbre se extiende a todas las actividades económicas, incluyendo el sector turístico. Para destinos como Lanzarote, es crucial considerar cómo estos elementos pueden influir en los mercados emisores clave (principalmente europeos, pero también americanos y asiáticos). La inestabilidad puede afectar las intenciones de viaje, la duración de las estancias, el gasto promedio y la elección misma de los destinos.
Es imperativo que las estrategias turísticas a nivel de Canarias y, específicamente, para Lanzarote y La Graciosa, integren estos factores. Se requiere un seguimiento constante y una vigilancia para adaptar los planes estratégicos a dos o tres años vista, así como los planes de acción anuales. Esto incluye focalizar las campañas de promoción y trabajar en la conectividad, un aspecto vital para un archipiélago.
A pesar de la incertidumbre general, el sector turístico ha mostrado una notable evolución positiva desde la superación de las crisis sanitaria y económica derivadas de la COVID-19. La demanda de viajes se ha convertido en una prioridad en los patrones de consumo actuales, lo que ha fortalecido la industria. Esta fuerte demanda turística se traduce en un crecimiento significativo del PIB a nivel nacional en España, en Canarias (dada la importancia de la industria turística en el archipiélago) y, por supuesto, en Lanzarote. Este crecimiento no solo se refleja en el PIB, sino también en la generación de empleo.
En los últimos años, el turismo en Canarias ha mostrado una notable resiliencia. ¿Qué factores considera clave en el caso específico de Lanzarote para haber mantenido o incluso mejorado su posicionamiento?
El sector turístico en Lanzarote ha experimentado un impulso significativo gracias a la inversión y la apuesta del sector privado. Durante los años de la pandemia, incluso con los establecimientos cerrados, la industria continuó trabajando en la renovación y modernización de sus infraestructuras.
La crisis fue una oportunidad para acelerar proyectos de inversión, lo que permitió que muchos establecimientos reabrieran sus puertas con nuevas modalidades y mejoras sustanciales. Se observó una transformación de apartamentos a hoteles, y muchos hoteles, manteniendo o elevando su categoría (por ejemplo, de cuatro a cinco estrellas), invirtieron en la mejora de instalaciones, equipamiento y servicios para adaptarse a las nuevas necesidades y expectativas de los turistas.
Esta estrategia ha sido fundamental para mejorar el posicionamiento de Lanzarote como destino. Además de la mejora alojativa, se ha diversificado la oferta con actividades turísticas que generan experiencias de valor. Esto incluye turismo deportivo, gastronómico, de naturaleza y slow travel.
Si bien el sector privado ha demostrado un dinamismo constante en la cualificación de servicios y productos (alojamientos y experiencias), es necesario acelerar las inversiones en infraestructuras turísticas y espacios públicos. A pesar de este reto, el trabajo ininterrumpido del sector privado ha sido clave para mejorar la calidad de los servicios y productos turísticos de Lanzarote.
La escasez de mano de obra cualificada es un desafío recurrente en el sector turístico. ¿Cómo están abordando este problema desde ASOLAN y la Federación, y qué iniciativas de formación o captación de talento se están impulsando?
Para abordar este reto, se están implementando planes de formación y programas específicos. Un ejemplo significativo es el servicio de acreditación profesional, resultado de la colaboración con el Servicio Público de Empleo y el Cabildo de Lanzarote, que ha estado en funcionamiento desde 2016. Este servicio permite a los trabajadores certificar sus competencias profesionales a través de su experiencia laboral, tal como lo establece el real decreto de acreditación profesional.
Hasta la fecha, se han tramitado más de 2.000 solicitudes de certificación profesional de trabajadores en Lanzarote, con 547 solicitudes solo en 2024. Este procedimiento, gestionado por el Instituto Canario de Cualificación Profesional y apoyado por nuestro servicio de orientación, brinda a los profesionales la oportunidad de obtener certificados de profesionalidad que validan sus conocimientos y habilidades, abriendo nuevas oportunidades laborales.
Este programa no solo beneficia al sector turístico, sino también a otras áreas como el comercio, la gestión, la administración, el marketing y el mantenimiento de instalaciones. Permite que la población activa que quizás no tuvo acceso a una formación reglada en su momento, pueda traducir su trayectoria profesional en una certificación oficial, evidenciando así su cualificación y el talento existente. Además, la obtención de estos certificados oficiales facilita la reincorporación a ciclos formativos reglados, como la Formación Profesional, lo que permite a los trabajadores seguir mejorando su cualificación y acceder a puestos de mayor responsabilidad.
A pesar de la necesidad continua de personal, especialmente durante las campañas de verano, el sector turístico ha sido un motor fundamental en la reducción de las tasas de desempleo. Los datos de los últimos meses muestran que las tasas de paro se sitúan en niveles anteriores a las crisis de 2008-2009, rondando el 10-11%. Si bien no debemos conformarnos y el objetivo es seguir reduciendo estas cifras hasta alcanzar las medias europeas, es innegable el papel del turismo como generador de empleo directo e indirecto, impulsando también al sector primario, industrial y de servicios. Cada puesto de trabajo creado en el turismo conlleva la creación de otros empleos en actividades vinculadas.
El principal desafío sigue siendo la formación y cualificación continua a través de iniciativas como el servicio de acreditación de experiencia profesional, para garantizar que más personas puedan incorporarse a nuestra industria y a otras actividades económicas.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los empresarios del sector y a la sociedad lanzaroteña sobre el camino que está tomando el turismo en la isla?
La clave para mejorar la competitividad de Lanzarote y La Graciosa como destinos turísticos radica en la inversión y la ejecución de proyectos. Desde el sector privado y público, la colaboración es esencial. A la Administración Pública se le insta a agilizar los procedimientos y acortar los plazos en la medida de lo posible, a pesar de la complejidad inherente a los mismos.
Desde ASOLAN, que representa al sector alojativo y hotelero, y la Federación Turística, que agrupa a once asociaciones empresariales y profesionales del turismo, se busca una visión integral de la cadena de valor turística. Esta cadena incluye alojamiento, hostelería, transporte, agencias de viaje, guías, ocio, turismo activo, buceo y un largo etcétera. La colaboración es constante con administraciones en todos los niveles: local, insular, autonómico y nacional. Además, a través de confederaciones como la de hostelería y alojamiento, la representación se extiende a nivel europeo, lo cual es crucial dada la creciente influencia de la normativa europea.
La actividad turística es intrínsecamente transversal, lo que requiere un trabajo conjunto y coordinado con diversas áreas gubernamentales, como turismo, transporte, medio ambiente, sanidad, formación y empleo. Las líneas de trabajo abiertas con todas estas áreas demuestran la necesidad de una colaboración integral.
A modo de ejemplo, en 2023 y 2024, la actividad turística generó más de 3.000 millones de euros en ingresos para el Gobierno de Canarias a través de impuestos. Esta cifra es significativa, ya que podría cubrir, por ejemplo, la totalidad del presupuesto de educación de Canarias o el 80% del presupuesto de sanidad, demostrando la importantísima contribución de la industria turística a la economía canaria, más allá de la mera generación de empleo.
