07/07/2025

«Tiempo de Unos y Ceros»: una mirada profunda a la humanidad en la era digital, con Jorge Alonso
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Director de Consultoría IT Velorcios Group y autor de 'Tiempo de Unos y Ceros’.

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«Tiempo de Unos y Ceros» recopila más de 40 artículos que has escrito en los últimos años. Jorge, ¿hubo un momento específico o una serie de reflexiones que te impulsaron a recopilar estos artículos en un libro, o fue un proceso más orgánico?

No, no tenía previsto una segunda entrega de artículos. Con «Clínicas de la Digitalización» ya había cubierto esa antología. Sin embargo, en el verano del año pasado, mientras repasaba y releía los textos, me di cuenta de la increíble cantidad de cambios que habíamos experimentado en apenas dos años.

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Hace solo dos años, temas como la inteligencia artificial o la ciberseguridad no ocupaban el lugar prominente que tienen hoy en nuestras conversaciones. Al leer estos artículos de periodicidad mensual de forma consecutiva, la magnitud de lo vivido en tan poco tiempo se hizo evidente.

Fue entonces cuando comprendí que esta colección merecía ser presentada de una manera diferente. Empaquetarlos juntos ofrece una reflexión distinta a la que se obtiene al leer un artículo de forma aislada, permitiendo apreciar la vertiginosa evolución del panorama digital.

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El título ‘Tiempo de Unos y Ceros’ es muy evocador. ¿Qué significado le das a este título y cómo crees que encapsula la esencia de la era digital que exploras en el libro?

Es innegable que ya estamos en 2025, habiendo cubierto el primer cuarto de siglo del nuevo milenio. Nos encontramos inmersos en un verdadero cambio de era, la era digital. El título de la obra, «Tiempo de Unos y Ceros», refleja a la perfección esta realidad, donde todo está marcado por la mínima expresión del mundo de la digitalización: los unos y los ceros.

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En la reciente presentación del libro, enfatizaste que las personas deben estar en el centro de la digitalización. ¿Podrías profundizar en por qué consideras esto tan crucial, especialmente en un contexto donde la tecnología a menudo parece dominar el discurso?

Si algo hemos aprendido en todos estos años de digitalización es que las personas deben ser el eje y el centro de todo lo que hacemos. Es el mismo principio que aplicamos al decir «el cliente en el centro». Cuando no ponemos a las personas en el centro, inevitablemente generamos efectos colaterales no deseados, como se está viendo con el impacto de la tecnología en la gente joven.

No podemos perder de vista que la tecnología debe ser inherentemente humanista. No debemos olvidar ni por un segundo que el progreso de la humanidad solo tiene sentido si contribuye al bienestar de las personas. Si desviamos nuestro enfoque y colocamos cualquier otra cosa en el centro, lo más probable es que cometamos errores que nos lleven a escenarios mucho peores. Las personas en el centro: este debería ser un mantra para todos los que nos dedicamos a este ámbito.

¿De qué manera el libro busca involucrar al lector y hacerle sentir que es un protagonista activo en esta era digital, más allá de ser un mero observador?

En esta era digital todos nos sentimos un poco protagonistas. La mayoría está viviendo su propia experiencia de transformación digital y su propio proceso de cambio, algo que se ve reflejado en muchos de estos artículos.

¿Por qué? Porque al final, los textos hablan de nuestro día a día: del esfuerzo que todos hemos hecho para no perder el tren, de los nuevos sistemas de trabajo, las videoconferencias, las nuevas formas de pago, o cómo comprar una entrada. Todos, en algún momento, hemos sentido un déjà vu frente a la pantalla, ante el reto de superar y adaptar lo que antes hacíamos de una manera, para hacerlo de otra.

Por eso, de alguna manera, toda la sociedad, todas las personas, son protagonistas de esta obra coral. A mí me tocó escribir, pero al final, todos somos protagonistas.

El libro aborda temas como la ciberseguridad, la Inteligencia Artificial y los datos. A lo largo de los años en que escribiste estos artículos, ¿cómo has visto evolucionar la percepción y el impacto de estos temas en la sociedad y en el ámbito empresarial?

La verdad es que esto ha tomado una velocidad tremenda. Cuando comencé a escribir los primeros artículos allá por 2008-2009, sentía que todo avanzaba un poco más despacio. Aunque la pandemia aceleró el ritmo, los últimos tres años han sido frenéticos. Considero que la inteligencia artificial es como inyectar vitaminas a la digitalización, provocando que todo ocurra con mayor intensidad y rapidez.

