27/07/2024

Tenerife llora a su monte
T

Resulta triste, a la par que sorprendente, ver cómo cada año uno de los editoriales de este periódico tiene que ser dedicado a un infierno que ha devorado una de nuestras islas. Tenerife fue protagonista el mes de agosto, y no precisamente por sus buenas cifras turísticas o por la cantidad de eventos que han […]

Te puede interesar

Resulta triste, a la par que sorprendente, ver cómo cada año uno de los editoriales de este periódico tiene que ser dedicado a un infierno que ha devorado una de nuestras islas. Tenerife fue protagonista el mes de agosto, y no precisamente por sus buenas cifras turísticas o por la cantidad de eventos que han tenido lugar durante el periodo estival. Un incendio, pocas veces antes visto en nuestro archipiélago ha abierto los telediarios y ha protagonizado los titulares de la prensa de gran parte del planeta. Más de la mitad corona forestal calcinada, miles de personas evacuadas de sus casas. Miedo y tristeza ante un fuego que devoraba hectáreas con una voracidad atronadora. Nuevamente causado a manos del hombre, el ser humano rompiendo nuestra propia naturaleza. Que alguien nos lo explique.

Año tras año y década tras década nos enfrentamos a la misma batalla, con suerte, escapamos algún verano con un pequeño conato y nos damos por satisfechos. ¿Cómo puede ser que cada verano nos coloquemos en la misma casilla de salida? ¿Qué estamos haciendo mal? Base de hidroaviones en las islas, planes contra incendios, más agentes forestales, más vigilancia, helicópteros de última generación… Cada año el mismo debate, similares promesas, pero idéntico resultado: nuestros montes arden, la flora y fauna destrozada, vecinos desalojados, autónomos y empresarios cargando las consecuencias. Con la eterna excusa de que nuestro monte es perenne y vuelve a resucitar, olvidamos y nos conformamos; por suerte, ha llegado septiembre y el otoño relaja los ánimos.

- Publicidad -

Pero este año ha dolido mucho. Este incendio se ha colado como unos de los peores de las últimas décadas, a algunos no nos alcanza la memoria para recordar, si quiera, algo similar. Nuestras raíces han ardido durante semanas, todo aquello que nos representa hecho cenizas, unas vistas que no volverán a ser las mismas en años. Tenerife, La Palma, La Gomera, Gran Canaria… no se salva ninguna. Pero no solo perdemos lo verde, perdemos el hábitat de cientos de especies, perdemos animales, perdemos recursos, perdemos mucho más de los que a simple vista podemos ver.

- Publicidad -

Como canarios no debemos normalizar esta situación, no podemos ver como algo rutinario que nuestro pulmón verde se calcine cada verano. Nosotros, como parte del problema, debemos comprometernos. Y hablo de comprometernos porque los ciudadanos tampoco aprendemos. En no pocas ocasiones hacemos caso omiso a las advertencias de hacer fuego en las zonas recreativas cuando hace demasiado calor, dejamos basura en nuestras pistas o caminamos por donde no debemos, de hecho, hasta ponemos el grito en el cielo cuando prohíben una peregrinación por el monte, porque parece que nuestra devoción está por encima de nuestra naturaleza.

Por otro lado, las administraciones deben, de una vez, tomar cartas en el asunto. Esto no se soluciona con una campaña en medios de comunicación. Esta lacra necesita de una actuación desde varios puntos. Mi nulo conocimiento forestal me impide afirmar si lo que necesitamos es una base de hidroaviones, o unos helicópteros novedosos. Pero sí estoy segura de que necesitamos que un comité de verdaderos expertos conforme una mesa donde, junto a nuestros políticos, den forma a un verdadero plan que aborde este drama que vivimos de manera permanente. Pero ya, sin mayor dilación. No hay tiempo que perder, aunque el otoño haga acto de presencia este mes.

- Publicidad -

Canarias es una comunidad líder en turismo no solo por sus extraordinarias instalaciones hotelera, por su espectacular oferta gastronómica y por sus fascinantes atracciones de ocio y aventura. Las islas son ochos paraísos en medio del océano, con bosques únicos y parajes naturales de ensueño que han generado un espacio idílico para ser visitadas. Sin naturaleza, Canarias no existe, es nuestro valor y factor diferencial, lo que les falta a otros destinos.

Tenerife se repondrá, los tinerfeños volverán a ver su manto verde. Pero nuestros montes no pueden volver a arder.

Montserrat Hernández Directora de Tribuna de Canarias

- Advertisement -

Más noticias

Más noticias