De hecho, si comparamos de lo que hablábamos sobre inteligencia artificial hace solo un año, poco se parece a las conversaciones actuales. En cuanto a la ciberseguridad, 2024 fue un año récord y 2025 promete superarlo. Tanto la ciberseguridad como la inteligencia artificial están en el candelero porque nuestra sociedad y el mundo empresarial están cada vez más digitalizados.

Lo que este libro busca es que cada artículo sirva como una invitación a detenerse un momento, a reflexionar y a observar la vida desde una perspectiva externa. Esto nos ayuda a darnos cuenta de que muchas de las sensaciones de no llegar o de enfrentar un cambio tras otro, son inherentes a la velocidad e intensidad que estamos experimentando.

El libro promete un recorrido por los retos y oportunidades de la era digital. Si tuvieras que destacar el mayor reto y la mayor oportunidad que presenta la digitalización hoy en día para las personas y las organizaciones, ¿cuáles serían y por qué?

Para mí, el mayor reto que enfrenta la digitalización como sociedad es no dejar a nadie atrás. No podemos permitir que profesionales excelentes —ya sean médicos, abogados o arquitectos— queden rezagados simplemente por no comprender el mundo de la tecnología. Cuando visitamos a un médico, queremos un buen diagnóstico, no que sea un experto en el uso de software para recetas. Sin embargo, en el entorno actual, también necesita esas habilidades.

Nuestro desafío social es asegurar que en este camino nadie se quede atrás, ya sea por falta de acceso a recursos, imposibilidad de adquirirlos o carencia de conocimientos. Debemos hacer ese esfuerzo, y creo que estamos superando este reto de manera solvente.

Por otro lado, y aquí quiero centrarme en Canarias, la digitalización e internet nos han abierto el mundo. Hoy, desde las islas, podemos competir con cualquier empresa a nivel global. La tecnología y la conectividad nos igualan. No podemos desaprovechar esta oportunidad; no podemos perder este tren.

Es fundamental no perderlo para diversificar la economía y para entender que, especialmente para Canarias, se abre una ventana de oportunidad que nos acerca al continente, mucho más allá del mar que nos separa.

También quiero poner el foco en la gente joven de Canarias. Nunca antes hubo tantas oportunidades para ellos como las hay ahora, muchas de las cuales vienen de la mano de la digitalización y los nuevos empleos que surgen.

Lejos de lamentarnos, debemos ver la digitalización como esa gran oportunidad que puede ayudar a la gente joven, que sabemos que atraviesa dificultades en el ámbito de la vivienda y el entorno laboral. La digitalización puede ser esa palanca hacia el futuro.

Después de sumergirte en este proceso de recopilación y publicación, ¿hay algún nuevo tema digital que te esté llamando especialmente la atención o alguna dirección futura en la que te gustaría seguir explorando?

Como siempre digo, esta recopilación de artículos no nació con la intención de convertirse en un libro. Lo que sí es cierto es que tengo el deseo de seguir escribiendo y plasmando ideas. Ahora mismo, una nueva preocupación comienza a gestarse en mi mente, relacionada con una nueva brecha digital.

Me inquieta la división que está empezando a manifestarse en la sociedad y en las empresas, especialmente en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA). Estamos presenciando una nueva brecha digital impulsada por la IA, repitiendo patrones del pasado. Recuerdo que en 2019 escribí un artículo sobre la brecha digital, y después de casi cinco años, volvemos a encontrarnos con la misma problemática, pero con un matiz diferente.

Actualmente, observo tres factores clave:

  • El saber: Hay personas que desconocen la existencia o el potencial de la IA.
  • El poder: Algunas personas carecen de los recursos económicos para acceder a la IA.
  • El querer: Hay quienes, aun teniendo el recurso económico, no están en el lugar adecuado para acceder a las soluciones de IA que desean.

Estos tres elementos (saber, poder y querer) están delineando una nueva brecha digital, similar a la que vivimos en su momento con la digitalización general. Esto me preocupa, ya que intuyo que habrá una aceleración en la adopción de la IA, con empresas lanzándose y aprovechando la ventaja competitiva, lo que podría dejar a mucha gente atrás. Mi mente está enfocada en esto, viendo cómo si no le prestamos atención, podríamos enfrentar los mismos problemas que tuvimos hace una década.

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